Con la ampliación de la declaración indagatoria de 5 de los 8 acusados finalizó ayer lunes la etapa de ofrecimiento de prueba en el juicio oral y público contra un ex funcionario del Ejecutivo provincial, la cúpula de la policía de Río Negro y tres efectivos por la muerte de dos jóvenes y las heridas a trece personas durante la represión del 17 de junio de 2010 en Bariloche.
El miércoles harán sus alegatos las dos querellas, el jueves la Fiscalía y el viernes cerrarán las dos defensas, confirmó hoy el tribunal que entiende en el caso.
Los cuatro acusados que declararon probablemente anticiparon líneas argumentales de sus defensas, algunos de claro contenido político-institucional.
“No entiendo por qué estoy aquí. Después de 4 semanas de testimonios sigo sin entenderlo”, dijo Víctor Cufré, argumentando que al momento de los crímenes era un funcionario público dependiente del ministro de Gobierno Diego Larreguy, sin injerencia de mando en la policía. El lenguaje le jugó una mala pasada al pretender fundar su supuesto distanciamiento de la policía: “mis camaradas, o ex camaradas se corrigió”.
Argentino Hermosa, ex titular de la Regional III con asiento en Bariloche, fue el más verborrágico con varios señalamientos a los cargos que se le imputan. Por una parte, indicó que respecto al uso de munición de plomo durante la represión, el responsable directo era Juan Carlos Vázquez –que declaró como testigo-, y que por organigrama interno el responsable de Operaciones de la Comisaría 28 era tan responsable del dispositivo de ese día como el ex comisario Carrizo, sugiriendo que también debió ser imputado Ursagasti –que también declaró como testigo-. A la vez, aseguró que se le achaca el incumplimiento de un protocolo que no estaba en vigencia al momento de la represión masiva que derivó en dos muertes con munición de plomo y decenas de heridos de los cuales 13 se les reprocha en este juicio. Finalmente, cargó contra el ex intendente Marcelo Cascón y Martín Lozada, ex juez de instrucción y fiscal en este juicio, afirmando que ambos “le deben una explicación a la comunidad” porque a su criterio agravaron la situación esa tarde, aunque los dos disparos fatales ya habían sido hechos para la hora de la presencia de ellos en el lugar del conflicto.
“Esto es Sarajevo. Es una guerra”, dijo Jorge Carrizo, ex titular de la comisaría 28 epicentro del conflicto, que le dijo Lozada en un momento, insistiendo en que también otros actores caracterizaban la situación como mayor en ese momento, aunque la prueba documental indicó que nunca fueron más de 27 jóvenes los que agredieron a la policía en su momento de mayor concentración callejera. Reiteró que la intención de los manifestantes –“la turba”- era quemar la comisaría.
Jorge Villanova, ex titular de la Jefatura provincial, en su declaración añadió una línea argumental que no había sido planteada hasta el momento. Afirmó que el padre de la víctima fatal de la madrugada les pedía a los manifestantes cesar las agresiones hasta después del velatorio del adolescente, lo que lo llevó a suponer incidentes por la noche convocando entonces refuerzos de la BORA de Lamarque y General Roca.
Por su parte, Delmiro Fidel Veroíza, ex segundo jefe de la Regional III, modificó su versión y reconoció que efectivamente estuvo en Bariloche el 17 de junio. Minimizó los alcances de su cargo a casi un burócrata que retransmitía mensajes a Hermosa cuando éste estaba en El Bolsón. “Siempre hice lo que se me ordenó”, sintetizó. “Nunca pensé que podía ni debía pasar”, aseguró refiriéndose a las muertes de Sergio Cárdenas y Nino Carrasco. Al final, agregó que recibió “la condena social, mediática y política”.
Multisectorial contra la represión y la impunidad de Bariloche.
Fotos: Alejandro Palmas
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen