10 años de luchas socioambientales. No caben diez años ni 27 encuentros en las palabras. La Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) siquiera cabe en su nombre. Se convirtió en un espacio de encuentro único, que interpela y obliga a revisar las prácticas para llegar a los fines. El consenso, la acción y la reflexión para construir una alternativa al extractivismo. “El ego fue una de nuestras peores debilidades, lo que logró dividirnos” ilumina Tatiana haciendo referencia a uno de los puntos oscuros de cualquier construcción social y política. A ese nivel finito llega la discusión en la 27° UAC de La Rioja. Y Catamarca. Son cinco las asambleas que organizan este encuentro que busca, incansablemente, como hormigas consecuentes, encontrar las grietas de un sistema que asesina, contamina, depreda los territorios.
Diez años
Flavia, integrante de la anfitriona Asamblea Riojana Capital, explica que “hemos construido una red enorme, nos conocemos, nos entendemos y nos queremos (esto es importante). En estos encuentros buscamos poder profundizar la reflexión y volver a preguntarnos sobre nuestra identidad, nuestras articulaciones y cómo queremos seguir”. También los pueblos originarios llegaron junto con compañeros y compañeras desde Chile, Uruguay y todo el país llevando la voz de casi trescientas asambleas y organizaciones sociales.
A propósito de transitar los encuentros, reflexiona Marcos de la Comunidad indígena del Valle de Tafí: “Estos diez años de la UAC son una conjunción de voluntades y de saberes unidos por un territorio que fuimos construyendo como UAC, un foro de restablecimiento para nuestra espiritualidad y nuestra intelectualidad.Todos los avances logrados son producto de las grandes luchas de pequeñas organizaciones populares de todo el espectro social, tanto urbanas como campesinas y de las comunidades indígenas donde fuimos intercambiando en acciones solidarias y recíprocas. Nuestros debates pasaron del fragor de la confrontación a lo que hoy se ha convertido en un espacio de reflexión. Hemos entendido que las ideas son de todxs y que van de los pueblos hacia los foros y de los foros hacia los pueblos. Nadie reclama propiedad intelectual, sino que hemos logrado integridad intelectual y espiritual que será el combustible que va a impulsar las luchas de la próxima década que sabemos va a ser muy dura”.
Las luchas territoriales
Las asambleas expusieron las problemáticas que constituyen el núcleo de la conflictividad socioambiental del país y la región y describieron su experiencia en la UAC. Se analizaron las experiencias de la campaña “Paren de Fumigar las Escuelas”, la instalada megaminera Barrick Gold que contaminó cinco ríos de Jáchal en San Juan, las explotaciones que siguen extrayendo oro, cobre y molibdeno como Bajo La Alumbrera en Catamarca, un yacimiento que en veinte años acumuló un pasivo ambiental altamente tóxico, provincia que además sufre la extracción minera de litio al igual que Jujuy o Salta. Otros temas fueron la contaminación urbana descontrolada, la presión para desvirtuar los ordenamientos territoriales de bosques nativos en Córdoba y Buenos Aires, la ampliación de la explotación forestal en el litoral argentino, la violación sistemática de la legislación de protección ambiental, la ocupación del territorio de pueblos originarios, el lobby para modificar la ley de semillas por parte de las corporaciones del agronegocio, entre otros muchos conflictos.
Saberes colectivos
Además de los análisis y debates, se realizaron talleres sobre cuerpo y territorio, ferias de intercambios de productores, y se generó una cartografía social crítica para visibilizar las zonas de sacrificio y de resistencias.
Tras una década de denunciar al patriarcado, la UAC decidió revisar en un taller los hilos ocultos que sostienen un sistema de dominación que pretende ocultarse detrás de la cultura. El resultado fueron coplas, comedias y un juego de la “Patrioca” en el que se retrocede cinco casilleros con actitudes sexistas. Los ecos del taller continuaron en las charlas y reflexiones entre compañeros y compañeras al compartir la convivencia intensa que se genera en la UAC. Casi como una provocación, de fondo sonaba la obra vial de la ruta La Rioja-Sanagasta, que forma parte de un proyecto de conexión bioceánica para exportar de manera masiva los productos del extractivismo, a través del Consejo Suramericano de Infraestructura y Planeamiento de Unasur, más conocido como IIRSA –COSIPLAN, que fue tema de uno de los talleres específicos que se desarrollaron durante la UAC.
Marcha, canciones y baile por la ciudad enfrentando el extractivismo
Bajo una llovizna inesperada para el mes de diciembre en La Rioja, se inició la marcha que caracteriza a la UAC, esta vez por el centro de la ciudad capital riojana. Con enorme alegría, compañeras y compañeros se movilizaron frente a los Tribunales locales, la Dirección General de Minería y la Casa de Gobierno, portando las banderas contra el extractivismo de las diferentes luchas en Catamarca, Córdoba, Entre Ríos, Misiones, Buenos Aires, Mendoza y San Luis, entre otras provincias, además de una delegacion muy festejada de la revista de cultura villera La Garganta Poderosa.
La marcha llenó de color las calles céntricas, en una ciudad que en numerosas oportunidades se manifestó rotundamente en contra de la megaminería a cielo abierto, desde que se formaran las primeras asambleas ciudadanas en Chilecito y en Famatina en el año 2006.
Intenso trabajo en comisiones con plenario bajo los árboles y los cerros
Entre las múltiples ideas, se acordó abrir una cátedra abierta de la UAC, crear un sello editorial con una serie de publicaciones propias para compartir la riqueza y diversidad de experiencias en los territorios que integran esta construcción. Además se coordinará una campaña de escraches a responsables específicos (funcionarios y legisladores) de la contaminación y de la modificación de leyes ambientales en beneficio del capital extractivo. Se decidió dar seguimiento a las leyes de bosques, de humedales y de semillas para lograr ampliar el debate social en torno a estas problemáticas y de generar un espacio de producción alternativa por fuera de las lógicas mercantiles del capitalismo.
No sólo se discutieron las consecuencias que produce el extractivismo en poblaciones y ecosistemas sino que también se celebró que se retire la planta de semillas transgénicas de Monsanto en Córdoba; que se pudo preservar de la nueva embestida minera a la legislación que protege el agua en Mendoza mediante la Ley 7722; que en la Rioja siguen sin poder instalarse corporaciones mineras y que los emprendimientos como Agua Rica en Catamarca permanezcan paralizados y también el inspirador “No a la Mina” del pueblo de Esquel.
Un momento importante en la deliberativa actividad de las asambleas fue proponer la próxima sede del encuentro. En esta ocasión se aprobó como sede la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos para los últimos días de abril, una propuesta que será llevada adelante por la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú.
La asamblea de asambleas que resisten la presión sobre ambiente y pueblos cierra una vez más un encuentro donde se potencia la construcción de una forma diferente de sentir y crear el hacer político, impulsando la defensa del territorio y el derecho a decidir.