Se trata de una familia que regresó al Grupo Encuentro. Su caso es ejemplo paradigmático de la crisis en Bariloche, la única ciudad grande de Río Negro que no declaró la Emergencia Alimentaria.
Con vergüenza, una familia volvió al comedor comunitario donde el Grupo Encuentro asiste a diario a centenares de barilochenses. La última vez había sido en 2001, en medio de la peor crisis de la historia argentina.
La anécdota la cuenta a Al Margen Edith Espinoza, una de las coordinadoras de Encuentro. Es muy ilustrativa, dice, de la crisis que atraviesa nuestra ciudad. A principio de año iban al comedor 90 personas, ahora lo hacen 130. Un 44% más.
Encuentro es una de las cuatro entidades barilochenses que reciben asistencia del Estado. Las otras son Gente Nueva, Cáritas y Cre-Arte. Sin embargo, desde la asunción del presidente Mauricio Macri los merenderos no paran de crecer, sin ninguna ayuda pública.
“Se gestionan en soledad, no hay un Estado que los regule ni los controle. Creo que falta lectura política de esta situación”, dice Espinoza.
Uno de ellos es Pequeños Fuertes, en el barrio 2 de Abril. Abrió a fin de año pasado y hoy lleva adelante una titánica tarea los domingos por la tarde, con ropero comunitario y galletitas y jugos en un patio a cielo abierto de un vecino. Las familias que lo sostienen mantuvieron un encuentro con Juan Pablo Ferrari, subsecretario de Políticas Inclusivas, en búsqueda de un lugar al menos techado. Quedó en llamarlas, pero no lo hizo.
A pesar de la crítica realidad, el oficialismo de Juntos se negó a tratar en el Consejo Deliberante la declaración de Emergencia Alimentaria presentada en diciembre por la CTEP y la CCC junto a otros movimientos sociales. El proyecto prevé utilizar el 25 % de la coparticipación, el 50 % de la partida de un crédito adicional y el 50% de lo recaudado por derechos de Casinos y salas de juegos.
Bariloche es la única ciudad importante de Río Negro sin este instrumento implementado en varias ciudades argentinas. En marzo lo hizo el municipio de General Roca, por unanimidad de sus ediles, fortaleciendo los comedores existentes. Y esta semana el de Viedma, también por mayoría absoluta, multiplicando las tarjetas de compras alimentarias.
Por el contrario, el movimiento de infancia local denunció que la municipalidad recortó la ayuda social al Colectivo Al Margen, donde jóvenes y adolescentes realizan talleres productivos de carpintería y panadería. El miércoles próximo, el intendente Gustavo Genusso deberá dar explicaciones del caso en la sesión del Consejo de Infancia.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen