Venezuela atraviesa la pandemia con éxito mientras que se profundizan las consecuencias del bloqueo económico y los intentos intervencionistas de Estados Unidos. Marcos Salgado, periodista y reportero gráfico desde Caracas nos detalla la situación.
– ¿Cuáles fueron las principales políticas públicas del gobierno venezolano en torno a la pandemia?
Referido a la pandemia del COVID-19, existen tres ejes. El primero es la reacción temprana, casi 50 días de cuarentena. La cuarentena se determinó inmediatamente después de la confirmación de los primeros dos casos en Venezuela. Comenzó en Caracas y un día después de extendió a todo el país. No es una cuarentena obligatoria, no hay una penalidad para aquellos que estén en la calle sin justificar que estén realizando una actividad esencial pero se cumplió en buena medida. Se viene cumpliendo todavía.
Ese es un elemento importante de la política pública, el otro es el refuerzo a los centros de diagnóstico integral que son pequeñas clínicas que se montaron en su momento como parte de un sistema de salud primaria durante los gobiernos de Hugo Chávez y que fueron reforzadas con material y con la llegada de más médicos cubanos para estar preparados para recibir la cantidad de pacientes que necesiten ser atendidos por complicaciones por la enfermedad del COVID-19. Aún no se han colapsado los hospitales y estos centros, principalmente por esta cuarentena temprana.
Un tercer elemento de política pública vinculado a este tema es la cantidad de pruebas rápidas para descartar casos de coronavirus. El gobierno venezolano recibió más de 500 mil pruebas que compró en China, con una parte de donación. Lo que se hizo fue una política de salir a buscar los casos, no esperar personas con síntomas, sino salir a buscar los casos, reforzando los lugares donde aparecían focos. Un foco se dio en la Isla Margarita a partir de una escuela de béisbol que siguió funcionando. Allí se desplegó este sistema de “buscar los casos” aparentemente con buen resultado.
En general estas tres políticas han dado buen resultado, teniendo en cuenta que en Venezuela hay un poco más de 300 casos detectados y solamente 10 fallecidos. El otro elemento es la atención a la frontera, especialmente la frontera con Colombia. Ya han vuelto a Venezuela más de 10 mil venezolanos que se habían ido en estos últimos años y volvieron escapando de la situación que se ha generado en Colombia y también en Ecuador por el COVID-19.
– ¿Cuáles son las preocupaciones cotidianas de venezolanas y venezolanos?
La preocupación central en Venezuela sigue estando en la economía. Hay algunos elementos que tienen que ver con el bloqueo persistente que se extiende en el tiempo y se ha ido agudizando entre los Estados Unidos y Venezuela y ya se empieza a ver con mucha más fuerza en las calles. Un bloqueo que comenzó hacia algunas actividades y ahora se ha enfocado especialmente en la industria petrolera. Estuvo la salida de la petrolera rusa Rosneft para gambetear de alguna manera las sanciones de los Estados Unidos.
El cerco ya muy fuerte sobre el ingreso de gasolina y aditivos que Venezuela necesita para reactivar los procesos de refinación ha hecho que haya una crisis en el tema, ya no de la exportación de gasolina o petróleo sino en la disponibilidad de gasolina dentro del país. Esto ha coincidido con la pandemia, que hace que con esta cuarentena haya mucho menos actividad. Igualmente, hoy por hoy, conseguir gasolina en Venezuela es muy complicado. Es un tema que el gobierno tiene que resolver de alguna manera antes de que se levante la cuarentena y se reactive con más fuerza el tránsito social y la actividad económica.
Hoy por hoy podemos decir que se está llegando al peor momento económico desde el punto de vista de los efectos de las sanciones de los Estados Unidos. A esto se suma el aumento permanente y terrible de la cotización del dólar, todos los precios están dolarizados en Venezuela. En estas últimas tres semanas tuvimos una situación de inflación muy cercana a la hiperinflación de nuevo, con un aumento de precios muy fuerte. El gobierno intervino algunas empresas de venta de alimentos pero todavía con un resultado incierto. La principal preocupación sigue siendo esta, la cuestión económica y no tanto el tema del COVID-19.
Probablemente comience nuevamente un proceso de escasez de alimentos. No de escasez porque no se produzcan, sino de ausencia de productos básicos en los lugares de expendio y la necesidad de salir a comprarlos en otros ámbitos informales. También se recarga mucho la atención sobre lo que el estado pueda hacer para resolver esta situación. El gobierno se juega en la resolución de este tema el poder sumar puntos, o no perder mejor dicho. Todo ese capital político que se suma al haber encarado bien la pandemia, puede anularse sino se resuelve a tiempo la cuestión del precio de alimentos y del abastecimiento de combustible.
Por Fabián Agosta y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen