El Senado el 7 de setiembre pasado dio media sanción a que tropas norteamericanas realicen ejercicios militares en Patagonia. En la ciudad de Trelew Vecinos Autoconvocados se manifestaron en repudio al plan del Gobierno Nacional. Gonzalo Pérez Álvarez referente de la convocatoria cuenta el peligro de tener marines en la Patagonia.
– ¿Cómo va el armado de la manifestación?
-Se está empezando a sumar la gente, hubo una muy rápida reacción popular ante la noticia de esta probable llegada de tropas yankees a la región. Nuestra región tiene una historia muy fuerte relacionada con esto porque durante los años de la Dictadura Militar, aquí, especialmente en la zona cercana a Puerto Madryn se hacían operativos unificados con las tropas estadounidenses, lo que se llamaba “Operativo Unitas”. El pueblo de Madryn, después de la Guerra de Malvinas, junto al pueblo de Trelew los echó del puerto cuando en una ocasión quisieron llegar ahí.
Tenemos una historia que hace esto aún más simbólico y terrible que es que estos operativos conjuntos serían en la Base Aeronaval Almirante Zar en la que como la mayoría de la gente debe saber, ocurrió uno de los hechos de terrorismo de estado más tremendos de nuestra historia que es la Masacre de Trelew. También hace algunos años se descubrió que desde esa base aeronaval se vigilaba, controlaba y atacaba a los militantes populares de toda nuestra región.
En todo ese marco está claro que este tipo de operativos militares significan básicamente un peligro para la sociedad civil de nuestra región patagónica.
– ¿Por qué han decidido movilizarse?
-Estamos convencidos de la necesidad de defender nuestra soberanía, nuestros bienes comunes… de defender la limitada democracia que tenemos y el avanzar hacia una democracia mucho más plena, profunda y real. Estamos convencidos que la llegada de tropas estadounidenses, el reforzamiento de las fuerzas armadas argentinas y su posible asociación implican que todos estos objetivos que tenemos sean derrotados.
No tenemos dudas de que ellos están en contra de que los patagónicos podamos decidir sobre nuestros bienes comunes, están en contra de la democracia y de que nuestro pueblo siga teniendo derechos.
-En este momento particular ¿Cómo te parece a vos que influye esta intromisión en la Patagonia?
-Yo espero que impacte fuertemente y que toda la sociedad de Patagonia y del país reaccione de forma muy contundente contra este proyecto. Vale recordar que tiene media sanción y todavía falta que lo apruebe la Cámara de diputados. Nosotros al enterarnos que ya lo aprobó la Cámara de Senadores, nuestro objetivo primordial es que lo rechace Diputados y vamos a trabajar muy fuertemente para eso.
Vamos a exigir a las autoridades provinciales y municipales de Chubut y podríamos pedir lo mismo para Río Negro, sabiendo que muchas veces es difícil que lo hagan, se pronuncien en contra de estos ejercicios militares. Estamos en un contexto donde se hace muy evidente lo tremendo y lo perverso de pensar en ejercicios militares en la región patagónica…
Estamos en la misma provincia donde hace dos meses desaparecieron a Santiago Maldonado, donde hay ataques a los derechos humanos de manera permanente. Estamos en una región como la patagónica, y especialmente toda la región costera que tiene un recuerdo muy fuerte y profundo de lo que fue la Guerra de Malvinas.
Pensar que nuestras fuerzas armadas van a hacer un ejercicio militar supuestamente de colaboración con un país que fue el principal apoyo del país en esa guerra para recuperar la soberanía de las Islas configura un escenario donde es evidente que no hay ni la menor lógica de que pueda hacer aceptable semejante proyecto.
Estos juegos de guerra, ejercicios militares se hacen sobre una hipótesis de conflicto ante la cual las fuerzas armadas conjuntas deberían actuar contra esa hipótesis. ¿Cuál podría ser ese conflicto, ese atentado a la seguridad de ambos países?
Creo que se hace muy evidente que lo único que pueden reflexionar como hipótesis de conflicto es en la sociedad civil que defiende sus derechos, que defiende los bienes comunes, que se planta contra la extranjerización de la tierra y la propiedad. Por eso no estamos dispuestos a permitir esto.
Por Fabián Agosta y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al margen