Los últimos días de marzo, un tribunal de jueces absolvió a Enzo Lampasona, un coordinador estudiantil que fue acusado en el 2015 por una adolescente de violarla durante su viaje de egresadas. En una sentencia que carece de perspectiva de género y desacredita las observaciones del personal médico y una trabajadora social que intervinieron.
Los jueces aducen tener más dudas que certezas y aplicaron entonces el “principio de inocencia” para absolverlo. Desde Al Margen nos reunimos con Graciela Aquilante quien acompañó la víctima (mantendremos el anonimato) desde su trabajo en Oficina de Atención a la Víctima (Ofavi).
Graciela es Psicóloga especialista en problemáticas de familia, y dedicó una parte importante de su vida profesional a acompañar mujeres en situaciones de violencia.
– ¿Cuál es tu lectura sobre el juicio contra Enzo Lampasona? ¿Por qué lo absolvieron?
-No encuentro un motivo lógico por el que lo hayan absuelto. Ellos dicen que no hay evidencia suficiente. Vi a los testigos de la fiscalía, acompañé a la víctima en el momento post-traumático, y lo que para mí fue nuevo en las audiencias, fueron las cámaras de seguridad del hotel, que estaban obviamente recortadas porque el episodio transcurrió en el hall central del hotel a lo largo de muchas horas en la madrugada. En esas cámaras se veía claramente por un lado a esta adolescente que bajaba en estado de shock, en crisis de angustia total, pidiendo auxilio, y por el otro lado a un grupo de hombres, detrás del mostrador del lobby del hotel, entre los que estaba Lampasona, un policía y un empleado del hotel, deliberando que hacían. Y ella del otro lado, envuelta en una toalla, gritando “llévenme a un médico, llamen a la policía, me violaron”. Eso es como te diría lo más vívido que yo he visto en un post-trauma. Quedaba absolutamente claro que esta chica estaba en un estado de estrés post traumático que había sucedido recientemente. Y allí andaba Lampasona con su disfraz de oso, o no sé de qué era, a medio poner.
– ¿Y vos cuándo la viste a la víctima?
La vi al día siguiente de que esto sucedió. Primero la llevaron al médico después que ella insistió tenazmente. Este grupo de hombres, de coordinadores la llevan. Uno de ellos le dice: “bueno, está bien, te vamos a llevar a un ginecólogo al que yo le tengo confianza, es un ginecólogo que atendió el parto de mi mujer”. Y la llevan a un médico privado, cuando llegan a la consulta ellos quieren pasar, Romairone (el ginecólogo) no lo permite. Pasa ella sola y cuando el médico se acerca para saludarla, la adolescente lo saca, no toleraba la cercanía de ningún varón.
Entonces el médico se sienta y le dice: “contame qué te pasó” y ella le hace el relato. Le dice “¿querés que te revise yo?”, y ella le contesta: “no, quiero que me revise una mujer”. Entonces ahí se hace el contacto con Rosana González, otra médica ginecóloga, quien la lleva al hospital y realizan el protocolo para estos casos. Luego Rosana la lleva a su casa para que descanse un poco. Y después le hacen la Cámara Gesell. Ahí es mi contacto con ella. Cuando vienen a la Ofavi para la Cámara Gesell, la víctima y una amiga que la estaba acompañando en ese momento. Se les toma la Cámara a las dos y después de esto fuimos con el fiscal y con la defensora de menores a buscar a la mamá al aeropuerto. Ese fue mi primer contacto.
-Por lo que pude ver en la sentencia hubo 4 profesionales de la salud que intervinieron y una trabajadora social, que establecieron que la víctima estaba en estado de shock y que tenía evidencias de violencias en el cuerpo. Se describen hematomas y mordidas en distintas partes del cuerpo. Y que se puso en marcha el protocolo en el hospital. ¿Podrías explicarnos como es el proceso?
-El protocolo se pone en marcha cuando una víctima llega y dice “me violaron” no por las evidencias. Se pone en marcha tomando la palabra de la víctima. Ahí se le hacen dos o tres preguntas y luego se hace la primera revisión. Así se constatan estas violencias en el cuerpo. En la primera elevación a juicio, en octubre 2015, se detallan mordidas en las mamas, moretones en los muslos. Esto está acreditado por los médicos. Dice: “en la cara interna del muslo izquierdo dos equimosis redondeadas”.
– ¿Qué significa para vos que los jueces desoigan esta información?
-A mi criterio es que por un lado es un tribunal compuesto por tres hombres. De esos tres hombres hay dos que son del fuero y hay uno que no, que acompañaba. Los que son del fuero son Gaimaro y Calcagno. Y el tercero que constituyó el tribunal es Riat que es de otro fuero, no es un juez especialista en penal que entonces en reglas generales adhieren al voto rector del presidente del tribunal que era Gaimaro. Entiendo que los jueces específicos del fuero son jueces muy reactivos a toda la concepción de violencia de género. Que tienen una mirada hegemónica machista porque he estado en otras audiencias y he leído otros fallos y se les hace muy difícil atender estas temáticas desde el punto de vista de la víctima, si la víctima es una mujer. Por otro lado, considero que acá se pone en juego el prestigio de una empresa de turismo estudiantil. El acusado es un operador de una empresa de turismo estudiantil que tenía a su cargo cuidarla a la víctima y no la cuidaron. Creo que siendo este Lampasona el encargado del cuidado del grupo, es él representante en Bariloche de la empresa. Las empresas tienen mucha fuerza económica en Bariloche y tiene que mantener su prestigio porque tienen que seguir trayendo chicos. Así que me parece que eso también influyó en la decisión. Es mi manera de leer ese fallo. Pero también leí los argumentos de Rodrigo, el abogado defensor de Lampasona y fueron nefastos. Rodrigo en todo momento denigró a la víctima y a todas las profesionales que intervenimos. A la víctima la presentó como una chica que falsea la vedad, que es muy mentirosa, una fabuladora y una gran actriz y que nos convenció a todas. Ese fue su alegato, él va a decir lo que sea para defender a su defendido y llevar a cualquiera. El asunto es que los jueces puedan poner a cada uno en su lugar.
-Una de las cuestiones que menciona la sentencia es el fallo 140/16 donde hablan de que si hay un juicio con un testigo único no puede haber más de dos contradicciones en el testimonio, porque si no se invalida ¿Puede una víctima de violación dar un relato sin contradicciones?
-Todos los juicios en situaciones de abuso sexual son con testigo único porque no se hacen en público las violaciones. Pero esto que preguntas es algo fundamental y que es lo que después Martín Lozada (Fiscal de Cámara) lleva a la casación y lo que Rodrigo argumentó cuando dice que la adolescente es una mentirosa porque no repite exactamente lo mismo a todos. ¿Y donde sacamos que hay que repetir exactamente lo mismo? ¿Qué fundamento científico tiene él desde lo psicológico para decir que en un post trauma vos tenés un texto que repetís como si lo hubieras grabado y después lo desgrabas? No es así. Estas atravesada por todos los sentimientos. En la base y en el hecho de lo que le hicieron la víctima nunca distorsionó el relato. Puede haber agregado o sacado, pero esto forma parte de los distintos momentos del post- trauma. Esto es científico. Incluso las personas que se dedican a la neurociencia están trabajando en cómo se va modificando el recuerdo. Están haciendo estudios más exactos comprobando justamente esto: vos tenés un recuerdo base, pero ese recuerdo está influido por tus aspectos afectivos y circunstanciales. Nunca vas a reiterar exactamente el mismo relato. Sería un absurdo, sería robótico.
-Y en tus años de trabajo en la Ofavi, ¿cuántas veces te pasó que no les creyeran a las víctimas?
-Sobre todo los primeros años se veía bastante. Pero marcó un antes y un después la creación de la Fiscalía de Género. Y eso sucedió hace un año aproximadamente. Bueno cuando se crean las fiscalías temáticas y crean la de género, ahí hay una mirada realmente diferente sobre las víctimas. Pero son las fiscalías. No tenemos jueces que actúen sobre estas temáticas.
-Y en términos de jóvenes en viajes de egresadas, ¿te tocó atender otras chicas?
-Sí, no es la primera vez que aparece una situación así con una adolescente que vienen de viaje. En general las denuncias prosperaron, esta es la primera que tan estrepitosamente la tiran abajo. Muchas veces lo que pasa es que las chicas se vuelven a sus lugares de origen y después ya no quieren saber más nada del tema. Quizás se las convoca y no quieren, no quieren volver.
– ¿Qué peso tiene que las organizaciones estén presentes y atentas en estos juicios?
-Creo que para los jueces la mirada del afuera vale. Tiene su peso. Que esto nos sirva para reflexionar sobre el actuar. Hay que estar en las audiencias en el comienzo, es parte de la militancia. Con un cartel que diga “femicidio”. Les resulta muy difícil a ellos incorporar la figura del femicidio. En realidad se niegan, se resisten.
– ¿Cómo sigue la causa?
-Acá hubo un fallo absolutorio de una cámara de crimen de Bariloche, pero como el fiscal de cámara no acuerda con ese fallo tiene derecho a impugnarlo. El fiscal Lozada elevó el caso al Superior Tribunal de Justicia (STJ) que está en Viedma, que es el jefe de todos los jueces, con todos los puntos que él plantea con los que está en desacuerdo. Ahora el STJ es quien va a decir porque la sentencia no es firme. Hay que esperar a ver que dice el STJ.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen