La ciudad se sumó a las acciones en el marco del Día de Acción Verde por el Derecho al Aborto, fecha establecida en 2018 durante el primer pañuelazo federal. Este año ingresa nuevamente al Congreso el proyecto por interrupción legal del embarazo y hay muchísimas expectativas por que sea aprobado. Las sesiones ordinarias comienzan el 1 de marzo.
Los pañuelazos suelen ser una actividad convocante. Miles de mujeres se reúnen en las diferentes plazas del país para una foto que es más que una foto. Es la expresión de un deseo por el que el movimiento feminista viene insistiendo desde hace muchísimos años: aborto seguro, legal y gratuito. Reclamo histórico si los hay.
El convocado para el día de ayer fue distinto. No solo porque se sumaron más de 100 ciudades argentinas y también en España, Chile, República Checa, Ecuador y Venezuela. Sino porque se respira otro clima. Todo indica que hay viento a favor para que de una vez por todas sea ley ya que cuenta con el apoyo del mismo presidente de la Nación, Alberto Fernández y de distintos sectores políticas que ya han expresado su acompañamiento. Hay que mencionar que el año pasado, el tratamiento estuvo bastante parado debido a varias razones. Una de ellas pudo haber sido la poca actividad que hubo en el Congreso por ser año electoral.
Esta es la novena vez que la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito presenta al Congreso el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE). En 2018 estuvimos cerca, muy cerca. En aquel entonces había mucha ilusión, mucha esperanza porque luego de 14 largos años el debate finalmente llegaba al recinto. Vale la pena recordar aquellas maratónicas sesiones tanto en Diputados como Senadores. O los cientxs de oradorxs de a pie que exponían sus visiones. Horas y horas debatiendo el futuro de muchísimas mujeres que hoy están en la clandestinidad.
Según la información que brinda Amnistía Internacional, en Argentina se estima que se practican 450 mil abortos por año. Esto supone que hay cerca de 51 abortos por hora. Y hay más cifras. En los hospitales públicos de todo el país se registran aproximadamente 49.000 internaciones por abortos inseguros al año. Eso representa 135 internaciones por día. Cada 3 horas una niña de entre 10 y 14 años es madre en nuestro país y todos los días, 298 adolescentes de 15 a 19 tienen hijxs.
El resultado de aquel momento lo conocemos todxs. Finalmente no se aprobó en cámara alta, pero nada fue en vano. Desde la marea verde se siguió insistiendo con muchísima fuerza, aprovechando que el tema ya estaba instalado en la sociedad. Abundaron los programas de televisión con invitadxs diversxs que elegían en qué vereda pararse. Los pañuelos verdes empezaron a verse con mayor efervescencia en todos lados, sobre todo en las más jóvenes, protagonistas claves de este momento histórico. Se volvió habitual escuchar hablar del tema en reuniones familiares, de trabajo, con amigxs, compañerxs sin importar el lugar. Es decir, el asunto trascendió las esferas feministas y se coló en todos los espacios. En buena hora.
Es en este contexto que ayer las plazas volvieron a llenarse para ser protagonistas de una nueva jornada histórica. La de los Pañuelos, en Bariloche no quedó ajena. Pasadas las 18 hs las chicas de Muta (Mujeres al Tambor) le pusieron el ritmo a la manifestación con el sonido del candombe. Mujeres de distintas edades, vecinas y turistas, organizaciones y todxs aquellxs que acompañan la causa se fueron arrimando al Centro Cívico para ser parte de la movida.
María Elisa, docente jubilada de 71 años jubilada, contó Al Margen que estas iniciativas son “absolutamente necesarias. Creo que hay que seguir luchando, estamos muy cerca de que se logre, es una cuestión que lleva años siendo un problema sin resolver. Hay que hacer algo al respecto por una cuestión social fundamentalmente, una cuestión de solidaridad para con los sectores más vulnerables ya que son muchísimas las mujeres que no tienen poder económico para poder hacer algo que muchas otras hacen en un consultorio privado”. Consultada por sus sensaciones al ser parte de un momento tan importante en materia de derechos como este dijo: “estoy fascinada. Con mi edad estoy feliz de ver tanta gente joven, de ver a mis hijas comprometidas en esta lucha, de ver a mi nieta preocupada por su futuro. Creo que después de muchos años de estar en trabajos donde tuve que ver muchas situaciones de mujeres con violencia, con hijos no queridos, con imposibilidad de cuidarlos, de alimentarlos y sufriendo por no poder hacerlo, me parece que esta lucha de una vez por todas tiene que terminar. Espero no morirme sin verla (risas)”.
Por su parte, Agustina, una estudiante neuquina de 19 años que vive en nuestra ciudad y que se sumó a la marea gracias a una amiga, contó a este medio que está “muy feliz de que las mujeres salgan a luchar a las calles, que haya mucha gente grande. Me pone muy contenta que haya muchas mujeres que tengan el coraje de salir a la calle hoy en día. Es muy emocionante ver como salimos a defender nuestros derechos”. “¡Vamos por las pibas, hay que luchar!”, finalizó.
Otra vecina de Bariloche, Leticia, opinó que “el pañuelo verde trascendió las fronteras de nuestro país. Se ha vuelto como el pañuelo de las Abuelas, es un emblema. Esta plaza es más que fascinante, lo que está sucediendo en Buenos Aires es impresionante. Lo más importante de esto es que no importa cómo lo cuenten los libros. Nosotras lo vivimos y estamos haciendo historia. Es único. Y hemos abierto la puerta a muchísimas compañeras del mundo”.
Desde hace unos días se escucha con muchísima convicción la frase “el proyecto está en las calles”. Y realmente es así. Quedó demostrado luego de la jornada de ayer, de las miles de fotos girando en redes sociales y portales de noticias. Quedó demostrado en esos mates y abrazos colectivos, en esos glitter, en esos bailes, en esos pañuelos, en esos carteles exigiendo una correcta aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral en todo el territorio, en esos cantos de “Iglesia y Estado, asuntos separados” o en el mismo lema que impulsa la Campaña “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
Las expectativas porque finalmente sea ley en este 2020, son todas. Es un gran avance saber que el Gobierno Nacional está abordando el tema como un problema de salud pública. Trae tranquilidad. Pero esta marea incasable sabe que no parará hasta que no haya ni una muerta más por estas prácticas clandestinas. Porque los abortos siguen ocurriendo, más allá de las opiniones personales y porque vivas, libres y sin miedo nos queremos.
Por Luciana Avilés
Fotografía: Euge Neme
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen