Al regreso de Temuco donde fueron a ver al Papa Francisco, los Movimientos Populares se realizaron un encuentro en San Martin de los Andes. Se produjo un documento crítico con los medios masivos y la estigmatización que realizan de los sectores populares.
Comunicado del encuentro de Movimientos Populares:
“Hoy, 18 de enero de 2018, los movimientos populares reunidos en el barrio Intercultural -territorito de la comunidad Mapuche Curruhuinca- debatimos sobre Paz, Tierra, Techo y Trabajo. Es el final de un largo viaje, que fue posible gracias al esfuerzo y la solidaridad de las organizaciones hermanas de Chile y Argentina. Viaje que los medios masivos quisieron ensuciar con interpretaciones de mala fe, para lastimarnos y lastimar a un amigo de los pobres: el Papa Francisco. Fuimos a Temuco a escuchar sus palabras, que nos ayudan a encontrar la paz y la unidad con la que sueñan nuestros pueblos.
Estamos cansados de que los medios masivos de comunicación nos presenten como vagos –cuando sufrimos la expulsión del mercado laboral y salimos a inventarnos nuestro propio trabajo-, violentos –cuando sufrimos la represión y la persecución policial- y usurpadores –cuando nos echan de nuestras casas y tierras-. Los grandes medios traen sus cámaras solo cuando hay conflictos en nuestros barrios y violencia en las manifestaciones. Así alimentan una imagen mentirosa de nosotros, mientras invisibilizan el esfuerzo que hacemos cotidianamente para crear y sostener una vida digna. Esa comunicación perversa se construye sobre la negación de nuestros derechos.
No hay periodistas indignados cuando en los días de calor se corta la luz o no tenemos agua, cuando se inundan las calles por la falta de desagües y cloacas; cuando debemos caminar varias cuadras para acceder al transporte público; pero tampoco cuando inauguramos un club o una salita; cuando nuestros hijos terminan el jardín o salen de un centro de tratamientos de adicciones, ambos construidos por nosotros mismos. No vienen cuando creamos cooperativas con los liberados de los penales que logran reducir la reincidencia, ni cuando terminamos una obra de cloacas o una vivienda social. No vienen cuando inauguramos un polo textil para luchar contra el trabajo esclavo o recuperamos empresas quebradas fraudulentamente. No vienen cuando reciclamos toneladas de residuos que irían a parar a un basural o producimos alimentos sanos sin agro tóxicos. No vienen cuando la policía nos pide coimas para vender en la calle pero si cuando nos apalean para expulsarnos. Tampoco vienen cuando alimentamos a los niños que el sistema excluye en nuestros comedores y merenderos.
Estas con las conclusiones de los talleres de hoy para afrontar la lucha de este año por las tres T:
Nos vemos en la necesidad de seguir diciendo que la tierra debe ser para quien la trabaja. Para las comunidades campesinas e indígenas es necesario profundizar su relación con la tierra, que no es posible sin una reforma agraria y el acceso justo a la vivienda que respete la soberanía y los derechos de los pueblos a sus territorios.
Nuestro trabajo es positivo para la sociedad: creamos bienes, brindamos servicios, y principalmente, mejoramos las condiciones de vida de nuestros compañeros y compañeras. Proponemos el “buen vivir”, diferente a la vida consumista que nos propone este sistema. Difundimos la cultura del trabajo organizado colectivamente, porque estar juntos es lo que nos permite sostener nuestro ánimo y autoestima frente a la exclusión, ataques y persecuciones. Quienes más sufren la estigmatización son los jóvenes de nuestros barrios, asediados por las mafias policiales, mediáticas y del narcotráfico. Por eso asumimos el compromiso de construir una juventud despierta, comprometida e integrada al mundo del trabajo.
La expulsión de nuestros territorios, la precarización de la vida en nuestros barrios, la desvalorización de nuestro trabajo comunitario, son parte de la violencia que sufrimos todos los días. En especial los pueblos originarios, que la sufren hace más de 500 años. No somos violentos sino víctimas de la violencia. Nosotros queremos una paz basada en la justicia social.
Consideramos que la comunicación es una herramienta y una estrategia central para los movimientos populares y sus luchas. Debemos trabajar por construir nuestros propios medios, formarnos y desarrollar estrategias comunicativas propias. Fortalecer los que ya tenemos y defender las leyes vigentes -que el Estado cumple a cuentagotas- para garantizar nuestro derecho a la comunicación.
Inspirados en la homilía de ayer de Francisco reafirmamos que la unidad que nuestros pueblos necesitan reclaman que nos escuchemos, pero principalmente que nos reconozcamos. Por esto es indispensable la puesta en marcha de mesas de dialogo conjunto para avanzar en soluciones al acceso a la vivienda digna, a la tierra y los derechos de los trabajadores de la economía popular. Sobre todo es importante el dialogo para alcanzar la paz, en este momento de ataque y criminalización del pueblo Mapuche. En consonancia con la Conferencia de prensa desarrollada el día de ayer en el Cerro Ñielol, proponemos fortalecer el diálogo entre la Iglesia y el Pueblo Mapuche con el objetivo de trabajar en la línea que Francisco propuso en el II Encuentro de Movimientos Populares de Santa Cruz de la Sierra y su homilía en Temuco donde pidió perdón por las atrocidades cometidas a los Pueblos Originarios y reconoció la deuda histórica con los Pueblos de Abya- Yala, América.”
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen