Hoy se cumplen 17 años de la matanza de Puente Pueyrredón del 2002. Sudestada entrevistó al Papá de Darío Santillán. Un fragmento de la nota.
Observarlo sobre el escenario improvisar un discurso encendido hacia los compañeros y las compañeras de su hijo asesinado, dueño de un vozarrón que asustaría hasta al más corrupto de la policía bonaerense hace que, por un momento, no veamos a ese entrañable enfermero de vocación con acento perdido del norte argentino llamado Alberto Santillán. De sonrisa escondida detrás de tanto andar recorriendo territorios y tribunales para exigir justicia, con su porte de maquinista industrial de otra época, y un poco tímido para medir palmadas en la espalda y con memoria suficiente para reconocer las traiciones de los que siempre se acomodan, Alberto es el padre cariñoso que llegaba del hospital agotado por una interminable jornada y era capaz de ponerle los puntos a su hijo Darío y a sus revoltosos compañeros que tomaban por asalto el comedor para soñar revoluciones urgentes.
En esos tiempos, los pibes solían gritarles a los más grandes que había que hacer algo ya. Hoy, Alberto le habla a los más pibes y comparte las enseñanzas de ese ejemplo que es para nosotros su hijo, Darío Santillán.
Alberto se movió siempre entre el dolor por ese hijo que falta, la satisfacción de continuar sus sueños interrumpidos y un irrenunciable pedido de justicia. Entre esos huecos que le da la lucha, la familia y el trabajo, ponemos en pausa la redacción de Sudestada para charlar sobre su reciente viaje a Salta presentando la campaña #ConEllosNo, que denuncia, entre otros, a Felipe Solá (gobernador de la provincia de Buenos Aires en 2002) como responsable político de la Masacre de Avellaneda y hoy reciclado como opción electoral.
“Sería mejor si fuese un año con justicia, una justicia que me permitiera hacer el duelo a mi hijo. Pero no puedo hacerlo cuando veo a los hijos de yuta paseándose como presidenciables por todos los canales. Y sobre todo, al lado de los mismos militantes de movimientos sociales que, en su momento, lo habrán conocido a Darío, habrán peleado junto a él y muchos de ellos seguramente nos habrán acompañado pidiendo justicia por Darío y Maxi. Hoy los vemos blanqueando a Felipe Solá. No son todos los movimientos sociales, son los traidores que ahora están buscando, de manera desesperada, meterse en un lugar o en otro. Me pregunto cuál es su conciencia… Pero también tenemos a los otros compañeros, los que se pusieron la campaña #ConEllosNo al hombro y nos acompañan siempre. Porque si hacemos un documento, no todos firman; ahí vemos que tienen otros intereses y te jode, te molesta pero también sirve para ver quién es quién. Entonces les decís ‘no participes, no vengas más ni me abracés’, porque a los traidores hay que tratarlos así. Pero también hay que pensar que hay otros miles y miles que siempre están”…
Redacción Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen