Perros rabiosos en la masacre de Monte
Los perros rabiosos siguen en la calle. Prepean. Huelen enemigos. En los pibes con gorrita, en los luchadores sociales, en las chicas y chicos que van cantando a bordo de un Fiat 147 en un pueblo de algo más de 20.000 habitantes. Disparan. Persiguen. Empujan al fuego de la inmolación. Desde los tiempos de la…