Un repaso por hechos históricos que signaron el devenir de las condiciones de desarrollo de la Provincia. La política subordinada a intereses de corporaciones económicas. Un pueblo que no interpela a su pasado reciente se condena a repetir sus errores. Investigación de Al Margen. Primer informe.
La escena pareciera sacada de un cuento digno de García Márquez o de los mejores tiempos de Vargas Llosa. Pero no. Esto sucedió en Bariloche, el 6 de abril del 2018, tiempos de restauración neoliberal.
En el Concejo Deliberante se acaba de aprobar por mayoría, conformada por legisladores de Juntos Somos Bariloche y el PRO, la prórroga de concesión del contrato a la empresa CAPSA (Catedral Alta Patagonia) por 30 años para la continuidad de la explotación del Cerro Catedral, mega proyecto inmobiliario mediante sobre 70 hectáreas de zona intangible, tal y como lo solicitó la empresa. Negocio inmobiliario que CAPSA plantea como eslabón fundamental para tener rentabilidad.
Varias variables se conjugan y configuran el contexto. Presiones políticas tanto del presidente Macri como el gobernador Weretilneck, ya que el desarrollo urbanístico beneficiaría los intereses del amigo del presidente y actual ministro de finanzas Nicolás Caputo, con una obra de envergadura en la provisión de servicios públicos, que los llevaría también a la cercanía del Cerro San Martín, incomprensiblemente propiedad de Caputo (¿cómo puede ser que alguien le haya vendido el cerro Viejita?). Por otro lado, la declarada amistad personal de Weretilneck con la familia Trappa, propietaria de CAPSA como de la empresa de transportes Vía Bariloche, la que por ejemplo, facilita y alquila aviones y micros, en innumerables ocasiones, para el traslado del gobernador y su tropa. Amistad personal que no incide, según el gobernador en su posicionamiento.
La entrega del Cerro Catedral, promovió una importantísima e inusitada movilización popular, que se expresó mayoritariamente opuesta al proyecto en audiencia pública, donde 70 oradores de 94 argumentaron su desacuerdo. Las posteriores y arrogantes declaraciones del intendente Genusso, quien afirmó que el proyecto de ordenanza de prórroga era “una decisión tomada”, su incapacidad para escuchar la voluntad popular manifiesta en la audiencia pública, generó que este descontento canalizara a través de la herramienta de la recolección de firmas para frenar esta entrega, sin licitación pública ni estudio de impacto ambiental, y obligar así al intendente a la realización de un referéndum popular, conforme a lo establecido en la Carta Orgánica del municipio, en sus artículos 161, 162 y 163, referidos a los derechos ciudadanos a la Iniciativa popular como al Referéndum popular, cuyo resultado es de cumplimiento obligatorio.
“Si a la inversión”, “Si al Trabajo”.
Pero sigamos con la escena dantesca. Dentro del recinto del Concejo, ocupando las sillas dispuestas para tal fin, trabajadores y trabajadoras de la empresa, vestidos con las propias ropas que la empresa les provee, en compañía de algo más de 20 jóvenes, con carteles prolijamente diseñados con frases de apoyo a la prórroga de la concesión “Si al Proyecto”, “Si al Trabajo”, “Si a la inversión”. Dentro del recinto todo es apoyo al proyecto de CAPSA. Los mismos concejales oficialistas parecen voceros de la empresa, obsecuentes del mandato político de un intendente que se encontraba en Sao Paulo promocionando la temporada invernal. Inversión, trabajo, efecto derrame. Mentiras del relato neoliberal. No post verdad, pura mentira.
Afuera del Concejo, representantes de diversas organizaciones políticas, gremiales, sociales, expresan su oposición y desacuerdo. Adultos y adultas mayores que componen el Abuelazo Bariloche, abrazan el edificio con una larga bandera argentina. Frente a ellos, punteros políticos que apoyan coyunturalmente la gestión de Juntos Somos Río Negro (JSRN), partido del gobernador Weretilneck, y que responden a la camaleónica Arabella Carreras, actual ministra de Turismo de la provincia, otrora secretaria del ex intendente “Beto” Icare, ex concejal del partido SUR, ex convencional en la sanción de la carta orgánica de 2007, ex legisladora provincial de la bancada del FPV cuando la efímera gobernación del Gringo Soria, en la actualidad una de las armadoras en el orden local del entramado de relaciones asistenciales y clientelares, para dotar de envergadura a JSRN en la ciudad de los lagos. Tarea nada menor, ya que años y años de gestiones radicales, construyeron una estructura burocrático clientelar a la cual el gobernador, y pareciera también el intendente Genusso, estuvieran dispuestos a recurrir para garantizar la concreción de sus objetivos políticos o sus ambiciones de poder.
Quienes aportaron la fuerza de choque local, por si se llegaba a desmadrar la situación, fueron trabajadoras y trabajadores enrolados en la Asociación de Empleados de Comercio (AMEC) Bariloche, liderados por el recientemente liberado por la Corte Suprema de Justicia, Walter Cortés. Cuya liberación, luego de ser condenado por defraudación agravada y estafa junto al ex intendente Goye y Ovidio Zúñiga, merece toda otra investigación. Pero por las dudas, ese día, Walter no estaba.
Sin embargo la nota la dio un grupo de 15 personas que con su presencia apoyaron la aprobación de la entrega del Catedral a CAPSA. No se entiende cómo, pero vestidos varios de ellos con camisetas del club Independiente Rivadavia de Mendoza, luego de votada y aprobada la prórroga de 30 años, y viendo que no pintaba ningún tumulto para demostrar su aguante, comenzaron a gritar cantitos de la hinchada del “leproso del parque” …. “Vamos la lepra pongamos un poco más de huevooo, quiero salir primeroooo… y la vuelta daaaarrr…”. Puro realismo mágico.
Por Claudio Velázquez
Equipo de Comunicación Poplar Colectivo al Margen