Con una concentración en la Embajada de Chile y una movilización desde Onelli y Moreno, la ciudad también sumó su apoyo al pueblo hermano.
“Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”, sentenció Salvador Allende en el último discurso que dio antes de morir en La Moneda, cuando ya los tanques herían la ciudad y se iniciaba la etapa más oscura del vecino país.
Treinta años después, las fuerzas armadas vuelven a las calles en el marco del toque de queda lanzado por el presidente Sebastián Piñera frente a las movilizaciones que como un río desbordaron las calles para decir basta a un modelo desigual que hasta hace apenas unos días era evocado como el paraíso del orden y el progreso en Latinoamérica.
A lo largo de estos días, los audios, los videos, las noticias, saltan los cercos mediáticos y dan cuenta del terror instalado en las calles y los abusos de las fuerzas de seguridad, con denuncias de torturas, vejaciones y desaparecidos. Frente a esto, lejos del miedo -o a pesar del mismo- las calles se siguen llenando de movilizaciones y el apoyo al pueblo chileno cruza las fronteras.
En Bariloche, como en otras ciudades del país, también se dijo no a la represión en Chile, donde ya se habla de 19 muertos, más de 2 mil heridos y 2138 personas detenidas. Confluyeron así durante la jornada de este jueves una concentración convocada desde temprano por la CTA Autónoma en las puertas del Consulado de Chile en la ciudad, y al mediodía una marcha desde Onelli y Moreno en el marco de la convocatoria a la Marcha Mundial por Chile.
“Estamos acá para exigir que se termine con los abusos”, dice Eloisa Viral, chilena que reside en Argentina hace 45 años en las puertas del Consulado de Chile. “Soy autoexiliada, quise volver en un momento a mi país y me fue imposible por los costos de vida, pero tengo a mi familia allá y todo esto duele mucho. Hoy nos unimos a mi tierra. Agradezco al pueblo argentino por el soporte inmenso: aparte de ser vecinos son nuestros hermanos y nos están apoyando. Eso hay que agradecerlo siempre”, señala con emoción y analiza: “Se supone que tenemos que darles un mejor futuro a las generaciones venideras, pero es lo contrario: el gobierno chileno actual solo les está dando violencia y más violencia, y nosotros somos países pacíficos”.
Lo cierto es que el estallido sorprendió en Latinoamérica y el mundo como un trueno que sucede al silencio. “Un gigante ha despertado. Tiene que ver con un cambio generacional, hay que pensar que tuvimos muchos años de dictadura: yo soy hija de la dictadura y la verdad es que costaba salir a movilizarse. Pero los estudiantes se metieron en el bolsillo el miedo a las desapariciones”, señala a su vez Catherine Paz Betancourt de Rosas, quien también vino desde el otro lado de la cordillera.
“Se debe tomar atención a esto que está pasando en Chile. Es un ejemplo que hay que escuchar y ver sobre lo que podría pasar el día de mañana con los países que están persiguiendo políticas neoliberales y sumiendo a los trabajadores y trabajadoras en un sistema tan perverso como el actual. Nos tiene que importar el de al lado, no puede ser que demos vuelta la mirada. Esto que está pasando es por todos los años de la política neoliberal”, completó-
Por la calle Juan Manuel de Rosas Silvana baja con un cartel hecho a mano bajo el brazo. Va hacia el Centro Cívico, donde convocó a reunirse de manera independiente en solidaridad con el país vecino: “Tengo muchos amigos chilenos, siempre voy y vengo y cuando vi todo lo que pasaba se me ocurrió llamar por redes a reunirnos aquí”, dice.
En el camino se encuentra con la concentración que tiene lugar en la Embajada, a pocos metros del corazón de la ciudad. Allí, Rodrigo Vicente, secretario gremial de la CTA Autónoma señalaba: “El Gobierno de Chile, lejos de dar respuestas a las demandas de miles de chilenos hastiados de un modelo desigual y abusivo, elige la represión y da rienda suelta a las fuerzas de seguridad que hacen estragos en las calles. Estamos acá porque apoyamos la lucha del pueblo chileno en esta pelea por una justa distribución de la riqueza y la igualdad de derechos y oportunidades. Junto a ellos seguimos soñando con la patria grande y el fin de las desigualdades de un modelo neoliberal que se cae a pedazos, pero las minorías intentan sostener a como dé lugar”.
Por su parte, Egar Actis, secretario general de ATE Bariloche expresaba: “Como ellos han definido, no es a raíz de los 30 pesos en el trasporte, sino de 30 años de sufrir políticas de explotación y desigualdad social. El pueblo ha estallado harto de vivir esta situación y ha dicho basta de la manera que sabe un pueblo, que es movilizándose, saliendo a la calle pacíficamente. El resto de las acciones, de la violencia, viene de parte de un estado represor al servicio de las clases dominantes y en detrimento de la mayoría del pueblo que sufre”.
Ya al mediodía, desde Onelli y Moreno bajó hacia el centro la marcha convocada a nivel mundial que también tuvo eco en nuestra ciudad. Como bandera al frente sonaban un grupo de tambores, un latir creciendo al que ya no le quedaban palabras, sino un sonido desde lo más profundo, capaz de cruzar la cordillera y abrazar al pueblo todo.
Por Violeta Moraga
Fotografías: Ramiro Costa
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen