El Hip Hop va creciendo en los barrios del Alto como herramienta de expresión de adolescentes excluidos. Crónica del festival que se realizó días atrás en Nahuel Hue.
Al inicio del evento se presentaron los tres jurados de la jornada y se sortearon las primeras parejas para hacer las batallas de freestyle. De repente la primera pareja quedó despareja; un adolescente entrado en años, con flamante visera y capucha, y ropas “bien anchas”, contra otro que no pasaría los diez años vestido íntegramente con ropa de fútbol. En su primer minuto de batalla, en sus letras, el primero se despachó contra la policía, los políticos de turno y las injusticias barriales.
Sin embargo el segundo, mucho menor en edad con una prosa elegante y una rima pareja dejó boquiabierto a los presentes y en fallo dividido logró pasar de ronda. No fue el único caso. Moraleja de la jornada. Aquí no importa la edad, ni la ropa que se calza, sino cómo se cuenta la historia y la rapidez para pensarla en el minuto que se tiene “para decirle lo que quieras”. Y estas historias en boca de estos chicos, habla casi exclusivamente de sentimientos que afloran viviendo todos los días en los barrios populares; la falta de accesos a un montón de cosas, las promesas electorales inconclusas, la violencia de los medios, entre las temáticas más nombradas. No obstante también se relatan en tiempo pretérito códigos de amistad, el amor y sentido de pertenencia a un barrio y las pasiones que carga cada uno.
Respecto a los contenidos de las letras, Álvaro uno de los organizadores del evento especifica que “algunos hablan de situaciones que pasan en los barrios, o inventan historias pero con letras profundas y sociales. En lo personal te puedo contar acerca de mi epilepsia que tuve de chico, y cómo el hip hop me ayudó a pasar ese momento. Hay muchos raperos que son reales en Bariloche pero la idea es que se tienen que entender sus letras porque éstas también se hacen para los demás, ya que seguramente mucha gente piensa lo mismo pero no lo sabe expresar”.
Álvaro recuerda que hace muchos años está relacionado con el hip hop y escribe letras desde muy chico. “Durante mucho tiempo esas letras las guardé y las pude expresar siendo más grande. El hip hop consta de varias ramas, algunas que son las batallas cantadas o de baile, o graffiti por ejemplo. Es una cultura que está creciendo mucho. Todos los presentes apoyan la cultura barrial, y creo que los eventos son los que más importan, porque son muy pocas las actividades para jóvenes que se generan en el barrio, y si la idea es compartir y pasar la información acerca del hip hop lo vamos a hacer siempre. En este encuentro tenemos hasta un colega que ha venido de Chile, por ejemplo”.
Le preguntamos a Álvaro sobre la importancia de realizar estas batallas de rap y bboy (canto y baile respectivamente) en nuestros barrios. “Creo que Bariloche tiene un potencial acerca del hip hop demasiado alto, pero también demasiadas fallas para salir a representar en otras las ciudades. De mi parte viajé a otras ciudades, como Buenos Aires o Chile y ver el hip hop que se hace afuera nutre mucho a la movida local. Si los pibes no salen y aprovechan ese potencial es una pena porque en Bariloche hay un montón que hacen hip hop y tranquilamente este lugar va a ser una cuna de algo muy grande en muy poco tiempo”.
Nancy González, coordinadora de Usinas Culturales, relató el origen de este evento. “La idea fue organizar en el Ruka Che, un festival de hip hop, con la idea de desarrollar actividades en conjunto. Las actividades pensadas son hacer unas batallas de freestyle y luego que bailen los Knockauters, aunque el objetivo central siempre fue agruparlos a los presentes, ya sean algunos que rapean seguido o aquellos que lo hacen por vez primera”.
Más tarde hubo tiempo para que Kaio, tallerista de Usinas Culturales Río Negro, con algunos integrantes de Knockauters hicieron levantar la temperatura ambiente del hall central de este espacio que está clavado en el corazón de uno de los barrios populares más grande de la provincia. Kaio recordó que “comencé a bailar break dance a los 14 años, o seas que hace ya 16 años que bailo. En estos momentos con los Knockauters estamos ensayando en el centro administrativo varias veces a la semana, y la idea siempre es sumar, mostrar lo que hacemos y que nuestro arte no quede oculto ni invisibilizado. Con la mayoría de los chicos ya hemos viajado y representado a Bariloche en varias ocasiones. En estos años hemos estado activos, porque esto es una disciplina y hay que perfeccionarla todos los días. Uno no se tiene que quedar conforme con lo que logró, sino que hay que ir siempre por más”.
Los presentes en este festival de hip hop, agradecidos.
Por Sebastián Carapezza
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen