Fuerza Chile. Así se llamó el festival que reunió a más de 30 artistas y a un público vigoroso en la Plaza de los Pañuelos en la tarde de ayer, con un objetivo: apoyar la lucha y los reclamos que sostienen firmemente los hermanos y hermanas del país vecino. La movida cultural coincidió con la concentración por el rechazo al aumento del boleto de pasajeros en la ciudad. Desde el 1 de noviembre aumentará más de un 50%.
De un grupo de WhatsApp entre artistas locales. De manera espontánea y genuina. Así surgió la idea de realizar un festival cultural que brindara apoyo, desde este lado de la cordillera, a la comunidad chilena que está atravesando momentos de mucho dolor. Porque ante reclamos dignos y manifestaciones pacíficas que piden un cese de las políticas neoliberales que han gobernado y sometido por siglos a ese país, las fuerzas armadas y el gobierno de Piñera respondieron con violencia, con represión, con torturas, con desapariciones, con violaciones.
Llegaron y llegan videos, imágenes y testimonios de familiares, de amigos y amigas, que narran lo que ocurre allá. Lo que circula viene por canales de comunicación alternativos, pues los medios chilenos hegemónicos hacen la vista gorda. ¿Qué hacer entonces?, ¿De qué manera ayudar?, fueron las preguntas disparadoras que se hicieron los y las organizadoras de este evento exitoso que se desarrolló con un clima y un público que realmente acompañó.
A las 16 hs comenzaron a tocar los primeros músicos. Pasadas las 21 hs, seguían. “El cansancio del pueblo chileno es el cansancio de toda Latinoamérica con gobiernos neoliberales”, dijo Adriana, una vecina que se acercó a disfrutar del festival y a tomar unos mates con su compañero, en diálogo con Al Margen.
Lorena contó a este medio que asistió porque “estoy profundamente indignada. Mi compañero vive en Santiago de Chile y fue alcanzado por un pedigón en una protesta en La Alameda. Mis amigos, mi familia están allá, luchando contra el neoliberalismo con el que vienen conviviendo desde la dictadura. Esta es mi forma de estar con ellos. Dando fuerza a mi gente, sobre todo a mi gente mapuche que está resistiendo hace tanto tiempo”. Hizo una reflexión al respecto: “hay una esperanza de que el pueblo chileno, también atravesado por profundas lógicas racistas como el pueblo argentino, empiece a ver que el Estado tiene una forma de operar contra los movimientos sociales y los movimientos de pueblos originarios, que se replica cada vez que se cuestiona el neoliberalismo”. “Ese racismo muchas veces nos separó y hoy se está viendo que ese mismo sistema represivo se aplica sobre toda la sociedad cuando la sociedad quiere un cambio. Espero que esto sirva para que se angosten las brechas y se empiece a entender que el pueblo quiere otra forma de vida digna, sean indígenas o no”, continuó esperanzada.
Miriam también estuvo en la plaza. La vimos flameando una bandera, la chilena, emocionada. Nos acercamos. Ella nació y vivió en Osorno hasta que la dictadura de Pinochet la expulsó y la trajo a estas tierras. Su familia, su gente, quedó en Chile. “Todo privado. La educación, la salud. Te embargás para tener derechos. Durante la época de la dictadura fue aún más difícil. No se podía militar. Estuvimos callados muchos años, con miedo. Porque ya habían matado mucho los militares en aquellos tiempos”, dijo. ¿Cómo está viviendo todo lo que está pasando en su país?, preguntamos. “Con odio y con tristeza”, respondió. “La familia está luchando allá, en Puerto Montt, Osorno, Santiago. Por eso tenemos que luchar acá, en toda América Latina”, siguió. “La lucha no es por el aumento del boleto solamente, es por los 30 años que vivimos la dictadura militar. Así es la derecha, que la impone Estados Unidos. Como acá con Macri y el Fondo (Monetario Internacional)”, finalizó.
Luego de las 18 hs, hubo un espacio para que representantes de la Multisectorial por el Transporte Urbano de pasajeros dialogaran con esa plaza casi repleta. Ángel Vainstein tomó la palabra y leyó un documento en el que se repudió enérgicamente el aumento del precio del boleto. Además planteó que “a 35 pesos en noviembre y 41 pesos en febrero, es impagable para la gran mayoría de los usuarios del transporte público“. “No debe ser modificado el actual de 27 pesos hasta que se produzca la asunción del nuevo gobierno nacional y fije las nuevas políticas para el transporte público“, opinó. Además, felicitó a los vecinos y vecinas de la ciudad porque gracias a la presión ejercida, el ejecutivo local decidió establecer una tarifa plana. “Es una conquista parcial nuestra”, expresó.
Ambas luchas confluyeron en la tarde soleada de ayer. Ambas luchas se hicieron presente en Bariloche en el día en que la Argentina conmemoraba la vuelta a la democracia. Todas las personas allí presentes, de variadas edades y procedencias, coincidieron en que los reclamos de nuestros pueblos oprimidos siempre terminan siendo reclamos hermanados. Porque la historia nos ha castigado por igual sin importar la ubicación geográfica. Y otra de las cuestiones que también quedó en claro es que con decisión, con organización, con ganas y poder de convocatoria, surgen iniciativas que abrazan, dan calor y respuestas al dolor. En este caso, la transformación vino de la mano del arte y del encuentro. Porque no estamos solos. Porque no estamos solas.
Por Luciana Avilés
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen