La “Flor de la abundancia”, “Mándala”, “Telar del progreso” o “Tejedoras de sueños”, son sistemas financieros piramidales disfrazados de sistemas solidarios alternativos al sistema capitalista. ¿Dónde esta el engaño? ¿Porqué no tienen nada de solidarios y además son funcionales al sistema?
Esta nueva modalidad comenzó a circular este año en Mendoza y hace unos pocos meses llegó a Bariloche, y se está expandiendo rápidamente. Es una modalidad financiera piramidal “vendida” simbólicamente como una “linda flor” con los cuatro elementos de la naturaleza o como un “telar de la abundancia” dirigido solo a mujeres.
La promesa es que el universo, luego de un corto lapso de tiempo te entregará, multiplicado por ocho el “regalo” (monetario) dado a una persona (conocida o no) que está en el centro de una “flor”. En Bariloche comenzaron dos modalidades, una donde el “regalo” es de 2.900 $ y otra más ambiciosa, camuflada de espiritualidad y con discurso de género y más selectiva de 20.000 $ dirigida solo a mujeres.
Lo que hace que este engaño sea perfecto, que se sume mucha gente y se propague muy rápidamente, es que generalmente es ofrecido por un familiar, un amigo o un vecino, gente de nuestra confianza, de la que creemos de su honestidad y de su capacidad intelectual y de análisis.
Un amigo le cuenta a otro que entró en un círculo de confianza, de solidaridad y ayuda mutua, donde si se “desapega” y “regala” dinero, le llegará esa cantidad multiplicada ocho veces por obra y gracia del universo. Efectivamente en muchos casos así sucede y en el lapso de un mes una persona que “regaló” 20.000 $ recibe 150.000 $, la prueba es concreta. Este es el anzuelo mas poderoso y acá esta lo complicado de desarmar este engaño.
¿Cómo funciona?
La flor de la abundancia está formada por 15 personas, las cuales están segmentadas en cuatro niveles: 14 que ocupan posiciones llamadas “pétalos” y una que ocupa el centro. (El mismo funcionamiento se da en un “mandala” o “telar”)
El cuarto nivel (fuego): Esta hecho de ocho pétalos que son ocupados por las últimas personas en ingresar (son las personas que ponen el dinero)
El tercer nivel (viento): Este nivel está compuesto por cuatro pétalos, que son los encargados de atraer nuevos “donadores” o “inversionistas”
El segundo nivel (tierra) Estos son los que están en el centro de la flor y los que supuestamente deben ayudar en lo que se necesite, motivando a los demás miembros de la flor a cumplir su “noble objetivo”.
El primer nivel, centro de la flor (agua): Esta persona es la que recibirá “toda la abundancia del universo” para que pueda hacer sus sueños realidad.
Cuando la flor se completa, (las ocho personas del 4to nivel le entregaron el dinero a la persona que está en el primer nivel) el del centro se va y la flor se divide en dos. Los que están en el segundo nivel pasan a ser el centro de sus nuevas flores y los pétalos de cuarto nivel pasan al tercero; ahora estos son los encargados de buscar nuevos inversionistas, dos cada uno, para completar los 8 pétalos.
Está claro hasta aquí que el sistema no funciona o se termina si no hay nuevos inversionistas. Si la flor no se completa, los inversionistas nunca llegarán al centro, no solo no ganarán sino que nunca recuperan su dinero.
El argumento a favor que muchos utilizan es que este sistema es infinito, que nunca dejará de haber inversores, ya que los que efectivamente ganaron volverán a invertir. Se ve como un sistema circular y no como lo que realmente es: un sistema piramidal que en algún momento colapsa dejando a un tendal de personas estafadas.
La flor se marchita
Por cada persona que gana se necesitan 8 inversionistas (1º base la pirámide). Cuando la flor se divide y forma dos más, necesita cada una, una tanda de 8 personas más: 16 inversionistas. (2º base de la pirámide). Cuando estas a su vez se dividen necesitan 32 inversionistas (3º base de la pirámide). Hasta aquí se necesitaron 56 inversionistas para que ganen 7 personas.
Así sigue sucesivamente necesitando el doble de inversionistas cada vez que se multiplican las flores y se baja un nivel la pirámide.
La relación de los que ganan con la cantidad de inversionistas es de 8 a 1. La progresión es exponencial. Es decir que si ganaron 1.000 personas se necesitaron 8.000 inversionistas y aunque la totalidad de los primeros vuelvan a invertir se necesitaran 7.000 nuevos.
La cantidad de posibles inversionistas es finita, como la cantidad de personas que hay en el barrio o la ciudad.
En algún momento las “flores” no se completan, por una cuestión lógica: la gente no se multiplica. Aquí estarán los estafados que financiaron a las primeras bases de la pirámide, que en un sistema como este, son los únicos que ganan.
El dinero no se multiplica, el universo por más generoso que sea es incapaz de hacer esto, el dinero se redistribuye. Es matemáticamente imposible una rentabilidad del 700% sino se les retira este dinero a otras personas; y este dinero no se les quita al estilo “Robín Hood”, a los que más tienen. Ni a los bancos, ni a las multinacionales. Este dinero se lo estamos quitando a personas que queremos o a personas que no conocemos pero que están en un estado de vulnerabilidad económica grande y tal vez venderán sus bienes o se endeudarán para entrar a esta famosa “flor” o “mandala”.
Como es un sistema fuera de cualquier marco legal, basado en la confianza, no hay posibilidad de denuncia alguna y en el mejor de los casos que conozcamos a la persona a quien le depositamos el dinero, ¿quien estaría dispuesto a denunciar a un amigo, familiar o conocido?
La pirámide se disfraza de telar
Este sistema financiero piramidal no es nuevo se generó hace 100 años. El esquema fue orquestado por Carlo Ponzi, quien en 1920 pasó del anonimato a ser un notable millonario de Boston en seis meses valiéndose de esta trama.
Hay muchos ejemplos de estafas del tipo piramidal y denuncias a lo largo de estos años en varios países. Estos sistemas colapsan, dejan aun montón de gente estafada y vuelven a reaparecer un tiempo después.
Como la gente ya conoce las estafas de tipo piramidal, esta vez cambió de forma y de nombre. Basándose en la moda “New Age” la transformaron en forma de “flor” o de “mandala”, hablan de los elementos de la naturaleza, de la “energía”, del “universo” y de “regalos”. Nunca nombran las palabras dinero, inversión y mucho menos de “ganancia”. Lo novedoso es que esta estafa aprovecha el empoderamiento femenino que ha habido estos últimos años.
Se cree que comenzó en España en el 2007 y luego se extendió a Chile, propagándose por Centroamérica, Sud America y México donde hubo un centenar de denuncias de mujeres que nunca recibieron su dinero.
Aprovecharse de un movimiento genuino, donde la mujer pasa a ser protagonista de su vida y que por primera vez puede cuestionarse la cultura patriarcal, es realmente perverso.
Utilizan a mujeres vulnerables, tal vez abusadas por su marido, que necesitan desesperadamente independencia económica, necesidad de contención o tal vez mujeres que simplemente quieren ser independientes y confraternizar con otras.
El “telar” les promete no solo dinero (energía) venida directamente del universo gracias a nuestra generosidad, sino contención, espiritualidad, amor, independencia, ayuda mutua y fraternidad.
En la investigación que realizó sobre el tema Mariana Carbajal del diario Pagina 12 grabaron a una reclutadora diciéndole a otras mujeres :(..)“Dar consume las creencias limitantes de miedo y egoísmo que están en la cultura patriarcal. El regalo es el catalizador que mueve la energía del telar. Confía, da y libérate, mujer”.”(..) “nadie pierde si realmente entendemos que estamos regalando”
¿Es una verdadera alternativa?
Muchos creen además que es un sistema fuera del sistema capitalista y que quienes denunciamos estamos a favor de los bancos y del sistema financiero actual. Nada mas lejos que esto, todo lo contrario.
Este es un sistema que, objetivamente hablando, se basa simplemente en un mecanismo de circulación y distribución de un dinero ya existente, mediante el denominado “regalo”. Para sostenerse necesita constantemente de una fuente externa que le provea los recursos necesarios para que se sostenga, y desde esa perspectiva puede decirse que es completamente dependiente del propio sistema.
Para mostrarse como una nueva alternativa del sistema debería poder dar respuestas y soluciones, no solo a la finitud de mismo, sino también en el plano productivo, a cómo se organiza una sociedad o un grupo para producir los bienes y servicios a los que se quiere acceder. A cómo se reparte ese producto social entre los diferentes actores intervinientes. Si el sistema no contempla estas cuestiones, que son la piedra fundamental de cualquier sistema económico, entonces no es un cambio de modo de producción del capitalismo, tal como pareciera pretender serlo. Solo se mantiene en el plano discursivo, para mantenerse con potencialidad de convencimiento.
Verdaderos sistemas de solidaridad y ayuda mutua son los sistemas cooperativos, los Banquitos de la Buena Fe y lógicas de producción, intercambio y consumo basadas en ciertas relaciones de reciprocidad que no están gobernadas bajo la lógica de la rentabilidad y la acumulación capitalistas. Son formas concretas que aun, actuando dentro del sistema, permiten evadir ciertas lógicas del capitalismo.
Las “flores”, los “mandalas” y “telares” lejos de subvertir o reemplazar el capitalismo y a su costado financiero solo provocan lo peor de este: una rentabilidad desmedida para unos pocos “avivados” y un tendal de “financistas” que perderán tal vez sus únicos ahorros en nombre de la espiritualidad y la negación del dinero. Una verdadera flor de estafa.
Por Irene Rassetto
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen