En el marco de lo que fue el Tercer Encuentro Nacional por la Niñez dialogamos con Sergio Heredia, abogado del caso Daniel Solano, quien se refirió a la situación de los migrantes y alertó sobre el contexto que siguen viviendo todos aquellos que dejan sus lugares de origen tras promesas de trabajos que finalmente los mantienen en situaciones de explotación, como denunciara Daniel Solano, el joven salteño desaparecido el 5 de noviembre del año 2011, tras ser golpeado y sacado por la policía rionegrina del local bailable Macuba.
Solano de 27 años había llegado a Choele Choel como trabajador temporario de la multinacional Expofrut, mediante la empresa tercerizada Agrocosecha, quienes llevaron a cabo una estafa millonaria sobre él y 400 trabajadores más la multinacional.
“Escuchamos que argentina va a evolucionar cuando sea un país competitivo y vengan empresas extranjeras. Pero las empresas extranjeras ya vinieron hace rato”, dice Heredia y retrata: “Mi pueblo es un pueblo de empresas extranjeras petroleras. De ahí viene el migrante que llaman trabajador golondrina, mano de obra barata que llega hacinada en camiones para ser explotada. El caso Solano pone a la luz una situación que todos conocen, sobre todo en el valle medio, pero que pretendían ignorar. Estos señores de Expofrut tercerizaba con Agrocosecha. Iban a buscar trabajadores a Tartagal, porque somos muy ricos pero muy pobres: tenemos petróleo, madera, agricultura, pero mucha pobreza, chicos que no comen. Entonces va esta gente a ofrecer trabajo y las personas se ponen contentas. Pero cuando vienen se encuentran con otra cosa. Solano protestó y fue asesinado”, recuerda Heredia.
Durante la charla Heredia también pone en tapa el caso de Roque Peradillo, procedente de una comunidad guaraní de salta que vino a la región para trabajar en la cosecha. “No tenía trabajo y escucha que puede venir para Expofrut. Llega a una gemela de Chimpay de la multinacional belga que nos va a cambiar la vida, pero se encuentra con otro panorama”.
Como fue denunciado, Peradillo junto a tantos otros trabajadores fue obligado a convivir en pésimas condiciones de higiene, sin luz, ni agua, ni heladera con colchones llenos de pulgas y olor a orín. Como única posibilidad Peradillo se acercó al canal de agua que había para higienizarse y se ahogó. “Tenía seis hijos ¿Dónde están ahora?, viviendo cada uno en casas distintas”, dice visualizando la multiplicación de consecuencias en relación también a la niñez.
-Solano puso en evidencia lo que sucede con los trabajadores llamados golondrina. Tras largos años de lucha se logró llegar a condenar a los policías implicados, pero el caso sigue abierto.
-Queda mucho por el caso Solano, hay causas conexas como la trata de personas, la droga, la estafa. Estamos trabajando en eso, pero sentimos que la justicia no está a la altura de las circunstancias para un caso tan complejo como fue este, que llevó casi cinco meses de juicio con más de 200 testigos. Y ahora los policías condenados siguen libres.
Vale la pena recordar que en agosto de este año los siete policías imputados por la desaparición y muerte de Daniel Solano fueron condenados a prisión perpetua, sin embargo la justicia consideró innecesaria la prisión preventiva de los mismos, por lo que siguen en libertad.
-Tras estos casos y todos los demás que se vienen denunciando, ¿cómo está hoy la situación en la provincia?
-Este fenómeno sigue sucediendo. Con gran pesar me entero en estos días que llegaron a la zona obreros del Chaco Salteño, una de las zonas más pobres de la argentina, traídos en las mismas condiciones que Solano, y no pasa nada. Sigue sucediendo lo mismo en los campos de Expofrut.
-Es decir que en la práctica sigue todo igual
– Sí, vengo de asesorar a dos muchachos de origen boliviano que fueron salvajemente golpeados el sábado en Lamarque, solo por su condición. Esta es una zona sonde hay mucha migración, víctimas de un sistema que quiere ser aún más salvaje de acuerdo a los mensajes que estamos recibiendo de nuestras autoridades. Leyes que fueron muy difíciles de conseguir corren el peligro de ser derogadas. La gente no se está dando cuenta de cómo la están confundiendo.
Heredia alertó sobre la ola de xenofobia que intenta expandir el Gobierno. “Argentina es un país muy evolucionado en legislación respecto a la migración y los derechos del niño, por eso veo con mucha preocupación que lo que este país pudo construir en esta materia está siendo demolido de a poco”, señala. “Escuchamos a los políticos hablar de la expulsión de los extranjeros y retrocedemos al tiempo de antiguas leyes, como la Ley Videla, cuando la situación del extranjero era mirada desde la seguridad nacional y se permitía la expulsión inmediata sin el debido proceso, sin defensa, e impidiendo el acceso de esos hijos de inmigrantes a derechos fundamentales, como la salud y la educación”, concluye llamando a estar alerta.
Por Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen