El viernes hicimos el cierre del año del Semillero y tu sonrisa no nos acompañó… Faltaron tus sueños contagiosos y no pudimos verte corriendo detrás de la pelota levantando polvo y cenizas.
El dolor todavía es muy grande y resulta difícil ponerle palabras a los sentimientos. Ya iremos de a poco elaborando tu pérdida y transformaremos el enojo en sana energía creadora.
Queremos hacer pan y cunas el año que viene. Plantar lechuga y rabanitos como vos querías y terminar la casita en el barrio. Ponerle tu nombre, y que se nos llene de pibes y pibas que, como vos, se le animen a disputarle una sonrisa al futuro.
El viernes con tu hermano subimos la montaña. Desde allá arriba te vimos en la inmensidad del paisaje como viento o como nube. Tu otro hermano, el de la vida, prefiere no saberte todavía, y que te le aparezcas en sueños por las noches y le hables bajito le da fuerzas para seguir pechando.
El resto de los pibes se alborotan porque ya no estás; y el enojo corre entre nosotros buscando pelea. No se dan cuenta todavía que los que te hicieron esto buscan eso: que nos peleemos entre nosotros y no le encontremos la vuelta a tanta maldad planificada.
La marcha que hicimos los otros días fue como a vos te hubiera gustado: piola y sin quilombo. Tu familia adelante y una banda de gente atrás. Los pibes llevándote alto como bandera me renueva la esperanza. Un silencio profundo inundó la plaza cuando Pablo mencionó tu nombre, y te supimos presente entre nosotros.
Hoy es Nochebuena y solo tu vieja, tu viejo, tus hermanos sabrán lo que se siente a las 12 cuando no levantes la copa con ellos y se cumpla un mes de tu partida.
Hoy es Nochebuena y mañana Navidad y hace mucho que dejé de creer en Papa Noel y nada le pido desde que era pibe. Pero esta noche voy a poner la palabra Justicia en un sobre y voy a dejarla debajo del arbolito que adorné junto a mis hijos en el jardín de casa.
Hoy es Nochebuena y mañana Navidad. Y en mi país cada día nace una nueva injusticia y hay demasiada gente haciéndose la distraída…
Y acá estamos Rafita ¡Deseándote tener entre nosotros!, y no podemos porque unos pocos decidieron lo contrario.
¡No nos vamos a detener hasta que se haga justicia!
Te lo prometemos.
Por Alejandro Palmas
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen