Hace unos días comenzó a circular una información que apunta a que se disolverían las fiscalías temáticas, entre ellas la especializada en temáticas de género. En un contexto de pérdida de derechos, esta noticia significaría que las mujeres dejan de tener dentro del poder judicial un equipo especializado que pueda atender, entender y acompañar los casos en los que media la violencia de género.
Conversamos con Graciela Aquilante, quien formó parte del equipo de la Oficina de Asistencia a la Victima (OFAVI), que funciona dentro del poder judicial, para comprender el alcance del trabajo de una Fiscalía Temática de Género en nuestra ciudad.
-¿Qué rol cumplen las fiscalías temáticas, y en especial la de género, dentro del poder judicial?
-Entiendo que el objetivo es darle mayor profundidad en el saber de cada uno de los funcionarios, darle mayor especificidad en la tarea. Si vos te centras en algo te especializas. Y la fiscalía de género está vinculada con las normativas nacionales e internacionales que dicen que los delitos relacionados con la violencia de género son peculiares y que son necesarias tareas específicas para defender la integridad de las mujeres. El abordaje a realizar de una víctima de estas características es especialmente diferente al de víctimas de otro tipo de delitos, porque atentan directamente contra la subjetividad. No es lo mismo una mujer que fue golpeada en un intento de robarle el auto y que los ladrones le dieron un golpe. Es una situación traumática, que implica sufrimiento, pero es bien diferente que un golpe lo venga a denunciar una mujer que es víctima de violencia de género y que en un estallido su pareja le da una paliza. Es muy distinto el estado y lo que hay que entender en un caso y en otro.
-¿Por qué es importante que haya una fiscalía temática de género?
-Una fiscalía de género es un lugar en donde hay un equipo especializado en la temática. Entonces la escucha es diferente, la sensibilidad es distinta. Es una temática que requiere formación específica. Porque no es lo mismo ver un delito de un robo a mano armada en donde van al hecho, que la violencia de género y todos los delitos conexos que los tienen que trabajar desde otros lugares. Todo lo que está bajo el paraguas de la violencia de género, tienen otra significación. Cuando se crea la OFAVI en el 2009 no había fiscalías especializadas. Fueron muchos años sin fiscalías especializadas y veíamos la dificultad que había para llevar adelante algunos casos. Porque la fiscalía de género toma: la violencia hacia las mujeres, las adolescentes y hacia las niñas y niños. Entonces los casos de abuso sexual están ahí también. Y no es lo mismo que una Cámara Gesell de una nena abusada de 4 años la vea un fiscal especializado o que la vea alguien que no tiene noción en cuanto a lo que significa un abuso sexual. En la trascendencia, en la significación, en por qué la chica no va a hablar, un montón de cuestiones. Es diferente según las miradas. Es lo mismo que los abogados que defienden a los imputados, que se corren de las concepciones de género, y van a los debates a defender a imputados en casos muy graves con teorías que se construyen desde el lugar de “no hubo testigos”. Eso es para otro tipo de delitos, que necesitas testigos. Para los casos donde media la violencia de género no. Porque no los hay, porque son actos que se comenten en la intimidad. Por otro lado, es un lugar en donde se entiende qué es la retractación, porque muchas mujeres víctimas de violencia de género luego se presentan a retirar la denuncia. Y es importante poder explicarle que las denuncias no se retiran, que una vez que esta denunciado no se puede retractar, en todo caso hay que dar un tiempo de espera a la mujer para que ella pueda estar en condiciones de volver a seguir litigando alrededor del tema, que igual se va a seguir investigando.
-En un contexto de retroceso en las políticas de género, ¿cuál sería la consecuencia de que no existan más las fiscalías de género?
-Es un retroceso en los derechos que se han ganado desde los movimientos de mujeres. Porque esto va a desanimar denuncias. Lo que hace esta fiscalía de género, por lo menos la de Bariloche, es una tendencia a convocar, a dar una recepción hospitalaria a las personas que van a denunciar, a tener una escucha personalizada, privada. No se toma declaración testimonial donde están todos los empleados. Se mantiene el espacio de respeto a la persona que va a denunciar. Si esto no está más, nada nos garantiza que en los otros ámbitos, donde no hay gente preparada, se siga trabajando de esa manera. Hay que pensar como en cualquier especialidad en cualquier ciencia. Porque en el fondo estamos hablando de eso. Yo no sé si un cardio-cirujano opera bien un traumatismo de femur. Supongo que no, aunque sea un gran cardio-cirujano. Pensemos en que esto también tiene que ver con lo científico. No es un todos hacen todo.
Las políticas de género que consiguieron los movimientos de mujeres y los colectivos de disidencia están en riesgo. A nivel municipal eliminaron la Dirección de Equidad de Género, y ahora a fin de mes disuelven la línea 102. La noticia de que pueden llegar a disolver también la fiscalía temática de género sería un retroceso alarmante en materia de derechos y una disminución de las protecciones que el estado debe garantizar a las mujeres que son víctimas de violencias de género.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen