Primera parte del informe del Consorcio de Periodismo de Investigación Autogestivo, formado por Lavaca – editora de la revista MU-, el diario Tiempo Argentino y la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo de Argentina (REDCOM). En este capítulo se analizan 493 notas publicadas en medios de todo el país sobre el llamado Panama Papers. El rol de los medios en el lavado de noticias.
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Los documentos fltrados, originados en Panamá, no son “de Panamá”: son de empresarios que esconden sus riquezas para evadir o eludir responsabilidades fscales. Estamos ante los Magnetto Papers, los Fortabat Papers, los Blaquiers Papers, Garfunkel Papers… Son los papeles del lavado. Son las pruebas de un dinero que, aunque en ciertos ordenamientos jurídico puede no ser ilegal, es dinero sucio. Estamos ante los Lavado Papers.
En Argentina, la información sobre los Lavado Papers fue confiada originalmente a dos medios: La Nación y TN, la señal de noticias del Grupo Clarín. Hasta el 9 de mayo, ellos fueron los únicos que tuvieron acceso a la base de datos que el diario Süddeutsche Zeitun puso a disposición del ICIJ.
El problema: ambas empresas mediáticas están vinculadas a cuentas off shore.
Al conformar el Consorcio de Periodismo de Investigación Autogestivo nos planteamos un trabajo de largo plazo que nos permitiera confrontar el paradigma construido por esas corporaciones: medios que lavan dinero y medios que lavan noticias.
Nos propusimos una alianza estratégica entre las universidades y los medios autogestivos para crear un espacio de análisis crítico y contrapoder de producción de pensamiento sobre la comunicación social. El trabajo que iniciamos juntos tiene, por eso mismo, una dimensión pedagógica estratégica: desde la docencia y desde la práctica cotidiana, estamos preocupados por el ejercicio profesional del periodismo. Aprendemos haciendo y por eso el trabajo que refeja estas páginas nos deja una lección fundamental: la diferencia entre producción y reproducción de información.
En tiempos en los que la lógica de reproducción viral domina el contenido periodístico- incluso en nuestros medios- es importante tener en claro qué representa para un medio producir información.
Lo que llamamos investigación periodística es precisamente eso: un sistema de producción de información que organiza cada medio para:
– Generar sus propias noticias. Incluso algunos medios imponen como meta del equipo de investigación generar primicias.
– Chequear la información que les llega a través de voceros, fltraciones, rumores, etc. para que el medio no se convierta en mero reproductor de operaciones de prensa.
En este sistema de producción de información es central el rol de la “fuente”.
Defnimos “fuente” como el lugar, persona, documento, dato o evidencia del que emana información.
En estos tiempos que nos toca ejercer la profesión, una fuente espectacular es la fltración. Tal como advierte José María Caminos Calvet esto afecta directamente al periodismo de investigación, creando una confusión que lo pone en serio riesgo:
“El verdadero periodismo de investigación es aquel en el que el periodista, a través de intuición, su trabajo, su esfuerzo y sus propias fuentes, descubre algo que el público no conoce y que las personas afectadas desean mantener en el más estricto secreto. El falso periodismo de investigación es, por el contrario, aquel en el que el profesional no hace sino trabajar sobre unos datos completos que le han sido suministrados por una fuente de información que es anónima o que exige permanecer en el anonimato. Esta frontera entre periodismo de investigación y periodismo de fltración adquiere una especial relevancia si se tiene en cuenta que en los últimos años se han presentado denuncias periodísticas bajo la etiqueta de periodismo de investigación, cuando no se trataba más que de informaciones que, con posterioridad, se ha comprobado que provenían de fltraciones puestas en circulación por una fuente de información que ponía a disposición del medio de comunicación un dossier interesado.(…) La fuente informa de lo que quiere, cuando quiere, como quiere y al ritmo que considera más oportuno para alcanzar sus fnes. En este caso, el periodista o el medio de comunicación, de forma voluntaria o involuntaria, se convierten en un instrumento al servicio de personas con poder o grupos de presión que intentan manejarlos desde la sombra en busca de un interés concreto”.
Como tampoco se trata de despreciar la información surgida de una fltración -ya que muchas veces es generada por las condiciones de control que ejerce el poder sobre esa información que puede ser de interés social- Caminos Calvet advierte: “El periodista necesitará contrastar siempre, con más de una fuente, la veracidad de los datos”.
Este informe, que analiza a nivel federal la cobertura periodística de los Lavado Papers realizada por trece medios entre el 3 de abril y el 9 de mayo de 2016, es sólo el principio.
Nos preguntamos también por los motivos del sesgo editorial que identifcamos. Hay otros motivos además del sistema de reproducción que mencionamos antes. Uno es preocupante: al chequear las bases del ICIJ -como parte de otra de nuestras líneas de investigación- encontramos 6 grupos medios cuyos empresarios, directivos o empresarios jerárquicos están involucrados en la operatoria de las cuentas off shore. De ellos daremos cuenta en los próximos informes del CPIA. No todos lo dijeron en sus páginas. Los que lo dijeron, no lo hicieron en el primer día. No podemos entonces pensarlos sólo como medios: no porque están en el medio, están adentro. Por eso la necesidad de darnos otra forma de investigar y hacer periodismo, a la que esperamos contribuir con estos informes.
Esta primera presentación, que analiza el trabajo periodístico en torno a un tema que podría haber sido el puntapié inicial de múltiples investigaciones periodísticas, abre un debate necesario que nos involucra como periodistas profesionales, docentes y futuros comunicadores.
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por La vaca.org