Como en todo el país la ciudad de Bariloche se manifestó contra la injerencia de la Fuerzas armadas en la seguridad interior y le dijo Nunca Más a los militares por las calles argentinas.
Bajo un cielo encapotado cientos de personas se reunieron en la Plaza de los Pañuelos de la ciudad de Bariloche para dejar en claro que la historia de un pueblo no puede ser borrada de un plumazo.
La memoria activa inundó las calles para decir Nunca Más a la fuerza militar en las calles y, como en el resto del país, le exigió al Gobierno de Mauricio Macri que dé marcha atrás con el decreto 683/2018 que otorga la potestad a las Fuerza Armadas para trabajar en “apoyo a la seguridad interior”, “cuidar objetivos estratégicos”, “los recursos naturales”, “la integridad territorial”, entre otros puntos que esconden el permiso de intervención en conflictos sociales, permitiendo la represión y la persecución en un contexto donde el malestar social por las políticas económicas de Cambiemos crece día tras día.
La medida parece también custodiar los intereses en el territorio y los bienes comunes sobre los que avanzan los grandes empresarios y grupos económicos. Así quedó expuesto en el corazón de la ciudad de Bariloche, cuando distintos sectores expresaron una gran preocupación al ver la posibilidad, una vez más, de que las fuerzas de seguridad sean puestas a disposición de un modelo político económico que parece solo poder ser aplicado por la fuerza.
Imposible en este marco no recordar que se cumplen 8 meses del asesinato por la espalda de Rafael Nahuel en manos de la Prefectura Naval, hecho que aún no tiene imputados. Asimismo, en pocos días se cumple un año de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado en un operativo de la Gendarmería Nacional. Ambas muertes constituyen una clara muestra de la política de seguridad que ha decidido llevar adelante este Gobierno, que da con este decreto de Defensa Nacional -que no fue consultado en ningún tipo de debate democrático, como debiera suceder con decisiones de tamaña envergadura- una señal más del camino que elige para imponer un modelo excluyente de las mayorías.
No es menor tampoco que el Ministerio de Seguridad de la Nación ensayara recientemente la coordinación de las fuerzas represivas patagónicas y acercara 800 gendarmes a la región para contener la multiplicación de protestas en defensa de la soberanía territorial.
“Que las fuerzas armadas se queden donde se tiene que quedar, en los cuarteles y no reprimiendo la protesta social”, se escuchó en la tarde de este jueves frente al palacio municipal, donde la unidad en las calles dejó consignas claras: el rechazo rotundo a la injerencia de las fuerzas militares en la seguridad interior y la más amplia unidad para que no se materialice este plan.
El avance sobre el territorio
Es difícil escindir estas medidas de las propuestas que viene trayendo Cambiemos, como fue el intento del 2×1 o los primeros decretos de enero del 2016 que permiten la extranjerización de la tierra. Se suma por estos días el alerta de la instalación de Bases Norteamericanas en lugares estratégicos, como en las cercanías de Vaca Muerta.
Quedó además expuesta la política que despliega el gobierno hacia los pueblos originarios, perseguidos y encarcelados bajo la construcción del enemigo interno que hoy usa el presidente para avanzar sobre el territorio de las comunidades.
De esta manera, sindicatos, organizaciones sociales y políticas, las centrales obreras y el pueblo todo alertaron sobre la represión, el control social en todo el territorio y las consecuentes violaciones a los Derechos Humanos.
Por esto, miles salieron hoy a las calles para decir no a una medida que constituye un grave retroceso a los derechos conquistados en democracia, desconociendo una de las medidas más importantes al inicio de la democracia, como fue la sanción de la Ley de Defensa Nacional, que separa a las Fuerzas Armadas de la seguridad interior.
Por Violeta Moraga
Fotos: Euge Neme
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen