Alcohol en gel, frutas, verduras, mascarillas y hasta componentes para respiradores son parte de los aportes que diferentes instituciones barilochenses hacen a la crisis sanitaria.
La comunidad toda vive momentos difíciles desde que se declaró la pandemia y se incrementaron las medidas de aislamiento para frenar el avance del coronarivurs. En los barrios carenciados el quedáte en casa, cuando en algunos casos ni siquiera hay hogar, deja al descubierto el rostro más vulnerable de la cuarentena.
Sin embargo, a la par de estos tiempos complejos que nos hacen sacar agua de las piedras, la solidaridad se multiplica para dar una mano donde más se necesita. Lejos de ser espectadores de una tragedia, son una gran mayoría la que se arremanga para ayudar y trasformar la realidad de manera concreta. En este marco, la articulación de las organizaciones sociales se vuelve central, así como un Estado presente con las instituciones al servicio del pueblo. Pero todo esto, no son más que palabras vacías sin ese “alguien” que con inquietud pone en marcha el motor.
Un ejemplo es lo que ocurrió en Bariloche con la producción de alcohol en gel: a raíz de una demanda de organizaciones sociales, una de las trabajadoras de la CNEA propuso un proyecto para poder utilizar los laboratorios y las instalaciones para hacer este elemento tan importante en estos días, aprovechando las muchas capacidades que hay en el Estado -en equipamiento, instalaciones, tecnologías- para dar respuestas a diversas necesidades. Lograron así realizar 35 litros de alcohol en gel que fue fraccionado en recipientes que cumplen con las indicaciones de la OMS: en las últimas horas se entregaron 50 botellitas de 270 ml al hospital zonal, yendo de ahí a los 16 centros de salud de Bariloche. Además, se distribuyeron en centros de personas mayores en el Barrio 2 de abril, en siete merenderos de UTEP -incluyendo grupo Encuentro y Barrio Nahuel Hue- entre otros sectores y barrios populares con más necesidades para los que fue pensada la acción.
La producción se hizo hasta agotar todos los insumos, y debió, además, ponerse a disposición toda una cadena solidaria, ya que en principios también faltaban emvases, que finalmente se pudieron recolectar. “Ha sido un verdadero trabajo de equipo. Al principio debimos establecer la cadena logística para que las cosas lleguen, porque en este momento el trasporte y la producción de insumos está complicada, pero gracias a la gestión de un montón de gente eso se pudo hacer. También debemos destacar que no es un proyecto terminado sino que es el inicio: logramos una estructura que nos va a permitir, al menos en los próximos 2 meses, abastecer con entre 30 y 50 litros por semana de alcohol en gel y de hidroalcohol, además de soluciones desinfectantes”, explica Adriana Serquis, investigadora de CNEA-CONICET y jefa del Departamento de Caracterización de Materiales (DCM) del Centro Atómico Bariloche (CAB), al frente de la iniciativa. También destacó en esta iniciativa el apoyo del Conicet, de la Fundación Balseiro y el CCT Patagonia Norte. “Gracias a esos aportes hemos comprado un montón de insumos que nos van a permitir continuar el trabajo”.
Multiplicar ayudas
Junto con los elementos de protección y de desinfección, otra problemática que se acentúa en el actual contexto es el alimento que pueden llevar las familias a sus hogares. Y aquí también la organización va dando la batalla, como lo están haciendo desde la Red Solidaria redistribuyendo donaciones de frutas y verduras que fueron donadas por verdulerías. “Estamos entregando diferentes módulos a los comedores que están abiertos elaborando viandas, porque sino seguimos comiendo arroz fideo, yerba y azúcar, pero a las familias les falta esta cuota más nutritiva”, dice Inés, que se contacta con los CAATs (centros territoriales municipales) para llevar adelante la tarea de distribución.
Es el caso también de la acción lanzada desde Científicxs y Universitarixs Autoconvocadxs de Bariloche, quienes comenzaron a recolectar fondos para comprar módulos de fruta y verdura al mercado municipal para luego fraccionar y distribuir en los barrios a través de las organizaciones de la UTEP. “Algunos de los que estamos en estos espacios tenemos experiencia en cooperativas de consumo, trabajamos en el mercado municipal y tenemos vinculo con organizaciones de la UTEP, poniendo en marcha esta colecta”, cuenta por su parte Leandro Da Rold, investigador del CONICET, integrante de Científicxs y Universitarixs Autoconvocadxs de Bariloche. “Nos parecía interesante reconocer ese lugar de las organizaciones y fortalecerlas. No deja de ser un parche y no es algo que deba sostenerse mediante este tipo de iniciativas. Debería ser un proyecto en el que nos involucremos toda la sociedad y que el Estado lo lleva delante. Más allá de la voluntad de cada uno, hace falta un engranaje que pueda fortalecer esa dinámica”.
En este sentido, Leandro repasa diversas iniciativas que surgieron en estos días a raíz de un montón de grupos y personas que dijeron: quiero hacer algo, cómo hago, qué hago. Por un lado el Conicet abrió una serie de convocatorias de financiamiento para proyectos que tengan que ver con el coronavirus. También a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) se abrió una convocatoria para la gente que supiera hacer los análisis de detección del COVID 19.
Otra iniciativa en Bariloche es la elaboración de mascarillas con impresoras 3D. “Surge por iniciativa de gente que dice esto lo puedo hacer, la institución lo avala y han ido avanzando. Hay muchas capacidades. También hay grupos interesados en diseñar o hacer componentes de respiradores o mascaras para atender la emergencia. Pero para todo eso hace falta mucha coordinación del Estado nacional, porque sino es imposible hacerlo: los respiradores tienen una serie de homologaciones médicas y técnicas muy precisas, y después, hay que garantizar que todos esos elementos lleguen a donde tienen que llegar”, repasa. Desde el grupo de Científicos Autoconvocados también se ha trabajado en el análisis de datos y proyecciones para evaluar el avance del virus. “Tomamos los datos y trazamos algunas curvas que permiten determinar a qué velocidad crece el número de contagios, algo que es muy útil para planificar la respuesta que hay que dar desde el sistema sanitario”.
Son algunos ejemplos, los gestos solidarios en estos días se multiplican y cada vez más espacios intentan colaborar de algún modo para enfrentar este tiempo inesperado. También días donde el rol del Estado y las organizaciones hacen la diferencia. “Creo que de alguna manera toda crisis es una oportunidad para replantear cosas. Es el momento de poner por delante cuestiones esenciales y por detrás los negocios, es una oportunidad para hacer cambios. Estos días nos muestran de manera muy cruda la crueldad de las diferencias con las que vivimos y es necesaria una tremenda transferencia de ingresos hacia los sectores más pobres, porque se pasa hambre y necesidades básicas. Tenemos que seguir fortaleciendo las organizaciones y ver cómo sostenemos esta transferencia en adelante”.
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Formula casera para eliminar el virus
Para desinfectar superficies contra el COVID-19 colocando con un spray (actúa en un minuto), para que sea efectivo debe usarse dentro de las 24 horas.
Por Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen