A pocas horas de presentarse en Bariloche con su última producción: Defensores de causas perdidas, la mítica murga uruguaya Agarrate Catalina dialogó con Al Margen y adelantó algunas de las tramas que desplegarán en escena.
Cae la tarde y la luz final entra por los ventanales del Hotel Bella Vista donde se alojan los más de 20 integrantes de la mítica murga uruguaya fundada en el 2001. Aquel año Argentina se llenaba de voces que hilaban imágenes relatando los acontecimientos de un país que se desmoronaba. Hoy, nuevas voces hacen lo suyo en distintos barrios barilochenses y en la previa al espectáculo de Agarrate Catalina se organiza un encuentro con murgas locales para intercambiar experiencias.
Algunos redoblantes resuenan todavía tímidos mientras la banda baja por partes y se va entremezclando con las caras expectantes por decir y escuchar. Pasadas las siete, en ronda, el encuentro se vuelve íntimo y da lugar a las distintas presentaciones. La Negra Murguera, Los Herederos de Kazó, La Retobada, Pura Cháchara, son algunas de los presentes y el intercambio va desde cómo se conformó Agarrate al modo de funcionar actual, en cooperativa. De la experiencia de cantar en lugares tan disimiles como China, Egipto o Italia a cómo se organizan para armar los espectáculos y trabajar las letras de las canciones.
Tabaré y Yamandu Cardozo, fundadores de uno de los máximos referentes de la escena artística de su país, relatan con generosidad anécdotas, aciertos y errores, mientras otros integrantes de la banda, muchos de los cuales están desde los inicios, van complementando las experiencias. Algo queda claro, no hay una fórmula, sino una forma de hacer y el trazo de La Catalina tiene su sello bien propio.
“Hace 18 años que andamos en esto y muchas de las personas que están acá arrancaron con Catalina. Hoy somos una cooperativa constituida. Entendimos que estaba bueno aportar como cualquier laburante y como artistas populares, para nosotros es un trabajo, aunque tenga tías que con mucho amor todavía me dicen de qué trabajo”, se ríe Yamandú al inicio de la charla. “Nos gusta mucho este género que vemos desde la infancia y lo que sacamos hacia afuera es nuestra versión de la murga. No es la única. Cada año en Montevideo hay tantas versiones como murgas”.
Yamandú también relata lo central del ejercicio colectivo “que hacemos porque lo aprendimos, y ahora más conscientemente porque lo defendemos como evento cultural, como herramienta, como puente y manera de relacionarnos”, dirá. “Es la voz de un pueblo que no tiene la exigencia de presentar ningún currículum de nada ni ninguna graduación para poder hacer su expresión y construirla. Es una riqueza muy grande, porque en general sino no tendríamos la posibilidad de ser emisores en ningún medio de comunicación, solo seríamos receptores”, continúa. “Cada una de las murgas plantea una editorial de su visión del mundo y su realidad. Es un ejercicio muy saludable. Así que además de que nos enamora este género, conceptualmente es una pelea que seguimos dando: la de la realización colectiva de este tipo de espectáculos, y en eso andamos desde 18 años”.
Más tarde Tabaré Cardozo señala Al Margen: “Estos encuentros con murgas de los barrios nos ceden un espacio que por la dinámica de la gira pocas veces se da. Es una vorágine muy grande, pero esto nos permite escuchar a otros compañeros y mostrar nuestro arte más a pie de calle”. También destaca: “Esta herramienta nos trasciende y está bueno que cada uno pueda armar una murga y decir sus verdades y que esté esta herramienta tan potente y al alcance de la mano”.
– ¿Cuál es el espíritu del último trabajo, Causas Perdidas?
-Creo que el arte y el hecho de ser artistas implica una construcción de un mundo imaginario, que en realidad sabemos que es una utopía. Hay como una sublimación de la realidad. Entonces el arte en sí mismo es una causa perdida y nosotros como artistas somos defensores de causas perdidas. Tratamos de abrazarnos a esa consigna y en torno a eso escribir el hilo argumental. Los espectáculos murgueros en general tratan de hacer una autopsia de lo acontecido durante el año, y hay que buscar un contenedor donde eso pueda expresarse y lo que elegimos fue esto.
– ¿Cuáles son las causas perdidas que plantean?
-La primera es el salpicón, un formato tradicional murguero de contar noticias y comentarlas. Con el advenimiento de las redes quedó en desuso, porque a las noticias que estás comentando ya le hicieron diez mil millones de memes, las radios 800 mil chistes, lo viste por Facebook, Instagram, Twitter. Entonces quedó viejo per lo queremos defender igual.
La segunda es la candidatura de Uruguay al mundial 2030. “Vemos que es un país que logísticamente no está preparado para los requerimientos de un mundial”, dice y adelanta otra causa perdida: Hacerle un himno a un club de fútbol Torque. “En Uruguay los himnos están hechos por murgas y hacen loas de los logros de los equipos, del arraigo barrial. Pero este es un cuadro que tiene diez años y no tiene barrio, no tiene las características que siempre se describen. Por eso nos enfrentamos a la imposibilidad de hacerle el himno y ahí está el chiste”.
La última es doble, defender la lucha de clases como concepto de equidad y la grieta: “Nos enfrentamos a los problemas de gestión para llevar a cabo una cosa que fue diseñada hace 150 años. Hoy se intenta aplicar y después de haber pasado por varios intentos, mostramos los bemoles que tiene y nos reímos de esa caricatura. Por un lado la ideología congelada y por otro los principios. También está la grieta, que se junta con el anterior: es como demasiado elemental pensar en una división binaria de buenos y malos, o blanco y negro. El pensamiento maniqueo no funciona porque hay una cantidad de sub grietas que subyacen debajo de esa aparente y lo ponemos de manifiesto”. Finalmente Agarrate Catalina se despide con una retirada dedicada a las murgas de La Teja, de resistencia a la dictadura.
Así, con este espectáculo que arrancó el 6 de abril, planificaron recorrer 18 ciudades de Argentina en 24 días, llegando esta noche el turno de Bariloche, a las 21 horas en el gimnasio Don Bosco.
– ¿Cuál es presente de La Catalina?
-Es muy dinámico y siempre en el ahora, nunca estamos ni muy nostálgicos ni planificando demasiado. Es difícil relatar el partido mientras se está jugando. El presente de Agarrate Catalina vive mientras esté viva, el día que viva en el recuerdo es porque ya murió.
Por Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen