Crónica de como el Movimiento de Mujeres de Bariloche construyó la movilización del 8 de Marzo en la ciudad. Unidad y sororidad de un movimiento que no para de crecer y sirve de ejemplo para otras luchas.
La previa
Los jueves de febrero fueron días de reunión. Más de treinta mujeres, personas trans y lesbianas de distintas organizaciones nos dimos cita a las 18hs en Unter para planificar el 8M. De ahí salieron notas para los gremios, comisiones para volantear, producciones de comunicados notas y spots, propuestas de seguridad para la marcha, películas para el ciclo de cine, ideas para intervenciones el día de la marcha, y el diseño para la bandera de arrastre que encabezó la marcha. Ese fue el punto de encuentro. Y ahí estuvimos presentes para que el 8M tuviera que ver con nosotrxs.
Lo planificado incluía, una conferencia de prensa el 6, un festival el 7, el paro y la marcha el 8, y un ciclo de cine el 10 de marzo. Después de plantear el cronograma, llegaron las propuestas de paros de los gremios de docentes y de trabajadorxs y, si bien nunca hubo dudas sobre el acompañamiento a esos paros, sentimos la preocupación de que se invisibilizaran las propuestas para el 8 de marzo.
El festival del 7 “La tierra tiembla” se pensó como un momento de producción para la marcha. Era importante que ese día hubiera actividades porque es el día de la visibilidad lésbica. Conversamos con Matias, referente de la Colectiva Generando Génerxs, “me sumé personalmente y políticamente para visibilizar a las compañeras trans asesinadas porque sus femicidios están invisibilizados, y sobre todo por las lesbianas, porque hoy es 7 de marzo. Espero que mañana seamos muchxs, y que nos demos cuenta que es una única lucha contra este machismo que nos esta matando a todxs”.
En el marco del festival hubo un taller para crear instrumentos musicales que se llamó “Hacete Oír”. Sus talleristas, Mónica y Majo nos contaron que venían realizando actividades espontáneas y quisieron sumarse al espacio organizativo del 8M porque sintieron que en la marcha de Ni Una Menos faltaba hacerse oír más allá de la palabra. En el festival montaron unas mesas repletas de botellas, tetras, latas, telas, pinturas, paquetes de arroz y maíz, para producir objetos sonoros. Patricia Talani, referente de En Plural y del IFDC, mientras preparaba un instrumento nos contó que se sumó a organizar el 8M “como docente, me motivó la educación. Porque creo que es un elemento político de transformación, que nos puede ayudar a prevenir y a desnaturalizar las desigualdades profundas que todavía estamos viviendo las mujeres. Me motivó especialmente la necesidad de no fragmentar más los movimientos sociales. Con la diversidad que nos caracterizó en este 8M podemos llegar a aunar voces y acciones y eso es potente, más allá de los matices diversos, políticos, partidarios e ideológicos que nos unieron”.
Hacía la izquierda del taller sonoro había grupos pequeños de personas conversando, tomando mate y escuchando a lxs musicxs invitadxs. Por ahí andaba la compañera Arantxa que nos contó que se sumó a organizar el 8M “para luchar contra los femicidios, por la situación de las mujeres y porque es importante laburar en conjunto para cambiar las cosas”.
Más allá, unas 5 o 6 compañeras pintaban la bandera violeta de arrastre que iba a encabezar la marcha, símbolo de la unión de las organizaciones que pusieron el cuerpo para el 8M. Marcela, una feminista autogestiva, detiene su trabajo sobre la bandera para contarnos que se convocó a organizar al 8M “porque me genera una inquietud personal en mi vida, en mi cuerpo y en mis relaciones, todo lo que sucede. Básicamente porque no quiero vivir en un mundo así y no puedo quedarme quieta. Me parece interesante participar en las convocatorias en donde se pone en juego la lógica feminista, que a mi me atrae mucho porque una de las lógicas es la horizontalidad, donde no hay jerarquías, que ese es el mundo en donde yo aspiro a vivir. Otro de los ejes del movimiento feminista es la no representatividad. Y así, por más que estemos en colectivos, organizaciones, partidos, militando, los espacios feministas nos convocan a cada cual desde su propio cuerpo. Es una postura política”.
Celeste, coordinadora del Centro de Estudios Patagónicos, nos dijo que se sumaron a organizar el 8M porque “las mujeres diariamente sufrimos desigualdades, en el ámbito más privado, como es nuestro hogar, pero también en los trabajos, en la política, siempre estamos en desventaja en relación a los hombres y creo que la única manera de cambiar eso es haciéndolo todas juntas”.
Nos cruzamos con Susana, de la Multisectorial, quien nos dijo “creo que estamos en un momento del país donde hay que apostar a los espacios de unidad y creo que las mujeres en ese aspecto estamos pegando un salto y estamos pudiendo trabajar en unidad”.
Y con Adela, de la Red de Géneros, que nos comentó que “el 8M va a ser un día histórico, no va a ser un día más para el movimiento de mujeres trabajadoras. Juntarnos con más de 30 organizaciones de la ciudad nos empodera y marca un camino de sororidad”.
Cerca de los controles de la música estaban las compañeras de Mala Junta. Marian, nos cuenta que se sumó “porque creo en la organización de las mujeres y en la sororidad que nos caracteriza”, Isabel nos contó que se sumó a organizar el 8M porque “estamos cansadas de que nos maten por ser mujeres, y de que no se reconozca el trabajo que hacemos en las casas como trabajo, como algo que mueve el mundo”. Evangelina coincide y agrega que quiere “que toda la tristeza y la bronca y la violencia que vivimos día a día la podamos transformar en algo positivo”. Finalmente, Leti nos dijo: “Llevo muchos años cuestionándome y cuando empezás por adentro, y después sale hacia afuera, se vuelve colectivo. Ya no tenemos nombre, somos todas. Tocan a una, nos tocan a todas”.
El paro y la marcha
Una de las consignas del paro, era que cada unx parara como pudiera. No ir a trabajar, o ir a trabajar y hacer asamblea, no hacer las camas, poner una escoba en la puerta de la casa, decidir no buscar a lxs hijxs en el jardín. Cada unx a su manera. Una de las frases que nos caracterizó en este 8M fue “Paramos porque podemos, porque estamos vivas. Paramos por las que no están”.
La lluvia se venía anunciando desde temprano. Cerca de las cuatro de la tarde cayeron las primeras gotas. A las cinco puntuales, a pesar de las diferencias iniciales, las mujeres, mujeres trans y lesbianas, sosteniendo la bandera violeta, comenzaron a bajar por Onelli.
A medida que la marcha avanzaba se fueron sumando personas y organizaciones. En total, más de tres mil personas se arrimaron a decir: ¡VIVXS Y LIBRES NOS QUEREMOS, NI UNX MENOS!
Los pilotos, las camperas, las banderas, no alcanzaron para mantenernos medianamente secxs. Medias, bombachas, remeras, pantalones, mochilas, nada se salvó del agua que buscaba meterse por todos lados.
Así y todo, las mujeres y compañerxs presentes en la marcha, cantaban y sonreían. Se escucharon cánticos como: “mujer, escucha, únete a la lucha”, “hay un machista suelto en la rosada, que nos quiere a las mujeres todas calladas, no queremos más femicidios, ni trata ni explotación, queremos en las farmacias misprostol, Macri gato, Macri gato, legalizá el aborto”, “abajo el patriarcado que va a caer que va a caer, y arriba el feminismo que va a vencer que va a vencer”.
En el centro cívico, las organizaciones leyeron el documento que habían consensuado. Se escuchó:
“Este 8 de marzo, Día de las Mujeres Trabajadoras, queremos denunciar:
– Que no se reconoce que las tareas domésticas y de cuidado son trabajos. Que las mujeres cobramos menos que los varones por la misma tarea y que la brecha salarial llega en el país al 27%, y en algunas zonas de la Patagonia a un 40%. Que actualmente el 69% de las personas desocupadas en Río Negro son mujeres.
– Que los trabajos de las mujeres son los más precarios de la región y que estamos subocupadas. Que la violencia institucional amenaza y persigue a las mujeres con trabajos precarizados. Que las personas que pertenecen a colectivos de diversidad muchas veces quedan excluidas del mercado laboral por su orientación sexual y/o identidad de género y que no hay cupo laboral para personas trans.
– Que los lugares de toma de decisión en el ejecutivo provincial y local están ocupados por varones en una abrumadora mayoría.
– Que Río Negro es la provincia que más embarazo adolescente tiene de la Patagonia y aquí nacen más de 50 bebés por año de menores de 14 años. La mitad de estas madres adolescentes no tiene trabajo remunerado ni estudia.
– Que estas violencias y discriminaciones refuerzan la opresión que vivimos frente a la violencia machista, cuyo extremo más aberrante son los femicidios”.
Y además, denunciaron que las mujeres con discapacidad no pueden transitar libremente por la ciudad, que Weretilneck denegó la emergencia en violencia para el territorio rionegrino, que el legislador Rubén López imputado por abuso sexual sigue con una licencia sin goce de sueldo cuando lo que corresponde es un desafuero, y se denunció el ajuste neoliberal sobre los presupuestos y programas nacionales que abordaban cuestiones de género. Era un documento extenso, firmado por 42 organizaciones locales.
Ayer, las mujeres, mujeres trans, lesbianas y otrxs compañerxs que luchan contra el patriarcado hicimos temblar el mundo. Este camino no empezó ni terminó en el 8M. Seguiremos encontrándonos para construir un mundo en donde seamos libres.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen