Organizaciones populares impulsan proyectos de desconcentración urbana, creación de nuevas ciudades y repoblamiento rural. Uno ya cuenta con un Proyecto de Ley. ¿Porque es necesario volver a la tierra? Te lo contamos en esta nota.
Un horizonte estrecho, la atmósfera tóxica, la frustración permanente empuja a muchos argentinos a la fantasía de abandonar la ciudad y repoblar pueblos de provincia. La ONG “Es vicis” multiplicó por diez las consultas recibidas durante la pandemia para migrar de las urbes. Es que la Argentina tiene una de las cuatro tasas de urbanización más altas del mundo. Nueve de cada diez personas viven en ciudades. Muchos barilochenses VyQ (venidos y quedados) sabemos de qué se trata el hacinamiento.
La Marcha al Campo es un colectivo de organizaciones que busca revertir la migración rural – urbana. Tienen para ello, una estrategia de producción capaz de cubrir la demanda de alimentos de calidad con fuerza de trabajo: productores que permanecen en áreas rurales con y sin unidades productivas, migrantes urbanizados y población urbana asentadas. Y tienen un proyecto de ley.
La diputada del Frente de Todos María Rosa Martínez se encargó de presentarlo con el acompañamiento de 25 diputados. Se llama “Programa Nacional Marcha al Campo”, y prevé utilizar tierras fiscales para el establecimiento de familias que puedan dedicarse a la actividad agrícola.
La propuesta consiste en que parcelas de hasta 150 hectáreas sean otorgadas en comodato a largo plazo. El proyecto prohíbe la transmisión a dominio privado y alienta la constitución de cooperativas de trabajo, transporte, acopio y comercialización de la producción.
“El programa tiene varias décadas, no es un arrebato de la pandemia”, dice al portal Canal Abierto Rubén Fama, coautor del proyecto, asesor del ministro de Asuntos Agrarios bonaerense Guillermo Gallo Mendoza durante la gobernación de Oscar Bideagain entre mayo de 1973 y febrero de 1974.
“Los diagnósticos que se venían haciendo en las décadas del ‘60 y del ‘70 indicaban su necesidad”, agrega Fama. “Por entonces ya se empezaba a notar, con otro patrón tecnológico, la concentración de la tierra. Y en el breve período de la gobernación de Oscar Bidegain en la provincia de Buenos Aires, se intentó poner en práctica el proyecto”.
Fama estima que en una primera etapa de 48 meses podrían incorporarse al programa 400 mil familias. Eso generaría entre 800 mil y un millón de puestos de trabajo directos y una cifra similar en términos indirectos. Para alentar el arraigo rural, el Estado podría acompañar a las familias con una renta básica inicial, que iría disminuyendo a medida que la unidad de producción asociativa se vaya capitalizado.
El de Fama no es el único proyecto de desconcentración urbana presentado últimamente por organizaciones populares. Semanas atrás, el dirigente de la UTEP Juan Grabois dio a conocer el Plan de Desarrollo Humano Integral. Una estrategia de repoblamiento con nuevos roles para el sistema ferroviario y de camiones, e incentivos para la reubicación de empresas en ciudades creadas alrededor de nuevas unidades productivas.
También la UTT viene desarrollando colonias agroecológicas. Ya montó seis en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Misiones, en las que los estados provincial y nacional ceden el uso de tierras fiscales para la construcción de viviendas habitadas por quinteros.
El modelo agroexportador argentino demuestra, luego de 140 años de hegemonía, su incapacidad de incluir a esa clase trabajadora desplazada del modelo industrial trunco. Así lo acreditan los índices de pobreza e informalidad laboral estructurales. En un país que produce alimentos para 400 millones de personas, urge replantearse otros horizontes.
Audio del tema en Ideas Circulares:
https://ar.radiocut.fm/audiocut/marcha-al-campo/
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen