Miles de personas marcharon por las calles de Bariloche en el marco del Paro de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y personas no binarias. Hubo cantos populares, intervenciones artísticas, rondas de arroz con leche y la lectura de un documento.
Pero sobre todo las calles fueron territorio de pañuelos verdes y violetas, que exigen que se legalicen los abortos y que se efectivicen políticas públicas, con presupuestos acordes, que equiparen oportunidades y derechos para consolidar, de una buena vez, una sociedad sin violencias de género.
El paro y la marcha del 8M de 2019 tuvo 5 consignas específicas: por trabajos dignos, por el acceso a la salud reproductiva, por la separación de la iglesia del estado, contra las políticas de ajuste y por el fin de los travesticidios y femicidios.
Paro y Marcha
Leticia Campodónico, referente de la Asamblea Ni Una Menos (NUM), nos cuenta que “Desde el año pasado habíamos acordado vernos los primeros días de febrero, y cuando la Asamblea hizo el llamamiento a fines de enero pensamos en hacer una actividad, que fue hacer pañuelos violetas que digan “8M yo paro”, con la convocatoria a este día. Decidimos hacer una fiesta para juntar dinero, compramos 30 metros de tela, cortamos 720 pañuelos, y los estampamos durante un mes y medio. Después se hizo un pañuelo gigante naranja, de la separación de la iglesia del estado, y otro verde, por el aborto legal seguro y gratuito. Fue una experiencia maravillosa, la acción colaborativa. Muchas compañeras cortando, cosiendo en sus casas. Y acá estamos repartiendo un montón de pañuelos”
Julia Biagioli, del Colectivo Al Margen, agrega que este 8M tuvo, durante su organización, la particularidad “que muchas organizaciones, mujeres autoconvocadas e identidades disidentes se juntaron en la Asamblea Ni Una Menos, para articular lo que fueron las actividades culturales y los principales reclamos de esta movilización, pensando que no es solamente un paro de mujeres, sino también de lesbianas, trans, travestis y las personas no binarias. Eso fue una renovación”.
Algunas banderas de organizaciones y movimientos se van levantando en la esquina de Onelli y Brown. Nos acercamos a la bandera del Frente de Mujeres del Movimiento Evita y le preguntamos a Romina que representa para ella este 8M. Nos contesta que “este 8M es el día de la mujer trabajadora y para nosotras que somos trabajadoras, formales o informales, representa un día de lucha. Una de las tantas consignas. Porque hay tantas consignas como mujeres hoy acá. Yo soy médica y para mí se destaca el reclamo por el aborto legal”. Con Rocío, de La Cámpora, conversamos sobre la particularidad de este 8M en el contexto del 2019. Ella nos dice que: “Lo que es particular en este contexto es la visibilidad de la cantidad de femicidios, la precarización laboral de las mujeres, la lucha por el aborto legal seguro y gratuito que está instalado en las calles. Es la reivindicación de todas las mujeres que han podido salir a la calle y decir BASTA a una violencia machista que nos oprime y nos mata día a día”.
Bajo el enorme pañuelo verde, que ocupa casi la mitad de la calle, nos encontramos con Débora, del Plenario de Trabajadoras del Partido Obrero, quien nos cuenta: “Marcho principalmente por el aborto legal, seguro y gratuito, por un Estado laico, por igual trabajo- igual salario, y por mis compañeras precarizadas. Son temas prioritarios”. Un poco más adelante, Malen, bajo un enorme pañuelo naranja, que representa la consigna de la separación de la iglesia del estado, nos dice que esa división “es algo que las mujeres necesitamos”.
Unos minutos después, la marcha comienza a bajar hacia Moreno, y de a poco, las calles se van tiñendo de verde y violeta. Nos topamos con algunas jóvenes independientes quienes nos comentaron sus motivos para estar marchando. Sol, con vergüenza por el grabador, nos dice que marcha “por el feminismo y por las mujeres”. Daniela, su compañera, dice: “Porque quiero ser parte de este cambio y de este movimiento. Tengo una nena y me parece importante pelear por nuestros derechos”. Micaela, frente a la misma pregunta, nos dice: “Me parece que tenemos que parar para que vean nuestra presencia en el mundo, y todas las injusticias que vivimos por el hecho de ser mujeres, y disidentes del sistema. Estar en las calles es una forma de revindicar nuestros derechos y estar presentes en la lucha”. Paloma nos comenta: “Estoy apoyando el Ni Una Menos, la separación de la iglesia del estado, y el aborto legal”.
Niñas, no madres
Este año seguimos por los medios de comunicación dos casos aberrantes en los que se obligó a parir a niñas, una de 11 y otra de 12 años, quienes quedaron embarazadas luego de ser violadas por personas mayores. Demorar interrupciones legales de embarazos para luego obligar a las niñas a parir es tortura. Desde hace casi 100 años que es legal solicitar una interrupción legal de un embarazo (ILE) producto de una violación. ¿Por qué torturan niñas? ¿Cómo pueden ver en una violación una oportunidad?
Por eso el 8M del 2019 se hizo eco de la campaña “Niñas, no madres”. Marian, de Mala Junta Nosotras Revolución, nos dice que para que las niñas crezcan libres “tenemos que impulsar la ESI en las escuelas, la separación de la iglesia del estado, enjuiciar a los curas pedófilos de las iglesias. Educación, y que se apruebe el aborto legal seguro y gratuito en todo el territorio nacional, para que podamos tomar decisiones contando con la Interrupción Legal de Embarazos (ILE)”.
Victoria, una joven independiente de 22 años, nos dice al respecto: “Me parece clave. Una nena no tiene que estar cuidando a un niñe que encima es producto de situaciones que no entiende y no pudo manejar”.
Leticia, de la Asamblea NUM, nos cuenta que ella lo vivió como “un proceso muy personal, porque fui una niña madre. Quedé embarazada a los 14 producto de un abuso y me llevó 20 años ponerle nombre a eso. Tengo claro el concepto. Me parece que es terrible y violento. El otro día charlaba con unas compañeras recordábamos cómo éramos a los 11 años. Otra cosa que me queda claro es que si una niña de 12 años no está legalmente habilitada para adoptar ¿por qué sí podemos forzarla a ser madre si queda embarazada por una violación? No, bajo ningún punto de vista. Niñas, no madres”.
Mientras conversábamos se escuchaban de fondo dos cantos populares. Uno de ellos daba una respuesta a los varones que cuestionaban porqué el 8M era sólo un paro de mujeres, y decía: “ole ole, ole ola, ole ole, ole ola, si los varones quieren parar, que sí que paren, que nos paren de matar, ole ole, ole ola”. El otro contextualizaba el año electoral y decía: “el patriarcado, que arda; la violencia machista, que arda; Macri, que arda; Cristina, ¡¡que vuelva!!”.
En la Plaza de los Pañuelos
Durante el recorrido hubo intervenciones artísticas, que se iban sucediendo en diferentes esquinas. En la Plaza se dio lectura al documento consensuado por las organizaciones y personas que participan de la Asamblea NUM. En el mismo se establecieron las consignas del 8M, y se asentaron datos. Como por ejemplo, al hablar sobre la precarización laboral de las mujeres en el documento podemos leer que en la provincia de Río Negro “el 69% de les desocupades son mujeres”. Y referido a los sueldos, en el sector formal las mujeres cobran un 27% menos que los varones por el mismo puesto de trabajo, y en el sector informal ese porcentaje sube a un 35%.
Otra de las cifras que difunde el documento es el número de femicidios del 2019. Entre el 1 de enero y el 28 de febrero, el Registro Nacional de Femicidios, contó 45 femicidios. Eso arroja una cifra de 1 mujer asesinada cada 31 horas. Entre ellas esta Valeria Coppa, asesinada por Mariano Cordi en la Catedral de Bariloche a plena luz del día.
Y se aclara, también en el documento, que no hay 8M sin 7M, ya que los 7 de marzo se rememora el asesinato de Pepa Gaitan, asesinada por ser lesbiana. En el mismo se puede leer: “Queremos que pare el acoso a las lesbianas, travestis, trans y a todas las identidades disidentes, pertenecientes al colectivo de la diversidad sexual”.
Cada una de las marchas del movimiento feminista nos permite repensarnos. Isa, de Lobo Suelto, al ser consultada sobre los aprendizajes de este 8M nos dice que “como jóvenes tenemos la posibilidad de seguir disputando espacios, llenarlos de juventud, de brillos y de agite. Y también de animarnos, como jóvenes, a disputar el poder. Y que realmente el poder se vuelva feminista. Específicamente, este año las feministas tenemos como desafío sacar a Macri”.
Se hizo de noche. Y el 8M de este año se fue cerrando con música y bailes en la Plaza. Pero las consignas seguirán siendo parte de nuestra historia cotidiana.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen