El 26 de noviembre, durante la marcha que reclamaba por justicia para Rafael Nahuel, un trabajador municipal que desempeña sus funciones en el Centro de Atención y Articulación Territorial (CAAT) n° 8 fue golpeado por efectivos policiales y privado de su libertad durante un día. Conversamos con el equipo municipal de la Dirección de Promoción Social, del cual dependen los CAAT, para comprender qué tipo de acompañamiento estaban realizando desde la municipalidad ese día durante la marcha.
A un año del asesinato de Rafael Nahuel se organizó una marcha para continuar con el reclamo de justicia. El equipo técnico municipal del CAAT 8 definió, como en todas las marchas y actividades en las que se reclama justicia, participar de la misma con el objetivo de contener y ayudar a la familia.
Contener y ayudar. Estar presente. Palabras que tienen mucho que ver con el Estado, pero que no siempre se comprenden. Ese lunes 26 de noviembre Marcos, un trabajador del CAAT 8, bajó sólo a la marcha, algo que no solían hacer, pero justo esa mañana el resto del equipo estaba desempeñando otras funciones en el barrio. Se mantuvieron en contacto a través del celular. En una de las últimas comunicaciones, Marcos avisa que iba a subir al CAAT. Luego de ese mensaje, se corta la comunicación. El equipo técnico, preocupado, decide arrimarse al lugar donde se estaba desarrollando el reclamo. A través de fotos confirman que Marcos había sido detenido junto a otras personas. Y todavía más: ven un video en el que un reportero le dice a la policía que no se lo lleven porque es un empleado municipal en funciones y la policía decide, de todas maneras, llevárselo. Es el Estado metiendo preso al Estado.
A partir de ese momento, el equipo municipal empieza a peregrinar buscando cuidar a su compañero de trabajo. Al principio les dijeron que Marcos estaba en la comisaría segunda, después que estaba en Dina Huapi, y el desconcierto crecía: su compañero estaba preso por desarrollar las funciones específicas que le confiere su trabajo, y ni siquiera sabían en dónde. Una de sus compañeras nos cuenta: “Él estaba trabajando. Es parte de nuestras funciones dentro del CAAT: promover los derechos de las personas. Esta familia está reclamando justicia hace un año. Y nosotros estábamos ahí, ni siquiera metiéndonos en la parte legal, acompañando desde lo afectivo a la familia. Era parte del respeto que sentíamos, la necesidad de estar ahí al lado. No pueden pegarte y meterte preso por eso, por hacer tu trabajo”.
Finalmente les comunicaron que al empleado municipal lo habían trasladado a la PSA en el aeropuerto, pero recién al día siguiente pudieron comunicarse con él. Le dijeron que se quedara tranquilo, que estaban todos y todas afuera para cuidarlo.
Cerca de las 16hs del día martes 27 de noviembre, el equipo municipal fue nuevamente al aeropuerto. Cuando pidieron verlo les dijeron que tenían la orden de liberación. Entre las 18 y las 18.30hs finalmente liberaron a Marcos.
Nos dice uno de sus compañeros: “Evidentemente que Marcos haya sido empleado municipal no cambió nada. Es gravísimo, porque Marcos es empleado del estado, y estaba preso, y no tenía abogado, ni nadie que lo defienda”.
Conversamos con el equipo técnico municipal del CAAT 8 de la Dirección de Promoción Social para profundizar sobre esta situación:
¿Por qué era parte de su trabajo estar en las marchas?
- Tomamos la decisión de participar de todas las marchas para estar cerca de la familia. Lo charlamos específicamente como equipo. Fue una estrategia y una metodología para acompañar a la familia. Para contener y ayudar.
- Estar en las marchas y en otras actividades en las que se reclamaba justicia, como fue la pintada de murales, y como puede ser otra actividad. Desde hace un año, todos los meses, se vienen haciendo las marchas y la del 26 fue a un año del asesinato de Rafa. Tiene que ver con nuestro trabajo fomentar la participación y eso también es una instancia de participación: reclamar por justicia o por un derecho.
- Acá no se trataba de si adherís o no, que es una cuestión personal. En esta situación se estaba acompañando a la familia. Después donde quiere militar cada persona es otro tema, pero Marcos estaba ahí por su trabajo. Excede a lo que piensa cada uno del hecho.
¿Qué tipo de acompañamiento vienen realizando con la familia de Rafael Nahuel?
- Parte de nuestras funciones es la promoción de los derechos. El acompañamiento desde los programas tiene que ver con la contención y también con la articulación con otras instituciones y organizaciones que hacen seguimiento de las familias.
- También a la familia se la acompaña desde otros programas del CAAT. Lo que hemos hecho e intentamos, con mayor y menor éxito, es hacer visitas en la casa. Y el participar de estas instancias de reclamos es parte de ese acompañamiento que hacemos. No solo se trabaja la asistencia económica sino acompañar desde lo afectivo.
- Más allá de nuestro trabajo, lo cierto es que durante las visitas registramos muchísimo dolor, y buscamos acompañar a la familia en ese dolor.
Durante las marchas y los reclamos el Estado puede asumir diferentes roles: puede reprimir y buscar silenciar el reclamo, puede organizarlo y también puede buscar desarrollar estrategias para contener el conflicto ¿Por qué creen que no se entiende el rol de contención que tiene que tener el Estado en esos momentos?
- Creo que tiene que ver con que se corre el foco. Porque en el medio del reclamo del Pueblo Mapuche asesinaron a Rafita y me da la sensación que no todo el mundo se da cuenta que es un pibe. No logran humanizarlo, entender que tiene una familia, que tiene una historia. Pero lo cierto es que aquí hay una madre desesperada porque hace un año mataron a su hijo y está reclamando justicia. Y es el juez que envío la orden de reprimir el mismo que está llevando adelante el juicio.
- También pasa que está muy naturalizado en la sociedad que se mueran pibes en estas circunstancias.
- Hay quienes se preguntan: ¿cómo trabajadores del Estado le van a reclamar a otros trabajadores del Estado que se cumpla un derecho? Es como si marcara sus propias contradicciones. Nosotros tratamos de garantizar derechos y acompañamos en un reclamo legítimo por justicia, como parte de una estrategia de trabajo.
- Es algo que esta medio difuso el hasta dónde generamos los espacios para los reclamos. Es una discusión que dentro de Desarrollo Social se tiene un montón. Porque en una intervención ideal vos tenés que tratar de generar el ambiente y las circunstancias para que la misma gente de los barrios logre posicionarse y de manera activa partícipe de esta comunidad. Pero cuando esas cosas empiezan a suceder generan ruido y no gustan mucho, pero esta dentro de nuestras funciones.
¿Cuáles son las funciones del Equipo Técnico de un Centro de Atención y Articulación Territorial (CAAT)?
- Por un lado, intentar que la gente tome un posicionamiento activo frente las cosas que le pasan y que puedan generar los reclamos necesarios. Tratamos de hacer valer los derechos de las personas. Fomentamos un posicionamiento activo en las situaciones de violencia de género, problemas de trabajo, cuando las personas no tienen acceso a la educación.
- Buscamos acompañar y promocionar a las familias en la resolución de ese problema que hace que no estén garantizados sus derechos. Luego hay diferentes programas para acompañar a las familias en distintos aspectos: la beca de jóvenes, las despensas comunitarias, el eje familias, la pensión municipal, entre otros, como recursos económicos para acompañar a las familias. Pero no es sólo la cuestión económica, a veces tiene que ver con cuestiones más del orden simbólico. Y ahí es cuando ideamos estrategias de intervención para acompañar a una familia o a una persona en una determinada situación.
- También generamos redes. Quizás se acerca una persona por un tema específico y se va conociendo con otras personas. Y por eso siempre digo que se trata de generar el ambiente para hacer valer y garantizar los derechos.
- Sí, y los programas públicos son generales y las situaciones son particulares, entonces hay un programa general que tiene un objetivo específico, pero con cada familia se trabaja de una manera diferente. También articulamos con otras instituciones presentes en el barrio. Generamos redes con las instituciones y con las familias para tratar de resolver los problemas que las familias enfrentan en pos de garantizar derechos. Porque para eso esta el Estado.
- A los fines prácticos, cuando abrís la puerta de una casa te encontrás con diversas situaciones. Y tenés que ver qué se puede y qué no se puede hacer desde tu trabajo. Como mayor característica, el CAAT tiene la particularidad que estamos siempre. Lo que no siempre es tan bueno, porque en esta coyuntura el estado se ha retirado, y hemos quedado unos pocos en territorio. Y nosotros vamos y ponemos el cuerpo y no tenemos muchos recursos ni mucha capacidad de resolución, pero estamos, siempre. Y eso a veces genera un vínculo bastante particular con las familias.
El desconocimiento de las funciones que realiza desde lo social el Estado para garantizar derechos históricamente vulnerados de las personas, y la detención de un trabajador municipal mientras desempeñaba sus funciones, son hechos muy graves. Es necesario que no naturalicemos estas situaciones y que las organizaciones e instituciones encargadas de defender a las y los trabajadores expresen un enérgico repudio a este avance de la faceta represiva del estado. Sin estado de derecho no hay garantías.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen