Hasta el 22 de marzo se expone en la Sala Eva Klewe la muestra “Uterinas”, de Laura Royo, y “Mujeres y territorios”, de Rocío Toppetti.
Goce y sufrimiento, maternidad y Edipo, conquista y soledad deambulan en el Salón Cultural de Usos Múltiples de Bariloche, con el protagonismo de mujeres artistas en una muestra sobre mujeres.
Pintada en látex sobre madera, “Mujeres y Territorios” de Rocío Toppetti visibiliza a mujeres originarias, empleando colores vivos en instantáneas cotidianas e imperecederas.
“Mujeres y Territorios tiene dos sentidos: uno, que pone sobre la mesa los territorios que va conquistando la mujer, su cuerpo, espacios de decisión, disputa de poder frente a una sociedad estructuralmente desigual. Y otro como llamado a comunicar que ni las mujeres ni la tierra son territorios de conquista”, explica a Al Margen.
“Pero las mujeres originarias no son un tema a representar”, aclara. “Son algunas de nosotras y somos todas. ¿Por qué? Porque no son para mí un objeto de estudio. Son y somos los cuerpos que decido representar, así como una revista de dominación cultural decide exponer e imponer un estereotipo de belleza específico. Son decisiones políticas. Mientras veo que revistas dedicadas a la maternidad muestran cuerpos sin estrías y con muchos almohadones blancos, pinto una madre amamantando con amor en su leche y preocupación en su rostro. Seguro le duele la teta, a lo mejor no decidió parir ese bebé desde el deseo”, señala.
Laura Royo, en tanto, dice que “Uterinas” es de temática universal. “Pinto porque es mi modo de expresarme”, cuenta Al Margen, “y elegí títulos que tal vez condicionan al público. Otros quizás vean otra cosa”.
Su muestra surrealista está expuesta en oleos sobre papel, grafito y anilina sobre látex. “Sola”, uno de los cuadros, es el más innovador: hay toner sobre látex fijado con secador de pelo y laca en aerosol. Dedos, pinceles, soplidos.
“No pienso cómo arrancar a pintar; empiezo con manchas que emergen del subconsciente y luego se definen. Alguien me dijo que algún cuadro le resultaba inspirador: creo que en una mujer sufriendo con su propio dolor o en las angustias hay una comunión con otros”, dice.
Ambas empezaron desde muy pequeñas. Toppetti desarrolló gran parte de su muralismo en La Matanza, provincia de Buenos Aires, con intervenciones territoriales de profundo sesgo social.
“No es hobby lo mío; no es arte para distenderme. Es arte con dedicación tiempo completo”, asegura.
La artista plástica Laura Royo, de formación autodidacta, quiere agregar: “No estoy pintando la vida de otro, sino mi vida, que puede estar vinculada con los demás”.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen