El domingo 31 de diciembre, Daniel Marin ingresó al domicilio de J, su ex pareja, con un machete. Había una medida cautelar impuesta, debido a anteriores situaciones de violencia que pusieron en grave peligro la vida de J. Esa noche, J estaba con su amiga M y Daniel las atacó ferozmente a las dos. La llegada de la policía detuvo el ataque.
Desde el Colectivo Al Margen conversamos con las compañeras de J del Instituto de Formación Docente, quien esta estudiando para ser maestra de primaria. M, ya recuperada pudo acercarse y acompañarnos en la entrevista. Prendemos el grabador y el mate empieza a circular. Lo que sigue son las reflexiones de las futuras docentes de tus hijxs, nietxs, sobrinxs y vecinxs.
-¿Estuvo acompañada J en estos últimos meses?
– En este último tiempo del año estuve con ella y me contaba todo el tiempo, que se quería separar y yo le decía que era lo mejor. Con el tipo este nunca quise compartir nada porque siempre lo vi como una mala persona. Y después pasó esto hace unos meses de que la quiso matar. Y ahí sí le dije que la podía acompañar al hospital, porque no quería ni ir. Estaba re herida, tenía marcas por todos lados, los ojos rojos, marcas de ahorcamiento. Y fue. Le dijeron que se había salvado de suerte, que ya estaba mal, que tenía los ojos muy rojos de la presión.
-Fue al hospital y cuando volvió a la casa, ¿hubo alguna intervención de otra área? ¿qué pasó con la denuncia?
– Ella me contó que una profesora del Instituto la acompañó a hacer una denuncia también. Que iba a charlas de mujeres, y que trataba de no andar sola y en eso su familia la apoyó un montón. Que estaba en la casa de sus papás, y ahí fue cuando ella me invitó a vivir con ella. Porque sino le iban a vender a la casa, o alquilar, y ella no quería.
-De los dispositivos disponibles ella utilizó este tipo de recursos: fue a un grupo de mujeres, hizo una denuncia…
– Al Centro Administrativo iba ella. A las reuniones donde van las mujeres.
-¿Y les servían?
– Sí, cuando ella me contó que iba me dijo “yo pienso que hay mujeres que están peor que yo, entonces yo tengo que salir de esto, ¿cómo no voy a salir yo? Hay mujeres que pasan cada cosa”. Y yo le decía: “sí, como no vas a salir adelante. Tenés que salir adelante, siempre tenés que salir adelante”.
– Desde el Instituto había profes que estaban acompañándola, sosteniéndola, haciendo denuncias, investigando, yendo a la fiscalía.
– Una piensa que esta situación las hace volver atrás a las dos en un plan que ya tenían. Es muy injusto ¿Con qué derecho le pararon por un tiempo su vida?
– Coincido que es algo sumamente injusto. La actitud de esta persona es como de venganza. Ella quiere salir a flote y el pibe le pone la pata y para decirle bajate bajate.
– Esto se podría haber evitado. Por suerte no estamos lamentando la muerte de ninguna de las dos, pero esta situación de violencia se podría haber evitado. Faltaron otras herramientas del estado, cuando ella fue a hacer la denuncia anterior, cuando la asfixió, me preguntaba si ella tenía vigilancia o algo, porque a ella le dieron el alta, pero creo que el Estado tiene que estar atrás de la víctima, para cuidarla.
– Y además se menosprecia el testimonio de la mujer. Porque si va la mujer y dice: “El tipo vino y me quiso ahorcar” y que le digan: “si no hay testigos no es creíble”.
-¿Eso le pasó a J?
– No se pudo concretar la pena para Daniel Marín porque no había testigos en su momento. Ahora sí.
-¿Creen que influenció en algo que haya estado en el Instituto? A diferencia de otras mujeres que quizás están más solas en estas situaciones…
– Ayudó un montón, porque cuando ella fue a hacer la denuncia me decía “las profes me acompañan, me charlan, me quieren acompañar, llevarme”. Ella quiere terminar de estudiar entonces siente un re apoyo del Instituto.
– Desde el Instituto J estuvo muy acompañada, fueron muchas profesoras a visitarla, y eso para mi es re importante. Porque no es cualquier institución, es un Instituto de Formación Docente. Las personas que van ahí, van a formar a futuros ciudadanos.
– Con la formación que tiene el instituto, lo que trata de llevarle a los estudiantes en cuestiones de género.
-¿Sienten que el Instituto esta haciendo ese esfuerzo?
– Sí. Son muy importantes las herramientas que te da, porque quizás para vos son naturales muchas cosas y una vez que estas cursando empezás a desnaturalizar situaciones, sobre todo las violentas. Es como que vos no la ves de una forma mala, pensás que esta bien recibir un golpe, o una mala palabra o un mal trato y adentro del Instituto empezás a ver que no, que eso no esta bien, y muchas compañeras han podido separarse. Algunas no pudieron, otras sí.
-Y ustedes como futuras docentes ¿Qué creen que habría que trabajar con niños y niñas para que podamos vivir en una sociedad libre de violencia? ¿Creen que hay algo del sistema educativo que reproduce estos vínculos violentos?
– Yo creo que una de las herramientas más importante que nos dio el Instituto este año fue el Seminario de Sexualidad y Géneros. Porque hay muchas cosas que hay que empezar a cambiar. Este año que pude hacer prácticas, vi que el rol del varón esta muy marcado en la escuela. Y por ejemplo escuché: “no le pegués a las mujeres porque es de maricón” en lugar de enseñarles que no se le pega ni se les dice groserías por el respeto que hay que tenerle a las mujeres.
– En séptimo pude ver relaciones de novios, en las que el novio no quiere que se junte con las amigas, 12 años tienen, y ya aíslan a las chicas. Les controlan el teléfono, controlan con quien se juntan, que se va o no a poner. Y todas esas cosas no deberían estar en la escuela, o por lo menos las escuela debería decir que eso no esta bien.
– Un punto importante es la formación y la deconstrucción que el docente tiene que hacer. Porque el sistema educativo tiene cosas muy rígidas ¿Qué hacemos con toda esa base? ¿Cómo la removemos? Para mi el estado tiene que poner mucho peso en ver cómo los que conformamos el sistema educativo nos vamos a ir formando, reconstruyendo, repensando, porque eso es fundamental. Porque desde la teoría decís muchas cosas, pero después vas al aula y replicas todo lo que venís arrastrando.
– Lo que hay que explicarles a los chicos es que la sociedad cambió. No es el hombre el que sale a la calle, y la mujer se queda en la casa a cuidar a los hijos. Cambiaron los roles, y eso influye en las crianzas de los hijos.
– Y poder detectar los noviazgos violentos. Darle a los pibes que se cuestionen los noviazgos violentos, darles información. Pero te enfrentas con una realidad dura, porque hay muchos pibes en riesgo. Entonces nosotras en 4 años de carrera tenemos un seminario. De 36 materias tenemos 1 seminario de sexualidad y géneros. Esta bien, estamos re bien preparadas en todas las materias, lengua, matemática. ¿Pero 1 seminario?
-Y esto que dicen, que es poco un seminario ¿qué más tendría que haber?
– Toda la carrera, tendría que estar desde primer año. Nadie hace un proceso de deconstrucción con un solo seminario.
– Desde la escuela se pueden armar redes. Cuando estas al lado de una persona que esta sufriendo violencia sentís que hay agujeros o baches en la asistencia que hay que construir y ver cómo podemos hacer para que socialmente podamos organizarnos. Y que estemos siempre alertas porque si bien una marcha siempre funciona ¿después qué hacemos? ¿me voy a mi casa? ¿y qué pasa?
-¿Qué creen que habría que organizar?
– Esto es lo que conversamos, que esto no quede en la marcha, por eso nos pareció importante poder concretar la entrevista y seguir. De hecho hoy veníamos pensando, tendríamos que hacer algo desde el arte, hacer alguna intervención.
– Hacerle ver a la justicia que ellas no están solas. Que hay gente detrás de ellas. Que van a luchar con ellas.
– Ellas y todas. El otro día leía la frase, “cuando nos tocan a una, nos tocan a todas”. Y que sea así. Porque hay muchas compañeras y personas que no han podido decir lo que les esta pasando, que aunque vean una marcha, o una charla, no puede porque es tanto el pánico, sufren tanto que quizás siente no pueden salir adelante. Y entonces hacerles ver que realmente si tocan a una nos tocan a todas. Que no somos objetos, que no somos posesiones.
– Una cosa que me llamó la atención, si bien estas situaciones son difíciles, porque la persona que vive esta situación se siente vulnerable y es necesario cuidar su identidad, al mismo tiempo, me hace un poco de ruido que haya estado tan encapsulado. A lo mejor era una decisión de J, el silencio, que nadie lo sepa. Pero cuanto más se abra y se dicen y se ponen a la luz las cosas, menos deberían suceder. A mi eso me llamó la atención en el Instituto. Pensaba si esto se puede hablar más, no digo poner un cartel que diga “tal esta sufriendo”, no, no, pero no sé si tiene que ver con una manera de llevar la situación adelante. Porque muchas compañeras recién se enteraron. No es por una cuestión de chusmerio.
– El tema es que ella se lo pudiera expresar a quienes ella quisiera, con quienes ella se sintiera segura.
– Nosotras estábamos cursando una materia y hemos cruzado charlas de pasillo, y nunca nos lo imaginamos. Y me preocupa, porque capaz que muchas compañeras de nosotras lo están pasando y no sabemos.
-Muchas veces trabajamos con las mujeres, porque queremos cuidarnos y protegernos, pero ¿Qué habría que hacer con los varones? ¿Qué les pedimos a los hombres que hagan con sus con-generes?
– Es importante que entre ellos se cuestionen las cosas que se dicen. El otro día llegó un amigo, y mi novio estaba lavando los platos, y le dice “¿Qué haces lavando los platos, te tienen de María?”. Y mi novio le dice: “¿qué tiene de malo lavar los platos?”. Ir preguntándoles, no atacándolos, sino preguntando: ¿y qué tiene de malo eso? Entre ellos. Pero ¿Cuántos hacen esto?
– Para un hombre debe ser difícil no seguir el código, porque los tildan.
– Pero eso esta construido, ellos no nacen así, van construyendo una manera de ser hombre. Es como no responder a lo que ellos están esperando que sean.
– Me pregunto, porque lo que hizo esta persona (Daniel), en algún punto, se podría haber sabido de esta persona, porque actuar de esa manera, y como las lastimó a las dos. Más allá de que haya construido ser machista o no, este tipo tiene problemas serios, que quizás J no lo pudo dimensionar. Eso se construye también en la sociedad.
– ¿Pero cómo se podía saber que este pibe iba a hacer eso?
– Es que ya lo venía haciendo.
– Tiene situaciones de violencia desde hace 5 años.
– Hay personas que no sabían que había habido situaciones de violencia antes.
– Eso es lo que yo digo, ese silencio es lo que a mi me hace ruido. No pueden no saber.
– Nosotros hace un tiempo estuvimos con una chica que la quisieron abusar y ella empapeló la ciudad con el nombre del tipo. Porque no es sobre ella donde tiene que recaer toda la mirada.
– Hay que escarcharlos.
-¿Qué esperan de la justicia para sentirse seguras?
– En el primero indicio que da una persona tienen que abrir una investigación. Un seguimiento al tipo.
– Y que cambien esto de que si no hay un testigo, que no te pueden tomar como válido un testimonio. Porque no se pudo antes meterlo preso porque no había testigos. Pero ahora hay pruebas contundentes.
– Yo espero que lo pongan preso de por vida. Porque ellas tienen que continuar su vida. Las dos tienen que continuar su vida y no estar pensando “y ahora se termina un mes, y después qué va a pasar”. No se puede vivir así.
– A mi me preguntaron: “¿si este tipo vuelve a salir a la calle, a vos te da miedo?” Y yo les dije: “Y sí, intentó matarme. Sí ya me intentó matar y no pudo porque llegó la policía, si me ve de nuevo me va a matar. Si ya me lo dijo”.
– No sólo lo dijo, también lo intentó.
– Aparte él estuvo preso 3 días, y cuando estuvo en la casa de J le decía: “¿Porqué me hiciste esto?” Porque él pensaba que estuvo preso por culpa de J y no porque él la había tratado de matar.
– Lo va a seguir haciendo porque no reconoce lo que hace.
– Si lo analizas bien al sistema judicial, no sólo con los femicidios, sino también a nivel más grande: hoy tenés a una persona que secuestró bebés, que torturó, y esta con el beneficio de una prisión domiciliaria. Estamos mal. El tema de la justicia no esta bien.
-¿Qué les dirían a otras mujeres que pueden estar viviendo esta situación?
– Que buscar ayuda esta bueno. A J le ayudó un montón ir a la asistente social. Que le decía que vea a sus amigas, a su familia, que haga actividades. Que no se encierre. Qué no piense que ella tiene la culpa de todo lo que le esta pasando. Sino que busque ayuda.
– Decirles que no se callen, que no se queden con la idea de que se lo merecen, o el “ya está, esta es la vida que tengo” porque esa es otra situación que también se da, o “me conformo con lo que hay, por mis hijos”, no justamente, por vos y por tus hijos, que no te roben la vida.
– Y que nos organicemos, porque creo que en ese tejer redes, relaciones, testimonios, me parece que ahí esta la fuerza. Que se vea a las organizaciones como un muro, que no se pueda traspasar. Y que realmente sea, si se meten con una se meten con todas.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen