Durante el debate sobre la despenalización del aborto, se habló sobre el lugar que ocupa la Educación Sexual Integral (ESI) en la prevención de abusos y embarazos no deseados. Para informarnos más sobre este tema, entrevistamos a Claudia Pérez, psicóloga y capacitadora ESI, quien además es referente del Frente ESI en nuestra localidad.
El movimiento de mujeres y los colectivos disidentes exigen la aplicación real de la ESI en las escuelas desde hace muchos años. Con la sanción de la Ley 26150 en el 2006 se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral con el que se busca garantizar el derecho de los y las estudiantes de todo el sistema educativo a recibir “educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada” de todas las jurisdicciones.
Lo cierto es que la aplicación de esta ley fue lenta, y discontinua. Durante mucho tiempo dependió de personas, en su mayoría mujeres, comprometidas con una transformación social que posibilitara una sociedad sin violencias de género.
Sin embargo, con el crecimiento de los movimientos, la masividad de las marchas y la información circulante, cada vez más docentes e instituciones fueron incorporando el enfoque de la ESI a sus prácticas e incluyendo contenidos en donde se abordaban los cuidados y los derechos de las personas con perspectiva de género.
En nuestra localidad, el Frente ESI realizó una encuesta para medir la implementación real de la ESI en las escuelas e identificar las necesidades de formación entre docentes.
– ¿Cómo surgió la propuesta de realizar encuestas en las escuelas de Bariloche? ¿Cuál fue el objetivo?
-Ante las nuevas autoridades nacionales y provinciales, y el desmantelamiento que hubo, nos quedaba la pregunta de qué pasaba con la ESI. El objetivo fue ver en qué nivel se implementaba la ESI, en relación a si había más implementación en nivel inicial, en nivel primario o secundario. Queríamos ver en dónde había más necesidad de formación para que se garantizará la implementación. Fue una encuesta digital, una muestra. En total tuvimos 167 respuestas de un grupo heterogéneo, porque fue enviada por UNTER y CTERA vía digital a las escuelas. Era una encuesta que tenían que contestar de manera voluntaria los y las docentes. Y las preguntas apuntaban a si se estaba implementando en su institución, si se estaba implementando en su curso / sala / grado, si habían recibido nuevos materiales desde el 2015 y si habían recibido capacitaciones.
– ¿Qué información pudieron construir con la lectura de las 167 encuestas?
Lo más evidente era que en el nivel inicial se implementaba. Las que contestaron de nivel inicial habían recibido capacitación, se estaba implementando en su sala y su jardín. Según las encuestas, hay menos implementación en primario que en nivel inicial, pero el nivel con menos implementación es en media, en secundarios. Fuera de la encuesta, ya los Centros de Estudiantes de nivel secundario estaban reclamando la implementación de la ESI.
– ¿A qué conclusiones o reflexiones las llevó esta lectura de la encuesta?
Primero la necesidad de formación, de armar cursos apuntando más que todo a estos dos niveles. En el primer cuatrimestre del 2018 el IFDC armó y dio una formación permanente que abarcaba los tres niveles pero tuvieron más participación de docentes de primaria. Entonces surgió esta posibilidad de armar una capacitación “Desafíos de la ESI en el contexto actual”, porque han pasado muchas cosas, entre ellos el proyecto de interrupción voluntaria de embarazos. Estamos en otro contexto. Por eso hablamos de desafíos de la ESI en el contexto actual. Considero que si bien hay que modificar algunas cosas porque han aparecido otras leyes, y se han ampliado derechos, no hay que dejar de ver que también estamos en un contexto que restringe derechos. Y la ESI con todo su material y sus postulados iniciales es una base importante. Se la puede ampliar y complementar, pero es una base como para comenzar. Porque hay instituciones que no han hecho nada de esto que es básico.
-En una entrevista colectiva a un grupo de adolescentes que participan en distintas organizaciones me contaban que en sus escuelas no se implementaba la ESI. Que lo reclamaban, y que había quizás algunos docentes que querían incorporar el enfoque ESI en sus prácticas pero que los equipos directivos nos los dejaban. Y que durante el debate por la despenalización del aborto frenaban los debates, que mandaban mails diciendo que no se podía hablar sobre eso en el aula ¿Qué opinión tenés sobre estas trabas que ponen desde lo institucional a la ESI?
Sí, tiene que haber un compromiso institucional, y ese compromiso parte desde el equipo directivo. Y si seguimos viendo el sistema, también del apoyo del supervisor o supervisora. Porque sobre todo en el ámbito público, en el privado es más difícil todavía, hay un sistema con funciones diferenciadas y todo ese sistema tiene que apoyar la implementación. Una docente puede incorporar la ESI siempre y cuando tenga el apoyo del equipo directivo. Pero tiene que formar parte de la planificación institucional. Es importantísimo el compromiso porque si bien una puede decir “ah, es un contenido más”, no es un contenido más. Moviliza cuestiones personales, creencias, posturas, ideologías. No muchos docentes se sienten preparados, se sienten temerosas a darla, a la reacción de las familias.
-En las jornadas nacionales del 2 de octubre en donde se trabajó sobre violencia de género en las escuelas, se escucharon diversas posturas. Entre ellas, había personas que decían: “La ESI está siendo muy cuestionada por muchas personas”. ¿Percibís que en el país está siendo cuestionada?
-En este contexto se polarizó más que antes. Antes eran provincias o grupos que surgían que se oponían, y muchas personas, como no había una implementación total, no la conocían a la ESI y no opinaban. Pero con todo el debate por la despenalización del aborto creo que ahí se agudizó la grieta. Ahora aparecen con mucha fuerza personas opositoras, y este contexto les da fuerza. La oposición es principalmente religiosa.
– ¿Y qué se está discutiendo hoy en el Congreso?
-Ahora están reviendo distintos puntos, para darle mayor claridad a lo que ya está. Porque en la ley dice que los estudiantes tienen derecho a recibir ESI, dice que las familias tienen derecho a estar informadas y los docentes tienen derecho a recibir capacitación. Y lo que quieren aclarar es una frase que dice “respetando el ideario institucional”, y esa es una frase ambivalente. Y justamente en las discusiones de los lineamientos curriculares, previo al 2006, fue una frase que tenía que ver con acomodar la situación. Pero lo que hoy se está haciendo en el Congreso es remarcar la obligatoriedad de la ESI, porque la ley dice que es obligación en las escuelas públicas y privadas. No lo limita a las escuelas públicas. Lo dice claramente en el artículo primero.
-Si le tuvieras que explicar a alguna persona que no está familiarizada con la ESI ¿qué le dirías?
-Fundamentalmente, es necesario aclarar que se habla de educación sexual integral, y no de educación sexual. Esta última era la que antes se daba comúnmente en los últimos años de la primaria y en la secundaria, que era exclusivamente referida a la genitalidad, la sexualidad ligada a lo genital. Lo fundamental es la concepción de la Educación Sexual Integral que no sólo aborda la genitalidad sino que abarca la afectividad, la perspectiva de género, la perspectiva de derechos y el cuidado del cuerpo y la salud en sentido integral, no solamente en lo referido a salud sexual y reproductivo, si bien es un eje fuerte. Y todos estos aspectos conforman la sexualidad integral. La otra diferencia, y que está relacionado con lo anterior, es que se trabaja con una visión de que la sexualidad se va conformando desde el nacimiento. Tomamos como punto de partida el nacimiento y la educación sexual integral empieza en el nivel inicial, sigue en el primario y en el nivel medio y está contemplada hasta el terciario. Entonces esto es una línea de continuidad y si uno mira los cuadernillos de la ESI aparece esta continuidad que implica en el cuidado del cuerpo y la salud, todo lo referido a conductas de autoprotección, todo lo que significa prevención del abuso sexual infantil. Entonces desde nivel inicial, el cuidado del propio cuerpo, el decir no cuando algo te molesta, y esto se va complejizando y profundizando en el primario y en la secundaria.
Aplicar, defender y dar a conocer la Educación Sexual Integral es un compromiso que debe asumir la sociedad, para generar las transformaciones sociales y políticas que una sociedad libre de violencias de género necesita.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen