El fuego avanza en la provincia de Córdoba, que se suma a la gran pérdida de bosques nativos que viene sucediendo en el país durante la pandemia. Conversamos con Melina Dassano, integrante del medio digital Ecos Córdoba, quien nos explica por qué estos incendios no forman parte de una catástrofe natural.
– ¿Por qué les parece que se ha llegado a esta situación donde los incendios están fuera de control?
-Nosotros estamos ubicados en el Valle de Punilla, cerca de donde está una gran parte de los focos de incendio, algunos están controlados y otros fuera de control. Estamos esperando la lluvia o el milagro, porque es lo único que podemos esperar en el manejo del fuego que está teniendo la Provincia. Se suma la reciente noticia del fallecimiento del brigadista Cristóbal Varela de 35 años, quien fue arrollado por las llamas en la zona de Río Pinto.
Nada de lo que está sucediendo tiene el 100% de natural. Nosotros en este momento no tenemos como plan de manejo del fuego lo que es el área forestal, la han sacado por cuestiones de disputas internas entre bomberos y demás cuestiones políticas. Por lo tanto también han sacado otras reglamentaciones y han dejado, no la prevención, sino obviamente que el combate. En esta cuestión hay una metodología que tiene en este caso la formación de bomberos, que es cuidar la zona perimetral a las viviendas. Todo lo que es materia de bosque, por una cuestión geográfica y área, no tiene recursos humanos.
Supuestamente Nación intervino hace dos días para tratar de colaborar con la parte área. Hubo unos 10 aviones tratando de sofocar fuegos, pero lo cierto es que en cada una de las regiones había una gran falta de recursos para apagar el fuego. Hay una gran sequía, pero no podemos decir que es natural, porque dentro de la manipulación política que hay no hubo ningún tipo de prevención en los últimos 20 años en la provincia de Córdoba.
Recordemos cuando nuestros paisanos cuentan que había dos o tres bomberos y cuando había un incendio salía todo el pueblo a apagar el fuego, salían también todos los funcionarios del municipio. Hemos llegado a una formación de una cuestión ya casi de combate militar para el bombero, se ha perdido todo lo que es la colaboración comunitaria. También se ha perdido la valoración del monte.
Hace poco ha salido la Resolución 227, en medio de este desastre ambiental y social que estamos viviendo en Córdoba. Esta Resolución hace la apertura a un retroceso a la Ley de Bosques, abre caminos en zonas de reserva con este justificativo como materia de prevención para poder llegar a los focos de incendio. Es muy discutible todo esto, porque la metodología del contrafuego nos ha llevado hoy a perder a un compañero brigadista. Hay muchas discusiones a darse en todo esto. Estamos en una situación de intoxicación por humo y con una pérdida grave de flora y fauna.
– ¿Cómo te parece que se podría revertir, de alguna manera, esta situación de destrucción de los bosques nativos?
-Lo que sucede es que dentro de la participación de lo que está proyectado en Bosque 2030 para todo el país, se ha pedido el cambio de paradigma desde todas las provincias que han participado en materia de cambio climático y las áreas de bosque. La respuesta viene de la sociedad, si la respuesta no viene de la sociedad no la vamos a tener. De los funcionarios jamás va a pasar, no hay una planificación rotunda, la planificación es evolucionar en el marco de normativas globales. No responden a las cuestiones territoriales de vida y de hábitat que están provocando la desigualdad en materia económica y ambiental.
Hay un gran retroceso a nivel recursos humanos y a nivel cultural en nuestro país. Mientras dominen los grandes capitales, el desarrollismo y el agronegocio no vamos a poder cambiar de paradigma. Ellos tienen otra manera de actuar, tienen una manera de actuar a corto plazo, y eso significa que necesitan mayor cantidad sin importar los costos.
Estamos hablando de que los incendios no son nuevos en la provincia de Córdoba, ni en nuestro país, ni en el planeta. Nunca hubo una restauración, no existe la remediación. Es más, estamos habitando sobre zonas incendiadas hace 10 años. Hay una lógica de progreso determinado según la zona, los funcionarios no tienen capacidad para la gestión de esto, niegan y destruyen. Toda persona que puede llegar a tener un grado de formación en lo ambiental se convierte en oposición para estas políticas públicas. Está claro que las alianzas son rotundas, por lo cual no existe en el interior del interior del país oposición en lo partidario alguno.
– ¿Cómo está siendo la organización de la comunidad?
–Se van a empezar a formar brigadas forestales para salir a lo que es, no solamente los focos de incendio, sino también para resguardar el monte. Eso significa toda capacitación en los territorios y el ser promotores de esta gran biodiversidad. Nos parece muy importante, algunos se escriben con personería jurídica y otros no.
Esto implica un gran trabajo, en medio de una pandemia donde cuesta organizarse. Lo que te puedo decir es que se rompió la cuarentena con estos incendios. Claramente 150 personas ayudando a subir baldes hacia la cima de la montaña es riesgoso. Hay personas con barbijo, pero hemos estado en situaciones donde la desesperación nos puso sin distanciamiento. Es una cuestión muy preocupante porque es otro problema que estamos teniendo.
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Por Fabián Agosta y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen