El movimiento obrero protagonizó una multitudinaria marcha para manifestar el rechazo a las políticas de ajuste del gobierno nacional. La convocatoria, articulada desde la dirigencia de la CGT, tuvo su germen en la disconformidad expresada por las bases. Desde el palco, el triunvirato pronunció discursos muy críticos de la política económica de Mauricio Macri. También expresó la adhesión al paro docente y al de mujeres y se pronunció a favor de la convocatoria a la paritaria nacional docente. Sin embargo, la dirigencia no estuvo a la altura del sentir generalizado de la marcha.
Durante toda la jornada se hizo sentir el pedido de fecha para el paro nacional. Frente a los discursos de los dirigentes, se escucharon chiflidos demostrando el malestar ante las dilaciones por fijar un día concreto. Incluso llegó a darse un diálogo entre Héctor Daer y quienes concurrieron al acto en reclamo por una fecha precisa, situación que también vivió Carlos Acuña durante la movilización docente. El desacuerdo no registra antecedentes en el pasado cercano.
La conducción no supo leer cuánto había avanzado el malestar social desde el acto de abril de 2016, donde existió mayor sintonía entre los planteos de la dirigencia y los reclamos de las bases. A más de un año del gobierno de Macri, ya no basta con expresar de manera discursiva la disconformidad sino que es perentoria la convocatoria al paro general. Planteo que también realizan dirigentes gremiales enrolados en la CGT.
El paro aglutinará a todas las fuerzas que enfrentan al macrismo. Si la dirección de la CGT toma cartas en el asunto, se verán beneficiados el conjunto del campo popular, el movimiento obrero organizado y la propia dirigencia al encontrar un norte estratégico para la felicidad del Pueblo. Ya no hay margen para políticas de negociación como las que expresan sectores como el massismo. Urge la convocatoria al paro general.
por Agencia de Noticias Paco Urondo