El intento de modificar la Ley de la Educación Sexual Integral para hacerla optativa suma rechazos en nuestra ciudad. La mirada en perspectiva de derechos.
“Con mis hijos no te metas” es el nombre con el que agrupaciones anti derechos rechazan de plano la Educación Sexual Integral sancionada en el año 2006. Bariloche no fue la excepción a la regla y los grupos “pro vida” se movilizaron días pasados con esta retrógrada consigna.
La avanzada de cambiemos en materia de legislación conservadora y anacrónica llegó con la propuesta de reforma de la Ley 26.150 que habilitaría a que la ESI no sea de enseñanza obligatoria en las escuelas, entre otras modificaciones.
Ya en la práctica la ESI perdió presupuesto desde que asumió Cambiemos y quedó a discreción de los y las docentes su aplicación en las aulas. Ahora, la avanzada de los sectores más conservadores van por el plano jurídico que dio sustento a esta Ley durante los 12 años que se viene aplicando con bemoles.
“La importancia de la Educación Sexual Infantil desde el campo de la Salud Pública radica en la importancia del conocimiento y cuidados del cuerpo y la salud, en el reconocimiento de derechos vinculados al acceso al conocimiento y al sistema sanitario; en la construcción de una cultura de respeto y no discriminación, además de promover la formación integral de una sexualidad responsable. Del mismo modo, la Educación Sexual Integral es una herramienta indiscutible para prevenir y detectar abuso sexual infantil” argumentan los doctores Germán Guaresti y Felipe de Rosas representantes del Hospital Zonal en el Consejo de Infancia local acerca de la vital importancia de que la ESI llegue a todos los hogares sin distinción de clase.
Los grupos antiderechos, quienes ganaron visibilidad a partir de militar contra la aprobación del proyecto del aborto legal, seguro y gratuito, quieren dejar dentro del seno familiar la decisión acerca de si enseñar o no, a niños, niñas y adolescentes educación sexual. Estas posturas morales (que cercenan derechos) escondidas bajo el paraguas de las creencias religiosas son las que lograron que Argentina en general y Bariloche en particular tenga una de las tasas más altas de embarazos no planificados durante la adolescencia. La cosa es sencilla, para poder decidir hay que informarse antes. Si la Información o la educación no existen, las decisiones que tomemos (respecto a planificar un embarazo o no, a poder elegir el género o la orientación sexual) no serán libres, sino que estarán condicionadas por la falta de información y los mandatos culturales preexistentes.
“Nosotros los problemas que detectamos son los embarazos no esperados a temprana edad, no planificados, las asimetrías de poder que se ven en esas situaciones: violencia intrafamiliar, noviazgos violentos, que implican una asimetría de poder y que luego terminan con alguna practica de abuso de niños, niñas y mujeres… desde salud las acciones son esporádicas por eso y la gran estrategia que deseamos es trabajar vía Educación porque el docente tiene un contacto diario con la población. Por eso creemos que la educación sexual es en todos los ámbitos, pero principalmente es central que sea Educación el eje de la ESI” analizan Felipe De Rosas y Germán Gueresti del servicio del Hospital Zonal en los Barrios del Alto barilochense.
Claudia Pérez es psicóloga y capacitadora de ESI en Bariloche, desde su óptica lo que los grupos antiderechos tratan de modificar en la Ley es que en las escuelas privadas (léase de orientación religiosa) la aplicación no sea obligatoria tal como está esbozada la ley actualmente.
“La ESI propone la promoción de saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad con libertad responsable y los derechos adecuados a la etapa evolutiva de las y los estudiantes.
La educación sexual es inevitable, no existe la posibilidad de no educar sexualmente, educamos con lo que hacemos, con lo que decimos y con lo que callamos. Es a partir de la disparidad de la educación sexual que cada niño, niña o adolescente recibe en su familia y entorno, que el Estado ofrece los contenidos mínimos necesarios para garantizar un piso equitativo entre las infancias y adolescencias de todo el país.” Escribieron en un documento que hicieron público los y las docentes nucleados en Unter Bariloche respecto de la brecha que puede abrirse entre las distintas “infancias” del país si gana la pulseada la avanzada conservadora.
Por Alejandro Palmas
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen