Hubo un día, hace solo un año, en que lo que venía cocinándose a fuego lento de marchas y luchas en las bases y sin mucha prensa, salió a la luz. Crónica a un año del principio del fin de la experiencia macrista en argentina.
Hacia solo unas semanas que Cristina Fernández había anunciado la publicación de su libro Sinceramente. “Esa mujer” (1), tan denostada por los medios masivos y por quienes ejercían el ejecutivo y la persecución judicial, se convertía en un suceso editorial sin precedentes.
La magnitud del fenómeno recién se estaba desplegando, pero hacia muchísimos años que no ocurría algo así con un libro, con largas listas de espera para conseguirlo. Fue el libro más vendido en Argentina en el año. La primera tirada se agotó en el primer día, tenía 214 mil libros en la calle a una semana del lanzamiento y llegaba a 300 mil aquel día de su presentación en la Feria del libro de Buenos Aires. El primero de una cadena de sucesos que nos llevan a donde estamos hoy.
Esa mujer sufrió un ataque sostenido por años por una coalición político-mediática y judicial dirigida por la embajada de EEUU, financiada por los fondos buitres y ejecutada por el macrismo y sus apéndices judiciales y mediáticos (Clarín, la Nación, Infobae, Grupo américa). Esa mujer era al momento la única sobreviviente política del conjunto de líderes progresistas de la región de la década anterior, la única con un caudal electoral que la acercaba a su vuelta al poder. Pero esa mujer seguía sin confirmar su candidatura y el día de la presentación del libro en la Feria del Libro parecía la ocasión señalada. La expectativa fue creciendo día a día, alimentada por los números de ventas del libro, por las repercusiones del contenido de sus páginas y por el boca en boca de lo que podía pasar ese día.
Tuve el privilegio de estar ese día en el salón de la Rural donde esa mujer presentó el libro. La invitación no fue individual sino por formar parte de un colectivo militante CyUA Bariloche, que forma parte del Frente Federal de Ciencia y Universidad. En esos días escribí que ya desde la previa se vislumbraba un día histórico. La marea de gente que colmó los alrededores de la Rural ya se adivinaba en las horas previas. La repercusión masiva del acto se reflejó en los medios, no podían obviarla pese a que la protagonizaba esa mujer. Hubo una cadena nacional no oficial siguiendo el acontecimiento. Era la primera vez en mucho tiempo que los sectores populares se movilizaban por algo que daba esperanzas y no por algún nuevo ajuste. Aquella vez, a unos días después del suceso, escribí “tuve esa sensación de esos momentos, que mientras los estás viviendo, ya sabés que van a ser claves en la historia”. Era la sensación de las muchas personas que habían seguido el suceso, ya sea en vivo o a la distancia. Pero las magnitudes de los momentos históricos se develan más con el paso del tiempo.
Si hacemos un pequeño recuento de la cadena de sucesos posteriores es casi incomprensible que haya pasado solo un año. Y menos que el marco en el cual pasaron esos sucesos cambió totalmente a partir de ese día:
El dólar en mayo de 2019 se vendía a $46.28. El mamerto, como nombra cariñosamente Aníbal F al expresidente, todavía no se enojaba con las urnas para devaluar de nuevo. A Micky Vainilla Pichetto todavía le daba la cara para decirse opositor al macrismo. Todavía Chile era el alumno ejemplar neoliberal de la región. Todavía Lula estaba preso. Todavía Brasil no robaba otra copa América. Todavía River y Boca no se enfrentaban por quinta vez en pocos años en una serie eliminatoria a solo 3 días de las elecciones generales. La inflación rondaba el 3,5% mensual y un 57,3% interanual. El barril de petróleo cotizaba a 73,5 dólares. El FMI, con Christine Lagarde a la cabeza, elogiaba a mansalva al gobierno ajustador de Macri. Todavía le perdonarían varias faltas más a su acuerdo con el Fondo y no sabíamos que Defoult se podía decir reperfilamiento.
Las encuestas mostraban una preferencia por esa mujer, entre 5 a 10% sobre Macri, pero sin asegurar un triunfo en primera vuelta. Todavía existía la coalición de Gobernadores no k y Sergio Massa, Consenso Federal. Todavía faltaban millones de horas de periodismo macrista berreta con denuncias falsas a todo lo que oliera a pan-kirchnerismo. Todavía no había ocurrido el terremoto político que causó esa mujer con un video por las redes, a pocos días de la presentación del libro, anunciando que acompañaría a Alberto Fernández en la fórmula presidencial. Todavía esa mujer no había recorrido con su libro en un símil de actos de campaña en Santiago del Estero, Rosario, Chaco, Río Gallegos, San Juan, Mendoza, Malvinas Argentinas, La Plata, Posadas, La Matanza y El Calafate. Todavía no había ocurrido la paliza de las PASO, ni la tremenda victoria en primera vuelta del Frente de Todxs (primera derrota en la historia en primera vuelta de un presidente latinoamericano que iba por la relección).
Todavía faltaba para que el FMI dijera que la deuda argentina era insostenible y que avalara una quita y renegociación de la misma. Todavía no sabíamos que se podían congelar las tarifas, que los empresarios ganen un poco menos ni que se le podía cobrar más impuestos a los ricos ni controlar los precios sin que nada explote. Todavía el gobierno elegía a los bancos antes que a los jubilados. Todavía para el gobierno la educación era un gasto y no valía la pena tener ministerio de Trabajo, de la Mujer, de Ambiente, de Ciencia y Técnica, ni de Salud.
Todavía no conocíamos ni la pandemia, ni las cuarentenas. Siempre existe la fantasía de pensar en que hubiera ocurrido si tal día histórico hubiera sido diferente o no hubiera ocurrido. En este difícil momento que nos toca vivir a nivel global, conviene hacer ese tipo de reflexiones.
El gran economista Alfredo Zaiat nos resumió en noviembre de 2019 el desastre económico Macrista (2):
1. La caída del PIB de este año fue del 3,0 por ciento y el PIB per cápita cayó como mínimo el 10% entre 2016-2019.
2. El retroceso del salario real de los trabajadores registrados fue de 18,5% entre 2015 y 2019.
3. El promedio del poder adquisitivo de las jubilaciones es 20% menos al de 2015.
4. La inflación rondaba el 50-60% anual.
5. La pobreza llegó al 40%, (desde un 26-28% en 2015, según las encuestadoras menos afines al kirchnerismo).
6. La deuda pública es impagable en las actuales condiciones, sumado a que se reintrodujo al FMI en la economía argentina, además de convertirlo en el principal acreedor externo y auditor de la exigencia de ajuste.
7. El valor patrimonial de las empresas está destruido, con quiebras y concursos generalizados.
8. La industria está derrumbada (47% de la maquinas paradas).
A pesar que este panorama económico se conocía y se percibía que la crisis se iba a profundizar, el Gobierno llegaba a ese mayo de 2019 aún con chances ciertas de entrar en un ballotage, y porque no, ganarlo. La persecución a todo opositor estaba a la orden del día, la injerencia del ejecutivo en la justicia era inocultable, la represión era moneda corriente. A los pocos días ocurrirían las derrotas oficialistas en Córdoba y la Pampa, que serían solo el inicio de la sucesión de derrotas del macrismo en las elecciones provinciales. Pero en ese momento aún no estaba consolidada la herramienta electoral a nivel nacional que permitió su derrota, el Frente de Todxs. Ese día esa mujer dio muchas señales de lo que iba a ser y hacer. Del rol que iba a ocupar y como debía armarse un nuevo acuerdo ciudadano para sacar el país a flote. En ese momento me salió decir que había hablado como “vieja sabia”, como una gran estadista.
La dimensión histórica de su decisión es difícil de advertir si se sigue el relato de los medios macristas. Es inédito a nivel mundial que una lideresa política con chances ciertas de ganar las elecciones diera un paso al costado voluntariamente. Cierto es que la persecución que sufrió le ponía un techo de votos y especialmente de posibilidades de tejer lazos con otros sectores para gobernar. Pero podría haber ganado igual. Pero esa mujer vislumbró lo que nadie, que era el momento de un líder como Alberto, con una capacidad de dialogo y equilibrio imprescindible para el momento histórico.
Apenas empezó la presentación del libro dio un gran indicio, le agradeció profundamente a Alberto Fernández haberle dado la idea de escribir el libro. Una manera sutil de levantar su figura, como uno de los principales artífices de esa unión de distintos sectores que luego conformarían Frente de Todxs.
Escribí aquella vez que esa mujer “planteó la necesidad de un nuevo contrato social de los argentinos y argentinas. Uno en el cual cada sector debe aportar su parte para hacer un país más inclusivo. Recargó las tintas sobre los empresarios (…) Les planteó la necesidad de que comprendan que el crecimiento de sus empresas a largo plazo está atado en suerte a la fortaleza del mercado interno. Es decir, que las grandes mayorías reciban una parte sustancial de la riqueza que produce el país (…) Marcó pautas y bajó consignas para la campaña y el debate a dar para el consenso social necesario construir para poder gobernar después del 10 de diciembre. Para reconstruir un país desbastado por el neoliberalismo reinante y la inmensa deuda externa e interna que dejará. Un consenso que necesariamente debe ser más amplio que la cantidad de votos que ella reciba o el candidato que surja del frente que está impulsando.”
Hoy. Solo un año después, tenemos un presidente que, aún a pesar que puedan hacérseles criticas válidas, ha demostrado largamente estar a la altura del difícil momento histórico que nos toca vivir. Hoy se habla en el mundo del ejemplo argentino en el manejo de la pandemia y la crisis económica. Y eso que esto recién comienza y todavía se está renegociando la brutal deuda que nos dejó el macrismo. Recién se empezaban a curar de a poco las heridas que nos dejó el neoliberalismo y nos cayó la pandemia. Pero basta con ver la realidad triste de nuestros países vecinos para ver que nos hubiera ocurrido con un gobierno neoliberal en esta realidad. En Brasil, Chile, Ecuador, Perú, y Bolivia los contagios y muertes superan largamente nuestros números, mientras esos gobiernos siguen privilegiando las ganancias de las grandes empresas por encima de la salud de su población. El sistema económico mundial neoliberal reinante se desmorona, los gobiernos aumentan sus déficits y deudas, las empresas especulativas valen nada, mientras que en Argentina se privilegia la vida. En momentos en los cuales se busca empezar a flexibilizar la cuarentena, para reactivar la vida social y económica, es indispensable volver a las palabras que nos dejó esa mujer hace solo un año cuando planteo la necesidad de un nuevo contrato social de los argentinos y argentinas. Uno en el cual cada sector debe aportar su parte para hacer un país más inclusivo. Hoy cuando la imagen del presidente Alberto Fernández y su gestión llega a valores del 80%, en medio de una crisis mundial sin precedentes, quizás sea el momento de valorar en su justa medida la sabiduría de “esa mujer”.
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- Me permito jugar con la frase “esa mujer” para equiparar la figura histórica de CFK con Eva Perón. Quizás algunos piensen que exagero, pero es lo que pienso. “Esa mujer” es señalado por diversos expertos como el mejor cuento de la historia literaria argentina. http://www.fadu.uba.ar/post/412-171-esa-mujer-rodolfo-walsh. Escrito por Rofolfo Walsh en 1966, gira alrededor de la figura mítica de Eva Perón y su cadáver embalsamado que estuvo escondido por la sede de Inteligencia del Ejército tras el golpe de 1955, después de ser robado de la CGT, para terminar enterrado con ayuda del Vaticano en Italia con nombre falso. En el cuento nunca se la nombra a Evita, solo se la nombra como “esa mujer”, similar a lo que ocurre hoy con CFK cuando algunos se molestan cuando habla o cuando no. Creo que el valor histórico de ambas dirigentes, con sus virtudes y falencias, es solo comparable con el odio que despiertan en los sectores más poderosos de nuestro país y con el amor que despiertan en una mayoría de nuestro pueblo.
- https://www.pagina12.com.ar/231430-ocho-puntos-de-la-devastacion-economica-de-macri
Por Manu de Paz
Foto portada: Euge Neme
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen