Entrevista a Horacio Salinas, integrante fundador del mítico grupo chileno que llega por primera vez a este rincón del continente. La propuesta recorre los grandes hitos de una de las bandas fundamentales en la historia de la música latinoamericana y del mundo.
“Hemos hecho memoria… y en estos estos 50 años de vida musical, Bariloche es una de las ciudades de la Argentina en la que no hemos cantado nunca”, dice Horacio Salinas a pocos días de la presentación que hará Inti Illimani en esta ciudad. Para la cita de este sábado, sin embargo, este es apenas un dato más, que se suma al sin fin de razones por los muchos que esperan el reencuentro con aquellas canciones que marcaron generaciones enteras. Justamente, la propuesta es presentar de manera íntima lo mejor del cancionero de la banda, en un espectáculo que contará con la voz y el sonido de tres de los más emblemáticos artistas de la música popular chilena: Horacio Salinas, José Seves y Horacio Durán, fundadores y hacedores de las composiciones más conocidas del grupo.
“Este formato de trío es muy interesante, porque de alguna manera nos lleva al origen de muchas canciones, a cómo fueron planteadas, para luego ser adornadas con otros instrumentos. Pero en lo esencial, se escucha muy claramente el modo de hacer música que tenemos los Inti Illimani”, detalla Salinas, además director musical de la banda, y completa: “El repertorio da una idea bastante completa de aspectos que están en los orígenes, luego los cambios que tuvo nuestra manera de hacer música en el exilio, hasta lo más actual. Es un repaso de nuestros temas más clásicos y de las últimas cosas”.
Así, los músicos, que dieron origen a la banda en 1967, proponen un recorrido por diferentes pasajes de su historia, remontándose a sus inicios, atravesando el exilio político a causa de la feroz dictadura del general Augusto Pinochet que derrocó al presidente Salvador Allende y les impidió regresar al país entre 1973 y 1988, y, finalmente, indagando en los nuevos vientos y la renovación del grupo, en la década del 2000. “Vuelvo”, “Canto de las estrellas” y “El mercado de Testaccio” y clásicos como “Samba Landó”, “La exiliada del sur” y “El pueblo unido” son algunos de los temas que prometen para esta cita.
-Marcaron una época y viceversa: de algún modo fueron hijos de un contexto muy particular, que no sólo vivió Chile, sino que fue compartido por otros países hermanos. ¿Qué dirías de lo que les toca vivir hoy?
-Es un tiempo lleno de contradicciones, porque sin duda el contexto hoy en América Latina es muy distinto a lo que se vivía hace 50 años. La situación, siendo muy desigual, de la vida, de la gente, es distinta. Diría que se han instalado en las exigencias de las personas comunes cosas que antes no estaban en la vida, en la preocupación de la gente. Creo que la política era mucho más elitista y el modo de pensar y de imaginar los países hace 50 años. Eso convulsiona las cosas de manera distinta, es un poco lo que estamos viviendo, un protagonismo de la gente también hastiada de situaciones muy injustas.
Nosotros venimos de los años 60 donde se inician una cantidad de procesos muy revolucionarios. Me refiero a la revolución femenina, la revolución de las flores, la universitaria. A los Beatles… La Nueva Canción Chilena y el nuevo canto latinoamericano… Me parece muy interesante rescatar el hecho que nosotros, así como algunos cantantes argentinos, estábamos abocados a poner nuestras destrezas artísticas al servicio de preocupaciones que no eran mirarnos el ombligo, sino era mirar a los otros, cantar por los demás, con las preocupaciones de los demás. Era una época maravillosa, si lo piensas hoy en día, pero el tiempo corre y lo interesante es que para muchos artistas, lo que nosotros hicimos y el eco de lo que hicimos, es una referencia y eso es muy bonito y lo hemos apreciado.
– ¿Y cómo creen que son capaces de retratar esta época que les toca transitar?
-Esa es responsabilidad de los músicos actuales, creo que hicimos algo que nos apasiona y que seguimos interpretando, pero somos fieles hijos de una época, hicimos las cosas de esa manera: de repente tan estridente, medios enojados… la canción protesta, era todo muy coherente a esos tiempos, y me parece magnifico que todavía tengamos energía para mostrar eso, pero es un antecedente. El mundo ha cambiado, hay otras maneras de difundir las cosas y yo creo que eso también es muy increíble. La nueva Canción Chilena fue el movimiento más revolucionario que hubo en el siglo XX en nuestro país en materia musical pero sería muy absurdo mantenernos vigentes. Nuestra música va a estar siempre vigente porque nació en medio del palpitar de la gente de esos años y con algunas gracias artísticas particulares, pero esa es su vigencia, podría ser hasta patrimonial, pero no estamos llamados a resolver cuestiones de hoy en día.
-Cómo aparece eso en las nuevas generaciones…
-Algo increíble de los tiempos que vivimos es la primacía de la música como un espacio, como un refugio. Creo que el futuro respecto de las artes en general es un espacio que cada vez es más masivo. Ahora, creo que los que están llamados a hablar sobre estos tiempos son los artistas de hoy. La música es una opción para un sector muy grande, tanto aquel que la hace como el que la escucha y eso no es menor, a mí me impacta mucho y me emociona. También me preocupa por el hecho de que no creo que exista una conciencia real de parte del Estado, de las instituciones, de la importancia que tiene el arte y la música en particular en los jóvenes.
-Es un camino que sigue siendo a pulmón
-En algunos casos es un Vía Crucis. Porque las condiciones no se dan, no siempre existen las estructuras, la organización del tiempo libre, que es un espacio cada vez más necesario para la gente, una oportunidad tremenda para el arte, para los artistas.
Folklore de un país imaginario
Al repasar la historia del legendario grupo siempre aparecen nombres de otros legendarios, como Víctor Jara, quien fuera un colaborador cercano de Inti-Illimani y uno de los principales representantes del movimiento de la Nueva Canción Chilena o Violeta Parra a quien homenajearon en el 2017 al cumplirse los 100 años del natalicio de la cantora, en coincidencia con el festejo de los 50 años de actividad de la banda y por quien iniciaron la gira “La Exiliada del Sur”. “Personas como Violeta tuvieron ese don de algunos artistas de cantar por todos, de decir cosas que uno tal vez piensa, o aparecen como muy fugaces sensaciones, pero que luego alguien las dice. Eso es lo maravilloso que tiene el arte. Violeta tenía una inspiración muy única, pero inspiración también puesta en el corazón de la gente, en medio de la comunidad y ese es el valor notable que tiene, aparte de todas las bondades musicales”, recuerda Salinas, que justamente, ha asentado su vida personal en la Región de la Araucanía, en una zona donde, dice, puede ver el Volcán Lanin en medio de una frontera que no conoce la música. “La gran pasión nuestra es precisamente la riqueza de nuestra cultura musical latinoamericana, las distintas mixturas que existen, la riqueza de los timbres de los instrumentos, los ritmos. Creo que somos muy privilegiados de vivir en un continente tremendamente atractivo para quienes pueden hacer música, considerando la historia, las raíces, y es eso lo que muestra precisamente muestra precisamente”.
“Fiesta” es el último trabajo de Inti Illimani, grabado en los estudios de Silvio Rodríguez en la Habana para celebrar los 50 años de recorrido. En los últimos diez años han sacado alrededor de 6 discos y en total llevan algo de 46 grabados. Por eso Salinas no se apura en anuncios de nuevos trabajos. “Hemos grabado 500 canciones… entonces, más bien nos dan ganas de hacer una revisión de lo hecho, selecciones”, repasa consciente: la obra está hecha. Entre tanto, las sorpresas siguen emergiendo, como su actual nominación al Salón de la Fama de compositores latinos en Miami: “Pienso que es una broma que me hizo alguien que todavía no sé quién fue. Me siento un poco pájaro extraño, pero la verdad es que alguien decidió que estuviera ahí. No soy un falso modesto, creo que los artistas deben ser puestos en vista de la gente y un premio es un poco eso: miren la gracia de este tipo”, dice, quien también fue reconocido este año por la Orden al mérito docente y cultural Gabriela Mistral.
Volviendo la propuesta que se avecina, Salinas concluye con la voz alegre: “La invitación es a pasar un momento poético, musical, de una mirada hacia la música latinoamericana, con textos muy bonitos, bastante exigentes, porque la Nueva Canción Chilena fue eso: un movimiento bien robusto, de este grupo chileno que también tiene un domicilio un poco diluido, porque vivió el exilio y el exilio a nosotros nos trasladado hacia un espacio de un país imaginario. Entonces, sería ir a escuchar un grupo que toca una especie de folklore de un país imaginario”
Por Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen