Las inundaciones en Comodoro Rivadavia. Mientras los grandes supermercados aumentan los precios, los jóvenes de los barrios arman un Centro de evacuación. Conversamos con Roberto LLaiquel de la radio comunitaria Del Chenque.
– ¿Cómo es la situación el día de hoy en Comodoro?
-Estamos caminando el día después, siempre es más duro porque uno va tomando una realidad objetiva de los daños materiales y sociales. El rompimiento de rutas, calles, puentes y ahora se nos agregó el derrame de petróleo. Las calles están con mucho volumen de barro y agua, esto hace que la gente esté con desesperación, es entendible. Comodoro tiene actualmente entre 350mil y 400mil habitantes
– ¿Cuál fue la zona más afectada?
-Las zonas más afectadas fueron dos; por un lado la zona norte, el barrio Laprida que está enclavado en un cañadón y tenemos la zona sur, de lo que son las barriadas que es el barrio Juan XXIII. Comodoro en estas zonas cuenta con un solo desagüe y con el caudal que cayó -más de 300 milímetros- se desbordó completamente. Estos barrios han sido los más afectados, sumado al tema del aislamiento temporal de la Ruta Nacional Nro.3 donde un camión fue tragado literalmente por la tierra en un pozo de más de seis metros de profundidad y recién ahora pudimos restablecer la comunicación.
– ¿Hay una evaluación de daños realizada? ¿Por dónde arrancaría la reconstrucción?
-En líneas generales hay 90mil personas damnificados, evacuados había 3mil y ahora bajó a 700 personas. La idea que haya un paquete de créditos entre Comodoro Rivadavia y Provincia para poder restablecer sobre todo los electrodomésticos. Después está lo del derrame de petróleo, que es ajeno a esta catástrofe, son dos cosas distintas pero impactan emocionalmente en la población, que está muy castigada psicológicamente.
En cuanto a la reconstrucción, lo que los funcionarios municipales han establecido es a partir de los barrios más afectados. Hay una colaboración del ejército, unos mil soldados que están trabajando con palas y maquinaria liberando canaletas y otras cuestiones. Tenemos el 80% de la ciudad dañada.
– ¿Cómo nace la radio comunitaria Del Chenque?
-La radio es propiedad social del grupo Pro Derecho de los Niños, nosotros fuimos la primer ONG con este contenido, esta dirección. Estuvimos en el proceso legislativo, instrumentamos proyectos a nivel nacional e internacional, somos la organización que lleva adelante el caso de Iván Torres ante la Corte Interamericana de derechos humanos. El trabajar con la niñez y la adolescencia nos hizo pensar en la difusión y en ese sentido nace la radio comunitaria en un proyecto denominado “Difundir para crecer con jóvenes de sectores populares”. Eso lo trabajamos hace más de 10 años acá en Comodoro.
– ¿Qué pasó con las radios al momento de la inundación?
-Acá hay alrededor de 70, 80 radios. Al momento de las dos tormentas sólo dos funcionaron, las que tienen generador propio. Todas las demás, incluida la nuestra no pudimos transmitir porque tenemos las antenas arriba en el Cerro Chenque. Pese a eso, fue un valioso instrumento donde la gente se pudo retroalimentar con la situación y más que nada explotar las redes sociales, el WhatsApp y el Facebook.
– ¿Cuál fue el rol de los jóvenes?
-Me parece que dentro de los cuadros de catástrofe emerge lo peor y lo mejor del ser humano. Lo mejor fue la juventud, que se tomó la ciudad al hombro, salieron en grupos, clubes, asociaciones vecinales. La solidaridad social, aparte de las donaciones que hemos tenido de otras provincias y países, fue de los jóvenes. Nosotros como organización luchamos muchos años por poder contrarrestar el rótulo negativo de la juventud de Comodoro, como pasa con la de Bariloche, con toda la Patagonia. No nos equivocamos porque ellos dieron respuesta de ser personas muy nobles con sus semejantes, salieron a palear, a buscar comida… Hay una experiencia muy buena que se llama Camello del Desierto, un grupo de jóvenes de un barrio popular que abrió un Centro de evacuación. Estas cosas van a quedar en la memoria colectiva de esta catástrofe.
-Algo que trascendió fue la remarcación de precios por parte de algunos supermercados…
-Creo que no hay que brindarle energía a esas personas. Ellos son muy buenos profesores en cuanto al capitalismo y el libre mercado, incluso explotan el pánico para que la gente acuda masivamente y poder hacer su moneda. Si lo vemos desde un punto más humano, esto no tiene razón de ser, pero es parte de esta realidad de neoliberalismo a nivel nacional. Yo resalto la solidaridad social porque es parte de confrontar la batalla cultural, ideológica y política.
Por Fabián Agosta y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen