Lucía era pampeana y tenía 24 años. Fue secuestrada el 27 de noviembre de 1977 en La Plata, donde estudiaba Derecho y militaba en la Juventud Universitaria Peronista. A partir de testimonios de sobrevivientes del circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo, se pudo saber que Lucía estuvo cautiva allí y que fue sometida a tormentos y trabajo esclavo. La llamaban “Anteojito”, estaba embarazada y fue sacada del centro clandestino de detención Olimpo cuando estaba a punto de dar a luz. Lucía permanece desaparecida.
Ayer, en coincidencia con su 40° aniversario, Abuelas de Plaza de Mayo anunció el hallazgo de la hija de Lucía. La enorme tarea de restitución de las identidades de las niñas y los niños secuestrados junto con sus padres o nacidos en cautiverio durante la última dictadura cívico militar, hace del derecho a la identidad bienes sociales conquistados en la Argentina a partir del ejemplo de las Abuelas.
Los delitos de lesa humanidad de los que fue víctima Lucía Tartaglia fueron juzgados en “ABO I” (2011), donde declaró su hermano Aldo, y “ABO bis” (2012) y fueron condenados Samuel Miara, Raúl González, Juan Carlos Avena, Eduardo Emilio Kalinec, Eufemio Jorge Uballes, Luis Juan Donocik, Oscar Augusto Isidro Rolón, Julio Héctor Simón, Roberto Antonio Rosa, Guillermo Víctor Cardozo, Eugenio Pereyra Apestegui, Raúl Antonio Guglielminetti, Ricardo Taddei, Enrique José del Pino y Pedro Santiago Godoy.
“ABO III” se encuentra en la etapa final del juicio y se espera el veredicto en noviembre. En este debate, un miembro del servicio penitenciario federal, un gendarme y seis miembros de la Policía Federal Argentina están acusados por la privación ilegal de la libertad agravada y los tormentos de los que fue víctima Lucía Tartaglia. El CELS es querellante como organismo de derechos humanos.