Hoy vamos a preparar una receta que además de ser muy rica y nutritiva para países, es muy recomendada para regiones y países con deficiencias en el crecimiento de su industria. Anemias de fuerzas productivas y el agregado de valor de las materias primas.
Falta de elongación de la memoria. Irritaciones en los tejidos sociales y la equidad social, de género y de culturas. Infecciones en el sistema democrático. También en casos de enfermedades endémicas extendidas y en especial: ataques de discriminación o xenofobia, trastornos en el sistema de transporte y en la seguridad ciudadana, llagas en el cuidado de los recursos naturales, entre otras tantas dolencias.
Primero antes de empezar la receta hay que considerar que se trata de un plato costoso y que lleva mucho tiempo de preparación. Primero hay que contar con un ejemplar de joven o jovencita con avidez de conocimiento. En algunos casos pueden usarse ejemplares de más edad, pero requiere mayor esfuerzo en la preparación.
La receta:
1– Se coloca el ejemplar elegido en un recipiente con forma de universidad y se lo bate lentamente, junto a libros con polvo, jalea de clases teóricas y jugos de clases prácticas y financiamiento del Estado hasta obtener una mezcla homogénea con forma de título universitario.
Dependiendo del gusto final que se le quiera dar, a veces es necesario agregarle una pizca de tesis de grado, coloquio final o práctica profesional para obtener la mencionada mezcla de título universitario.
Esta etapa es crítica para el éxito final de la receta y puede llevar de 4 a 5 años o en muchos casos se puede extender el tiempo de preparación por particularidades del ejemplar utilizado (color, altura, peso, condición económica, necesidad de trabajar, maduración, paternidad o maternidad, noviazgos, casorios, enfermedades, accidentes, muertes de allegados, problemas familiares, viajes, o diversión entre otras).
2– Cumplida esta etapa estamos en condiciones de elaborar nuestro primer tipo de ñoqui a la coniceteana; el ñoqui doctoral. Para ello tomamos nuestra mezcla obtenida de titulado universitario y lo adobamos cuidadosamente con un director o directora de beca. Facilita el éxito si este ya es un ñoqui investigador que detallaremos más adelante. Esta nueva mezcla debe ser tratada cuidadosamente hasta obtener un proyecto de tesis doctoral que pueda conquistar los paladares exigentes de la comisión evaluadora que hace su encuentro todos los años. Convencer a esos paladares no solo depende de ese proyecto obtenido, sino también del cuidado y esmero que se le realizó en la primera etapa. Si esa primera mezcla tiene una fermentación de promedio de carrera arriba de 8 ayuda mucho.
3– Si se logra conquistar esos paladares de la comisión evaluadora y finalmente obtenemos nuestro ñoqui becario doctoral, procedemos a batirlo nuevamente en un recipiente con forma de carrera de Doctorado. Se lo sigue batiendo por lo menos 4 o 5 años, agregándole de a poco algunos condimentos tales como: cursos de posgrado, prácticas de campo y toma de datos, pasantías, presentaciones en congresos, charlas y debates con otros ñoquis ( especialmente con ñoqui director), análisis, reflexión, mas financiamiento del Estado y otros, y escritura. Al igual que la primera etapa, esta puede acortarse o alargarse dependiendo las particularidades del desarrollo de nuestro ñoqui becario doctoral (color, altura, peso, condición económica, ideología, política, necesidad de trabajar, maduración, paternidad o maternidad, noviazgos, casorios, enfermedades, accidentes, muertes de allegados, problemas familiares, viajes, o diversión, entre otras).
Algunos condimentos más que pueden agregarse son: participación en proyectos de extensión, discusiones políticas e ideológicas, distracción deportiva, religiosa, espiritual, sexual, familiar, trabajo voluntario, viajes recreacionales, etc. Todos esos condimentos puede tener nuestro ñoqui doctoral y pueden darle un sabor muy particular y exquisito a nuestro plato final. Como también en exceso puede boicotear o retrasar la elaboración de nuestro plato.
Siguiendo los pasos adecuadamente llegamos a la etapa final, donde es importante adobar con mucha reflexión, concentración y análisis. Con muchas horas de trabajo obtenemos la mezcla final con forma de tesis doctoral que va a conquistar el paladar de los jurados de tesis.
4– Llegado a este punto ya tenemos un plato muy elaborado que en algunos casos puede pasar directamente a transformarse en ñoqui investigador. Pero lo más común es trasformar este plato en ñoqui post doctoral. Para ello tomamos nuestro producto final de la etapa anterior y lo volvemos a mezclar con un director ñoqui investigador, una pizca de financiamiento del Estado, publicaciones de los resultados doctorales en revistas de nivel internacional y un proyecto postdoctoral, y lo cocinamos a fuego lento en una comisión evaluadora, y con algo de suerte obtenemos nuestro ñoqui con sabor a becario postdoctoral.
5-Despues de alimentar nuestra receta 2 años más con mucho trabajo, dedicación y sacando el jugo de publicaciones académicas internacionales, artículos de divulgación, seminarios, charlas-cursos, informes técnicos, servicios, asesorías a organismos públicos y privados y otras tantas cosas; estamos en condiciones de aspirar a transformar nuestro ñoqui becario postdoctoral en un ñoqui investigador.
Plato final y alternativas…
Una alternativa es utilizar el ñoqui becario posdoctoral elaborado en algún otro país de Latinoamérica, esto ahorra tiempo e inversión, pero también fortalece nuestra vinculación e integración con nuestros países hermanos. Esta técnica es bastante preferida por los cocineros de Estados Unidos y Europa, incluso utilizando ñoquis doctorales o posdoctorales de nuestro país, a los que valoran especialmente y les resultan muy económicos.
Entonces, para lograr el plato final es necesario extraerle cuidadosamente los jugos, ideas muy originales que tengan forma de línea de investigación. Se mezclan cuidadosamente de nuevo con un director ñoqui investigador. Se elabora cuidadosamente un plan de trabajo, muchas ganas, vocación más trabajo, y si tenemos un poco de suerte (y no son muchos los cocineros que superen nuestra receta) podemos llegar a convencer el paladar de los especialistas que revisan el proyecto y el de la comisión evaluadora para que finalmente el paladar más exquisito del directorio de CONICET apruebe la entrada en la gloria de nuestro plato de: ¡Ñoqui Investigador!!
Nota del Chef: todo el proceso de elaboración lleva un mínimo de 4 a 5 años de carrera de grado, 4 a 5 años de doctorado y casi siempre 2 años de trabajo posdoctoral. Y en más de un 90 % financiado por el Estado.
La receta va dedicada a: A a todos mis colegas de la ciencia que recorrieron más o menos este camino y se quedaron, al igual que yo, en la puerta de ser un ñoqui investigador (al menos por ahora). También dedicado a todos los amigos, familia, amores, compañeros y directores que nos acompañaron, bancaron y ayudaron en este rumbo.
Y también dedicado a esas pequeñas mentes con corazones avariciosos y mentalidad de colonia y, en algunos casos en puestos de Gobierno, que se creen con la altura moral y ética para tratarnos de ñoquis y despreciar nuestro desarrollo como país con una sociedad más justa, soberana e integrada a la Patria grande de la mano de nuestro conocimiento científico-tecnológico bancado con el laburo y esfuerzo de todo nuestro pueblo.
Por Manuel de Paz
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen