La presentación de la bandera mapuche en las escuelas, en el marco de la promesa que realizan los niños y niñas de cuarto grado, constituye un símbolo vivo para la reflexión y el reconocimiento de la diversidad cultural.
El declaración de Bariloche como municipio intercultural -por la ordenanza 2641- que reconoce entre sus fundamentos que “la ciudad se encuentra asentada sobre el territorio que habita desde siempre el Pueblo Mapuche y demás pueblos originarios de la región, preexistiendo a cualquier tipo de organización estatal”, encuentra este 20 de junio -fecha en que se conmemora el Día de la Bandera en homenaje a su creador Manuel Belgrano- acciones concretas para dar vida a textos fundamentales en el afirmación de derechos.
Justamente, en el artículo 210 de la Carta Orgánica Municipal se establece que la Municipalidad, entre otros puntos, no solo debe garantizar el respeto a la identidad de este pueblo, sino promover “el derecho a una educación bilingüe e intercultural que contribuya a preservar y fortalecer sus pautas culturales, su lengua, cosmovisión e identidad étnica, procurando su desempeño activo en un mundo multicultural y el mejoramiento de su calidad de vida”.
En este sentido es que la presentación de la bandera mapuche –Wenufoye- en escuelas de esta ciudad en el marco de los actos de la “Promesa a la bandera Argentina” que realizan los niños y niñas en cuarto grado cobra una vez más relevancia.
“Al difundir este acto de fuerte implicancia política para nuestro Pueblo y ciudad (Furilofche waria mew), queremos expresar el respeto y afecto con el cual se lleva adelante esta acción. Asimismo, ponemos en valor el rol que han decidido tomar los pichikeche (niños y niñas) dentro de los espacios educativos donde circulan y dónde aún operan las lógicas y normativas del Estado-Nación, el cual todavía tiene sus resistencias a la hora de reconocer la diversidad”, expresó en un documento la organización mapuche Pu Pichike Choike, que acompaña a niñas y niños en este proceso de revalorización de la cultura mapuche dentro de la educación primaria.
“Ponemos esto en relevancia como un acto político”, dice a Al Margen Yanina Llancaqueo, integrante de Pu Pichike Choike respecto al documento que elaboraron y recuerda que hace ya varios años que se lleva adelante esta presentación en diferentes escuelas de Bariloche y Río Negro. En la ciudad, este año, los actos tuvieron lugar este miércoles en la Escuela N° 266 (Costanera) y la Escuela N°154 (Frutillar). En tanto este viernes se realizará en la Escuela N° 329 (Pilar II).
“A lo largo de estos años nos ha tocado acompañar varias veces este proceso y lo que hemos visto es que algunas escuelas lo valoran mucho, y se ven enriquecidas con este proceso, y otras tienen cierta resistencia a que se presente la bandera mapuche. Por eso queríamos poner en relevancia una cuestión que surge naturalmente, porque todos los chicos y chicas están escolarizados y cuando llegan a cuarto grado ocurre la pregunta: ¿nosotros qué vamos a hacer?”.
Estas preguntas, que se hacen los chicos y las familias cuando llega el momento de prometer a la bandera son las que igualmente se llevan y plantean en el taller, que también se tiene lugar algunas escuelas. “Damos talleres para que esto no quede en el acto en sí de presentar la bandera, sino como algo más amplio, que tiene que ver con lo realmente profundo de esto, que es el reconocimiento de la diversidad de identidades dentro de una escuela. Eso queríamos expresar en el documento. Más allá de la bandera como símbolo que representa a pueblos, también pensar que en una institución como la escuela hay un montón de personas y de diversidad de identidades”.
Se refiere entonces a cómo toda la legislación – las leyes a nivel provincial, la ley de educación orgánica que promueve la revalorización de las culturas y el reconocimiento de la preexistencia, la carta orgánica municipal y hasta el convenio 169 de la OIT y la Constitución Nacional- se hace carne en algo concreto. “Estos son los procesos que venimos acompañando, porque a nivel normativo está muy reconocido. Sin embargo en los establecimientos hay distintas reacciones. Y está bueno preguntarnos como escuela, como miembro del pueblo mapuche, por qué esto está ligado a las buenas voluntades, cuando está escrito en tantos niveles legislativos. Por eso se vuelve un acto político importante, porque la escuela debiera reconocer las diferentes identidades”.
Así, un momento que podría ser meramente protocolar invita a diversas reflexiones. “Surgen preguntas interesantes. Valoramos la iniciativa de los chicos y ver cómo acompañar ese proceso. Estamos contentos, es muy positivo, sobre todo cuando la escuela da lugar y escucha esas voces”.
Por Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen