Entre otras prácticas alarmantes, el régimen chino está lucrando a través de la sustracción forzada de órganos de personas aún estando vivas. Según diversos registros entre el 2001 y el 2015, van más de 1 millón y medio de trasplantes de órganos provenientes de prisioneros perseguidos por su fe, en especial practicantes de Falun Dafa, pero también a tibetanos, uiguris y cristianos.
Potenciando la ola de denuncias que se vienen haciendo en todo el mundo por esta verdadera cosecha humana que no tiene precedentes, reflexionamos al respecto junto a Verónica Alsina referente de esta disciplina en nuestra ciudad, e indagamos las causas y las posibles estrategias para que estos atropellos crucen la muralla mediática china.
_¿En qué contexto nace Falun Dafa?
_En los 90 comienzan a difundirse diferentes prácticas espirituales como el Tai Chi, y dentro de esas prácticas se difunde el Falun Dafa que es una serie de ejercicios que refinan la energía del cuerpo, que llevan a la tranquilidad y la quietud, y busca un cambio radical en el pensamiento a través de la asimilación de principios universales de verdad, benevolencia y tolerancia. En esta práctica no existe el rédito económico, ya que no se puede lucrar con esta disciplina que tampoco puede estar involucrada en cuestiones partidarias y que no tiene jerarquías o masters de ningún tipo. Todo esto hizo que resonara mucho en el pueblo chino, y desde el año 82 hasta el 99 resultaron ser 100 millones de chinos practicando esta disciplina en las plazas y espacios verdes. El estado chino, que se basa en el control directo de diversas esferas sociales, como la salud, los medios, la educación, lo vio como una amenaza y despertó diversas cuestiones negativas a tal punto que en el 99 la práctica se proscribió, a pesar que había sido premiada por ese mismo gobierno 7 años antes como un gran reconocimiento. En ese momento los practicantes de Falun Dafa superaban en cantidad de afiliados al partido comunista.
Esta historia es aberrante pero no por eso deja de ser real, ya que después de la proscripción vino la persecución terrorista, torturas, campos de trabajos forzados y de reeducación donde pedían a los practicantes que renuncien a sus creencias espirituales. Y cuando se empezaron a llenar estos campos comenzaron a hacerles a los prisioneros estudios sistemáticos de sangre, tejidos, orina, generaron un banco de órganos a disposición y abrieron un mercado pseudo negro, ya que había páginas oficiales de hospitales donde se podía solicitar un órgano. China se ha jactado de ser la segunda potencia en trasplante de órganos y nunca ha blanqueado de donde consigue tantos órganos sin tener un sistema de donación acorde a esa magnitud.
_Es algo difícil de creer por lo horroroso que implica…
_Así como en un momento fue el nazismo contra el judaísmo, en la actualidad está ocurriendo en China donde el estado está tratando de erradicar, practicantes que están con una disciplina tradicional espiritual. Hay que recordar que el partido comunista ha invadido el Tibet durante la revolución cultural y ha perseguido grupos religiosos y generado mucha tensión porque el pueblo chino tiene una tradición milenaria, con una civilización de 5.000 años donde la espiritualidad fue siempre parte de lo cotidiano.
Por eso hay que remarcar que esto no es una denuncia partidista sino compartir una realidad que funciona a niveles subterráneos ya que muchos chinos no están al tanto de lo que está ocurriendo y están cargando esta historia sobre sus genes. Nosotros mismos sabemos como una dictadura genera una herida muy fuerte en el pueblo y mucho dolor. Creo que es parte de nuestra condición humana; tenemos tanto ángel como demonio y en cada decisión ínfima y cotidiana tenemos la oportunidad de elegir. Esta una disciplina que tiene un montón de creencias, valores y herramientas. Y una persona que cultiva una gran conciencia es una que tiene gran consideración hacia el otro.
_ ¿Cómo llegaste a Falun Dafa o viceversa?
_Está bueno lo de viceversa. En mí hubo mucha tristeza que intenté resolver desde muchas formas y terapias alternativas. El joya y reiki, me han dado un camino andado que nunca me ha dejado el corazón tranquilo, pero gracias a ese camino llegué al Falun Dafa. Ahora siento que ya no busco sino que he encontrado, y estoy enraizándome en eso desde el 2009 cuando vivía en Bs As. Son sistemas que nos trascienden, como un faro. No hay una búsqueda de sus practicantes de poder hacia afuera, sino que el poder está en uno. En lo personal soy practicante de esta disciplina tradicional y lo que estoy buscando es hermanarme con personas que tienen la misma creencia, sino es ser condescendiente con esta perversidad. Hay que aceptar que el orden de las cosas es terrible pero la única manera de modificar ese orden es que primero hay que ordenarse internamente.
_ ¿Qué respuesta tuvieron en los medios ante el pedido de difusión de esta denuncia?
_Ocurre que China es una potencia mundial y me ha pasado de contactarme con instituciones para difundir esta temática y que no lo hagan por cuestiones vinculares ya entabladas con este país, sean comerciales o empresariales. Está bueno que sepan con qué tipo de estado están negociando. Yo trato de tender puentes, después la decisión que tome el otro frente a eso es responsabilidad suya. Es claro que este tema a mucha gente le da miedo y es más fácil a veces hacer caso omiso, pero muchos se han abierto y conmovido con lo que está pasando.
Cultivadores de Conciencia
Con el fin de denunciar estos crímenes que vienen sucediendo hasta la actualidad, durante el mes de noviembre se ha desarrollado un ciclo de proyecciones en Culturica, Dina Huapi y El Bolsón entre otros. Uno de estos documentales es “Cosecha humana” realizado por los nominados al premio Nobel de la Paz David Matas, y David Kilgour quienes investigan la sustracción forzada de órganos a millones de inocentes en China y destapan uno de los peores crímenes contra la humanidad. Sus informes afirman que las cifras reales de trasplantes se ubican entre los 60.000 y los 100.000 por año desde el 2.000.
Además de las proyecciones como acciones de visibilización de esta temática hubo presentaciones de los ejercicios de Falun Dafa a alumnos de primer año de la Carrera de Educación Física de la Universidad Nacional del Comahue, y una propuesta de integración a través de Falun Dafa con el equipo docente y personas con discapacidad de Crearte (Centro Cultural para personas con discapacidad).
Desde el 2013 se realizaron denuncias en todo el mundo y acciones por el fin de la sustracción de órganos en China. Así mismo se realiza la recolección de firmas a nivel mundial, haciendo una petición dirigida al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, pidiendo una acción inmediata para terminar la práctica de sustracción forzada de órganos a los presos de conciencia de China. A partir de entonces, año a año, se reitera el esfuerzo mundial de recolección de firmas. La petición puede firmarse on line ingresando a www.dafoh.org/es ó www.genocidiochino.org.
Este sistema de cultivación fue difundido públicamente por el Maestro Li Hongzhi en 1992.
En Argentina, la Asociación Civil Falun Dafa coordina y asiste a todos los sitios de prácticas distribuidos en el país y, a su vez, mantiene vínculos permanentes con otros centros internacionales. Estos puentes no obedecen a ningún tipo de estructura jerárquica sino que, de forma voluntaria, los practicantes de Falun Dafa buscan en conjunto la cooperación, el apoyo y mutuos acuerdos, que posibilitan la correcta difusión y promoción de esta disciplina. Los sitios de práctica están diseminados por todo el mundo con voluntarios que trabajan en red,
Falun Dafa en el país se encuentra en muchas provincias y todos tienen la misma modalidad y son libres y gratuitos. Así es como surgió un sitio de práctica en Bariloche donde las personas se acercan a esta herramienta que produce tantos beneficios. Y reconocerse en otras personas también es parte del crecimiento. Esta práctica ya atravesó las fronteras, saltó la muralla y en la actualidad se da en 114 países en el mundo, salvo en China donde continúa prohibida.
Más info; www.falundafa.org
Por Sebastián Carapezza
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen