Tengo esperanzas de que encontremos a Daniel en el jagüel; la gran motivación de estos más de 74 meses de trabajo es poder encontrarlo, y a su vez resolver en el marco del derecho todo lo que sí nos fuimos hallando mientras lo buscamos. Porque detrás de una desaparición confluyen un montón de actores delictivos que aseguran escenarios de explotación, garantías de impunidad y muerte, cosas que fuimos destapando: la estafa y la explotación laboral en el ámbito rural de trabajadores locales y golondrinas, violencia policial, protección judicial a delitos policiales, corrupción judicial, indiferencia y tibieza institucional, municipal y provincial a esta realidad, arreglos entre patronales y delegados gremiales.
Desde lo humano, creo que es muy importante encontrarlo para que Gualberto y su familia, respetando sus cosmovisiones y creencias puedan sanar esa herida profunda hallando a su hijo, devolviéndolo a su tierra, a su querencia, tener un lugar que represente el descanso del ser querido.
Desde lo legal, es de vital importancia su aparición por todo lo que puede aportar a la causa a partir de este hecho y de los elementos que puedan hallarse junto al cuerpo, cosas que pudieran comprometer a los que participaron de su asesinato, de su desaparición, del encubrimiento. Encontrarlo va a ayudar significativamente para esclarecer las causas del homicidio y definir debidamente responsabilidades y desde lo social encontrar a Daniel es indispensable para que la última palabra no sea impunidad.
Hacemos nuestro el objetivo de don Gualberto, y hacemos nuestras las metas y los ideales de Daniel, desde esa sensibilidad trabajamos y lo seguiremos haciendo hasta encontrar justicia.
Mientras no encontrábamos a Daniel, nos topábamos con estas realidades, y fuimos trabajando para sanear todo este panorama nefasto que era puesto en escena. Que se destapara esta red era la meta de Daniel Solano porque antes de su desaparición, él procuró organizar una manifestación en reclamo de las malas liquidaciones de sueldos.
No encontrábamos a Daniel, pero nos encontrábamos con sus ideales y con sus luchas y las asumimos como nuestros. Sobre estos objetivos se viene desarrollando una labor entre gente de distintos ámbitos.
En estos días, cercano al mes del inicio del debate judicial, queremos hallar su cuerpo, ésa es la meta principal de su padre Gualberto, quien está hace 74 meses a 2700 km de su Tartagal natal, viviendo en un precario acampe armado frente al juzgado penal de Choele Choel. Desde esa trinchera pregunta diariamente por el paradero de su hijo, y encontrarlo es la meta que también hicimos nuestra.
Por eso, la medida de exploración del jagüel tiene la especialidad de ser la acción que tal vez nos separa del hallazgo de Daniel, que finalmente nos una con él…
Por Cristian Bonin, párroco de Choele Choel. La garganta Poderosa – fotografia Ernesto Mobili