Organizaciones sociales visibilizaron en Bariloche el hambre que avanza en los barrios de trabajadores pobres.
En varias ciudades del país los movimientos sociales realizaron este miércoles ollas populares. También en Bariloche, pese al diluvio. Fue en el merendero Alihuén del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos), sobre la pasarela peatonal del barrio Barda Este. “Esta la realidad cotidiana del que busca el pan en la Patagonia”, dice a Al Margen Laura Ferman. “La de andar con pies mojados y cagado de frío si no tenés buena campera”.
La diferencia con un día cualquiera en Alihuén fue la convocatoria a medios. Una acción coordinada por la CTEP, la CCC y Barrios de Pie para visibilizar el reclamo de Emergencia Alimentaria en la Argentina.
“Los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular somos los más afectados por este modelo económico que todos los días deja a más personas sin comida y sin trabajo. La desocupación y el aumento desmedido en los alimentos de la canasta básica hacen que los sectores más pobres sufran una crisis de extrema gravedad”, señala Ferman, una de las referentes del MTE en nuestra ciudad.
Se prepararon cien porciones de guiso y no quedó ninguna. Los vecinos seguían cayendo al merendero con tapers que volvían vacíos a sus casas. “Un éxito”, decimos. “Una olla convocante no puede considerarse un éxito”, responde Ferman, con razón.
La jornada continuará este jueves, cuando la CTEP y la CCC se movilicen al Consejo municipal, a convencer a los ediles oficialistas que no sería un fracaso aprobar la Emergencia Alimentaria en Bariloche, como hicieron de manera unánime los concejales en Viedma y General Roca. La andina es la única ciudad importante de Río Negro que no lo hizo.
Los movimientos sociales demandaron también en todo el país el pago adeudado de salarios sociales complementarios, que permiten a miles de mujeres y hombres complementar su sueldo para acceder al mínimo vital y móvil.
Además solicitaron la continuidad de convenios de trabajo en unidades capacitadoras. Este reclamo tira por la borda el argumento del “no quieren trabajar”, porque justamente las organizaciones sociales piden que el Estado garantice insumos de producción para miles de beneficiarios de programas de empleo que hoy solamente se están formando.
Insistieron asimismo en la necesidad de prorrogar la Emergencia Social –que vence en diciembre-; declarar la emergencia en infraestructura social, agricultura familiar, adicciones y violencia de género; y presupuesto para comenzar a urbanizar los barrios populares, de acuerdo a la ley nacional aprobada por unanimidad en junio de 2018.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen