Antes de su visita de este viernes a Bariloche, el secretario general de la CTEP dialogó con Al Margen de la puja de los trabajadores de la economía popular con el Gobierno, la fusión con Barrios de Pie y la CCC, el ingreso a la CGT y la necesidad de constituir un frente político
Horas después del asesinato a Rafael Nahuel, el Gringo Esteban Castro aterrizaba en Bariloche para cimentar la mesa de diálogo que procuró detener con política la ofensiva armada del Ministerio de Seguridad sobre la recuperación de tierras. Lo hizo en representación de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) de la que es secretario general, y de la que Rafa también participaba desde el Semillero.
Antes de irse, Castro prometió volver para debatir con militantes los alcances de la ley de Emergencia Social y la coyuntura, que caracteriza en esta entrevista Al Margen como de “fragmentación social” y “concentración económica irreversible”. Ese encuentro se dará este viernes, luego de las 22 horas de viaje que tendrá desde Buenos Aires.
En esta entrevista telefónica, el Gringo cuenta en qué estado se encuentra el proceso de constitución de un sindicato único con otras organizaciones sociales, caracteriza a la CGT, explica con quiénes es necesario crear una nueva herramienta política y describe la contraofensiva del Gobierno sobre los trabajadores de la economía popular.
-El Gobierno ha recortado beneficios a más de 18 mil cooperativistas, intenta traspasar a otros 30 mil con programas en el ministerio de Trabajo a Desarrollo Social, busca que 500 mil se formen para el mercado en vez de producir. ¿En qué estado se encuentra la relación con el Gobierno?
-Estamos en un proceso de negociación, pero sobre lo que ya teníamos. No podemos rediscutir nuestra forma de financiamiento; habría que apostar por el “Compre productos de la economía popular”. Discutir el traspaso de programas de Trabajo a Desarrollo es ir para atrás. Nosotros tenemos que debatir, por ejemplo, que el 25% de la obra pública quede en manos de los trabajadores de la economía popular.
– ¿Cómo se expresa la fragmentación que, según vos, el Gobierno alienta sobre el campo popular?
-Primero estigmatizando, fundamentalmente a través de los medios de comunicación. Si salimos a la calle somos feos, sucios, malos, pobres delincuentes. Por eso criminalizan la protesta, por eso Rafita, Maldonado, los once compañeros que detuvieron días atrás en Jujuy. El ajuste entra con represión, que por ahora es más selectiva, pero que se hizo masiva el 18 de diciembre pasado. Y segundo, fragmentan desde el lado de la representación de los trabajadores, amenazando a quienes supuestamente tienen mal hechas las cuentas en sus gremios y a quienes estamos dispuestos a pelear.
-Hablás de la irreversibilidad del proceso de concentración económica…
-Sí, y del avance tecnológico. Yo no estoy en contra de la tecnología, si es para poner menos el lomo. Pero en este proceso la gente se queda sin trabajo, no hay igualdad de derechos, te precarizan cada vez más. Tenemos que empezar a debatir en qué sistema queremos vivir. Los resultados de los últimos 30 años fueron desastrosos. Leía que Amazon quiere que ingresemos a los supermercados sin empleados, que nos paguemos nosotros…
– ¿Por dónde ves la salida?
-Generar algún proceso de transformación pasa por alentar mayores niveles de participación, y unir a los trabajadores formales con las organizaciones de nuevo tipo, como la nuestra, y los movimientos populares.
-Trascendió días atrás que la CTEP, Barrios de Pie y la CCC se fusionarían en una sola organización
-Hay una necesidad de ir a una misma organización gremial, que requiere profundizar un debate complejo. Porque no tenemos la misma posición sobre la economía popular que la CCC, por ejemplo. Ellos se conciben como trabajadores desocupados, desde una visión más de izquierda tradicional. Pero no son grandes las diferencias.
– ¿O sea que la CCC estaría en desacuerdo con esa fusión?
-No diría eso, sino que nos piden tiempo para discutir. Ocurre que el tiempo a veces te juega en contra, porque el Poder también opera los domingos y feriados.
– ¿Y Barrios de Pie?
-Ellos están de acuerdo.
-Si sumáramos a todos los trabajadores de la economía popular organizados, podríamos soñar con un sindicato de cuántos trabajadores
-Empezaríamos con 300 mil y creceríamos rápidamente.
– ¿El instrumento legal para esta unidad ya existe, no?
-La CTEP tiene personería social, pero no gremial. Para ello, la ley de Asociaciones Sindicales exige que seas un trabajador en relación de dependencia, con recibo de sueldo. De todos modos, existen formas que estamos discutiendo para nosotros, como tienen canillitas, peones de taxi.
– ¿Qué cerca está el ingreso de la CTEP a la CGT?
-Nosotros dijimos que había que ir hacia una única central y elegimos a la CGT, que es donde están la mayoría de los gremios.
– ¿Con qué expectativas llegaría la CTEP o un sindicato unido de los trabajadores de la economía popular a la central obrera?
-Lo principal es el reconocimiento del resto de la clase trabajadora, porque se institucionaliza una política. Cada vez que en la Argentina se institucionalizaron las luchas, hubo un avance de la conciencia. Al movimiento obrero organizado, y a nuestros compañeros en particular, les cuesta mucho sentirse parte de la clase trabajadora y organizarse gremialmente, que es la forma más efectiva que existe en la Argentina.
-Ahora bien: ¿Qué rol jugaría la CTEP en una CGT conducida por Héctor Daer, por ejemplo?
-Nuestra idea no es ir a disputar la conducción, sino disputar en toda la sociedad el planteo de la economía popular. No hay planteo político ni gremial acerca de los compañeros que van quedando fuera de la producción formal. El Salario Social Complementario es el único piso de formalidad para los trabajadores de la economía popular. Necesitamos que las expresiones políticas tomen nuestra agenda. Esa es una pelea aún más dura. Hasta ahora logramos que una cantidad de gremios digan “sí, estos tipos tienen que entrar, son parte de la clase trabajadora”.
– ¿Cuáles son esos gremios?
-Sectores (denominados) “independientes”, de Daer (Sanidad), Schmid (Confederación Argentina del Transporte).
– ¿Qué sindicatos son los más refractarios?
-Los que tienen posiciones más ortodoxas son Barrionuevo (Gastronómicos) o taxistas, pero con Viviani, su secretario general, nos cruzamos en el Vaticano y debatimos. No nos ven como enemigos, no le sacamos afiliados a nadie.
– ¿Tiene fecha el ingreso a la CGT?
No, entre otras cosas porque la CGT tiene un problema: su propia unificación. Y además por las distintas miradas que tenemos nosotros.
-Trascendió también que las organizaciones sociales podrían constituir un frente político. ¿Qué hay de cierto?
-Yo voy a resguardar a la CTEP de la identidad de un frente político. Que los movimientos populares como Evita, MTE o La Dignidad vayan en un frente político es correcto; lo que no es correcto y requiere debate es exponer a la CTEP. Es como si quisieras meter a la UOM dentro del PJ.
-Por fuera de tu rol como secretario general de la CTEP, ¿qué opinás del tema en términos personales?
-Como no hay expresión política de nuestro planteo, que es la economía popular como salida a la crisis que genera el capitalismo, es necesario construir un frente político que lo exprese, mas también que el resto de los frentes políticos lo expresen. Todos te hablan de las PyMEs, pero hay 5 ó 6 millones de puestos de trabajo que hemos visibilizado y nadie se entera. Si nosotros le pedimos a la CGT sin organización ni movilización que nos meta adentro, es difícil que nos meta. En la política pasa lo mismo. Entonces, si no expresás la pelea gremial en política, te quedás sin compañeros en el Estado, no se organiza el ministerio de la Economía Popular y no hay políticas públicas que favorezcan a las organizaciones gremiales.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen