Conversamos con Verónica Sforzin, docente y socióloga que estará visitando nuestra ciudad junto a Dora Barrancos en el marco del conversatorio “Las mujeres en la lucha sindical. Donde hay una necesidad nace un derecho”.
– ¿Cómo surge esta propuesta?
-La propuesta nace desde las compañeras del MENA (Movimiento Educativo Nacional). Ellas vienen trabajando hace muchísimos años en Bariloche para construir un movimiento educativo amplio y siempre la cuestión del rol de las mujeres y la igualdad de género la trabajamos como movimiento social.
Es un tema que no es fácil de trabajar. Parece mentira pero en un ámbito donde las mayorías son mujeres, como es el sindicato educativo, también existe la disparidad de género. Por esto nos vemos impulsadas a realizar este tipo de paneles, talleres y espacios de debate. No porque sean mayoría las mujeres en los ámbitos sindicales implica que haya una igualdad en el reconocimiento y en los espacios de poder.
Es una pelea y una discusión constante con los compañeros. No es una idea académica o una idea desde una persona… Es una necesidad social y física del movimiento de educación. Personalmente estoy orgullosa de poder estar en Bariloche al lado de una referente del feminismo y de la lucha política como es Dora Barrancos, con toda una vida de militancia a cuestas, es desde esa práctica política que se va construyendo un saber. Esa es otra de las características, el poder unir la militancia con espacios de reflexión, que no quede la teoría sin la práctica.
-Esta caracterización que haces respecto a los roles de las mujeres en la actividad sindical ¿Se da a nivel nacional?
-Toma especificidad en las realidades y en las luchas de cada lugar. Por ejemplo, el MENA es un movimiento nacional pero cada una de las provincias y ciudades tienen sus propias reivindicaciones específicas. En nuestros foros siempre se trabajó el género como un tema transversal, las propuestas en este momento que se están lanzando a nivel sindical tienen el aspecto de género.
Hay generalidades, la desigualdad en términos de representatividad política la vemos en todos los ámbitos, en lo sindical y en lo político en general. Seguramente Dora va a contar su propia experiencia en este sentido. Yo estuve participando en las elecciones de este año y vemos como en el armado de las listas –que por suerte ahora está el tema del cupo- siguen existiendo diferencias. A veces parece que la mujer va “de relleno” para completar el cupo y no por una representatividad de militancia, de un sector. Hay mucho por deconstruir y seguir peleando.
-En este momento, el rol de la mujer sindicalizada ¿Lo están ocupando las mujeres de los movimientos sociales?
-Cada vez más… Es una pelea permanente. Hace algunos años, yo participé de la FUA (Federación Universitaria Argentina) y en los espacios sindicales de los sectores de la juventud siguen existiendo estas problemáticas, en términos de quienes ocupan los lugares. En términos de paridad e igualdad de géneros todavía nos falta mucho en lo sindical.
Es muy paradigmático el tema de los sindicatos educativos, en donde un 80% son mujeres y todavía en las listas seguimos faltando. Una autora boliviana, Silvia Rivera Cusicanqui, habla respecto de cómo todavía tenemos el colonialismo en términos de relaciones de poder. Muchas veces no es solamente qué se dice, sino quien lo dice. Me parece que es la mujer la que tiene que llevar la voz y la bandera de esta lucha.
Muchas veces nos da miedo, o nos pone en jaque nuestros proyectos como la familia. Son muchos los desafíos culturales que todavía tenemos que afrontar para hacer la política, la polis, lo público. Hay problemas que tienen que ver con nuestra propia formación cultural como país y como territorio. Es bastante complejo.
Por Mariela Martínez, Fabián Agosta y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen