¿Trescientas? ¿Cuatrocientas? ¿Quinientas? Eran muchas. Eran muy jóvenes. Y no estaban solas. Algunas en grupos, otras en organizaciones sociales, partidarias o artísticas; unas pocas acompañadas por sus parejas y las menos por veteranas, fueron sumándose, cuerpo a cuerpo, a la plazoleta del Obelisco hasta desbordarla y cortar la avenida 9 de Julio. “Violencia no es hacer topless. Violencia es la que sufrimos a diario las mujeres”, sintetizó una de las asistentes cuando una periodista de un diario la entrevistaba en medio de un acto sin consignas ni banderas, pero repleto de frases escritas a mano en el pecho o en cartulinas y de cuerpos agitándose como estandartes. La escena de la entrevista era inesperada: una fotógrafa registraba el reportaje con el torso desnudo. Así esta acción autoconvocada para repudiar la acción policial que desató un topless en las playas de Necochea sacudió prejuicios y, por supuesto, desacomodó a medios, más allá de lo difundido en el momento.
A la hora de la convocatoria -5 de la tarde- la tensión era mayor que el grupo de mujeres dispuestas a exhibirse ante las cámaras y eso motivó un tironeo que se saldó cuando la acción se acomodó en una ronda protegida por otro grupo que se propuso acompañarlas. Luego, cuando comenzaron a sumarse más y más, el panorama ya fue de victoria: cortaron la 9 de Julio y el ritmo de la avenida latió con un único reclamo. “Igualdad comienza con respeto”, sintetizaba la frase que con marcador rojo llevaba pintada en la espalda desnuda una de las participantes que, sentada en el asfalto, de la mano de sus compañeras, hacia explícito que los tiempos, estos que parecen tan terribles y agitados, nos están poniendo a prueba. Y que trescientas, cuatrocientas, quinientas, muchas y muy jóvenes mujeres, están dispuestas a desafiarlos. Y a cambiarlos.
por la vaca.org