María Isabel Huala, se presentó este lunes al juzgado federal acompañada de sus abogados Sonia Ivanoff y Matías Schraer para presentar un recurso extraordinario en respuesta al fallo que revocó la excarcelación de Fausto Jones Huala y Lautaro González, los dos jóvenes que bajaron el cuerpo herido de Rafael Nahuel luego de la emboscada realizada por fuerzas de seguridad hace casi seis meses. El escrito lleva la firma de la APDH de Bariloche y una decena de organizaciones que acompañaron su presentación.
La cita para la presentación del documento confeccionado por los abogados de Fausto Jones Huala y Lautaro Gonzalez expone los argumentos construidos por el Doctor Eduardo Rafael Riggi quién considera que estos jóvenes pertenecen a un movimiento mapuche que “revela un estado de beligerancia y de confrontación con las autoridades legalmente constituidas”. Así como son presuntos fugitivos y alteradores de la ley y el orden.
La falta de coherencia e ilegalidad del accionar de la justicia entendiendo que no respetan ni lo establecido por la Constitución Argentina que en su artículo 18 de la Constitución Nacional explicita la no detención entendiendo que se es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Ni lo resuelto en procesos judiciales donde a diferencia de lo que dicen algunos titulares de diarios burdamente hegemónicos tanto Fausto como Lautaro – en palabras de la fiscal, consta en actas- “se entregaron sumisamente con el cuerpo moribundo de Rafael Nahuel para entregarlo a las autoridades federales, aportaron la caución impuesta por el Juez para obtener su excarcelación, cumplieron y cumplen desde hace casi seis meses con todos los requisitos impuestos por el magistrado al momento de recuperar su libertad”.
“Lo bajamos porque pensamos que lo podíamos salvar. Es nuestro lamien. Desde arriba llamamos a una ambulancia explicando la situación. Fuimos nosotros los que llamamos, no fueron las fuerzas policiales. Cuando bajábamos todos nos apuntaban. Nosotros nos descubrimos las caras para que vean que lo que nos importaba era llevar a Rafa hasta abajo. Les gritábamos que no nos disparen, que nos habían matado al Rafa. Pero ellos nos seguían apuntando y algunos disparaban como para que no avancemos. Les gritábamos “¡paren… paren!”, y ellos nos gritaban “¡quieto ahí, mierdas!” Y nosotros les explicábamos “¡hay un muerto, hay un muerto!” Y ellos nos gritaban “¡bajenlo acá, mierdas!”. Relató Lautaro González a al Margen en una entrevista que se realizó en diciembre del año pasado ante la pregunta de porque decidieron bajar a rafa Nahuel.
En esa misma entrevista otro miembro de la comunidad que vio los hechos desde la montaña relató: “Ahí dos peñi decidieron bajarlo hasta la ruta. Entre ambos llevaron el cuerpo para dárselos. Pero cuando bajaron los agarraron a ellos (Lautaro y Fausto), los precintaron y les empezaron a pegar. De la ambulancia se bajaron vieron a Rafael en el piso sin moverlo ni tocarlo y se fueron, dejándolo tirado en el asfalto. Como un perro nos lo dejaron tiraron. Porque ni lo agarraron. Lo pasaban a correr como si fuese una bolsa de papa. Más de uno le pego una patada. Y el Rafita ya estaba muerto. Los milicos se burlaban de los lamien a quienes tuvieron detenidos hasta la una de la mañana.”
Este extracto se constituye hoy en el epilogo de lo que Maria Isabel Huala decía frente al poder judicial “La justicia y el estado no hacen más que amendrentarnos, buscan excusas para encarcelarnos y matarnos. Mienten y crean escenarios para que nos cansemos. Para que no nos crean. Esto que estan haciendo es ilegal “
Lautaro y Fausto bajaron de la montaña escapando de la balacera y en una caminata dificultosa decidieron bajar para que los mismos asesinos de Rafael Nahuel tuvieran la humanidad de llevarlo al hospital. Se descubrieron la cara, bajaron gritando que no disparen, que les habían matado a un peñi. Fue un acto de coraje, en plena cacería. Poniendo en riesgo su vida y su libertad.
El próximo viernes se cumplirán 6 meses del asesinato de Rafael Nahuel Salvo y por ahora los únicos procesados – ahora con una orden de excarcelación denegada- son los jóvenes que intentaron salvarle la vida a Rafita. Paradojas de una justicia que persigue oprimidos y premia a opresores.
Por Mariel Bleger
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen