Las organizaciones sociales y gremiales nucleadas en el Movimiento de Infancia de Bariloche comienzan a implementar desde hoy un registro de situaciones de violencia institucional que afecten a niños, niñas y adolescentes por parte de las fuerzas de seguridad. El registro se hará directamente en los barrios y su información será trasmitida a las defensorías de menores de la ciudad.
El registro tiene como objetivo recabar y sistematizar diferentes situaciones de violencia institucional que atraviesan las y los adolescentes de los barrios de Bariloche y que los jóvenes no se animan a denunciar en la Fiscalía por temor a represalias.
Detenciones irregulares, torturas, hostigamiento, entre otras, son las situaciones que podrán registrarse en las distintas organizaciones que trabajan en los barrios de Bariloche.
Virgen Misionera, Nahuel Hue, San Francisco, Unión, Malvinas, Abedules, 28 de Abril, Villa Llanquihue y 10 de Diciembre serán algunos de los lugares que comenzarán a receptar denuncias a partir del día de la fecha.
Las organizaciones transmitirán periódicamente esta información a las Defensorías de Menores a fin de realizar de manera coordinada distintas acciones que detengan situaciones irregulares que vulneren los derechos de niños y adolescentes.
Este registro nace como respuesta a la escalada de violencia institucional que se viene viviendo en el último año y a una práctica histórica y sistemática del accionar de las fuerzas de seguridad sobre los adolescentes en general y de los sectores excluidos y marginales en particular.
Grupo Encuentro, Fundación Gente Nueva, Escuela Antu Ruka, Unter-CTA, Pastoral Penitenciaria y Colectivo al Margen serán las organizaciones encargadas de llevar adelante este registro.
Además de esta acción concreta para logar terminar con la violencia institucional desde el movimiento de infancia se impulsa la creación de los Centros de Admisión y Derivación, para terminar con pibes y adolescentes trasladados, detenidos o demorados en comisarías; la exigencia de identificación de todos los agentes policiales en servicio; y la formación permanente y continua de las Fuerzas de Seguridad en perspectiva de Derechos Humanos, derechos de infancia y género, y bajo control de organismos de la sociedad civil.
Por Alejandro Palmas
Fotografía: Eugenia Neme
Equipo de Comunicación popular Colectivo al Margen