Un informe de la junta interna de trabajadores de ATE en el Indec revela que la región tiene la canasta alimentaria mínima más alta del país. Muy lejos el salario mínimo vital y móvil.
Quienes llegaron a la respuesta coinciden en que una canasta de consumo mínimo no implica un modelo óptimo o deseable, porque ameritaría una conclusión legitimada sobre las aspiraciones personales de la población.
Por ello, los trabajadores de la junta interna de ATE en el Indec reiteran que su análisis establece “los valores mínimos de bolsillo que un trabajador debiera adquirir”, en este caso al 31 de mayo, al sur del Río Colorado.
Tomando como referencia a una pareja de 35 años y dos niños de 6 y 9, afirman que una canasta total mínima no debiera ser inferior a los 28.879,8 pesos. Podría ser peor: en el Gran Buenos Aires se necesitan 700 pesos más.
La suma está compuesta de una canasta alimentaria mínima y una de bienes y servicios. En la de alimentos, la Patagonia lidera el ranking en todo el país: según los técnicos del Indec, es de 9.454 pesos, secundada por la de Gran Buen Aires en 9.134 pesos.
Por otro lado, la de bienes y servicios –que incluye alquiler de vivienda, pago de servicios, transporte, comunicaciones, limpieza y mantenimiento, gastos de educación escolar, esparcimiento, ropa, remedios- alcanza los 19.425 pesos, sólo superada por la de Gran Buenos Aires, con 20.469 pesos.
Para los trabajadores del organismo de estadística, la información sirve de referencia a las centrales obreras, sindicatos y organizaciones sociales al momento de negociar salarios. Hoy el mínimo vital y móvil está muy lejos de los valores de mercado: los 10.000 pesos establecidos por el Gobierno se van, casi en su totalidad, con la canasta mínima de alimentos.
La aceleración de la inflación en las últimas semanas desdibujó aún más las equivalencias. Según el informe, los precios acumulados al 31 de mayo aumentaron un 11,9% y, de acuerdo a estimaciones oficiales, a fin de año podría llegar al 30%: más cerca de 2016 y 2014, que de alguno de los otros últimos quince años.
Desde su asunción, Cambiemos elevó el costo de vida en un 102,1%. En este sentido, el documento revela que los trabajadores del Estado nacional son quienes más perdieron poder adquisitivo dentro del universo obrero, con un 18,2% equivalente a 64.212 pesos.
A esta conclusión arribaron los técnicos, para quien un trabajador con categoría D0 –la más representativa en el Estado nacional- debiera ser hoy de $20.600 y, sin embargo, es de $16.861.
Los desarrollos metodológicos empleados por la Junta Interna de ATE adquirieron la confianza de la comunidad científica, ya que incluye mediciones realizadas antes de la intervención de Guillermo Moreno en 2008, complementándolas con otras actuales.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen