Se trata de Eduardo Freiler, Daniel Rafecas y Carlos Rozanski. “Los tres tenemos funciones distintas dentro del Poder Judicial. Lo que tenemos en común es que los tres hemos trabajado en casos con temas vinculados a Papel Prensa”, destacó este último.
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En estos últimos días, el juez Carlos Rozanski denunció persecución por el Consejo de la Magistratura. Al respecto expresó: “Es un contexto muy particular. Esa persecución existe, hasta fue anunciada públicamente. Jorge Lanata en su programa el 24 de julio. Dijeron que el Poder Ejecutivo tomó la decisión de echar tres jueces antes de fin de año: Eduardo Freiler, Daniel Rafecas y yo. Semanas después representantes del Poder Ejecutivo en el Concejo de la Magistratura impulsó denuncias en mi contra”.
“Los tres tenemos funciones distintas dentro del Poder Judicial. Lo que tenemos en común es que los tres hemos trabajado en casos con temas vinculados a Papel Prensa”, destacó Rozanski.
Por último, contó: “Soy Juez de Cámara hace 25 años -diez en Bariloche, Río Negro, y quince acá en La Plata-. Hasta hace unos meses atrás, yo jamás había tenido presión del Estado. Me parece alarmante”.
“Esto va a depender de la respuesta del resto de la sociedad. La mayor parte de la sociedad apoyó los juicios por delitos de lesa humanidad, como nunca en el mundo había sucedido, y eso son procesos irreversibles, porque la base social es muy amplia. En este momento el cuestionamiento es: ¿qué respuesta se de puede dar si se intentara un retroceso?”, concluyó en comunicación con Radio Estación Sur.
A 10 años de la causa López
Al cumplirse una década de la segunda desaparición de Jorge Julio López, Rozanski, quien estuvo a cargo del juicio que condenara al represor Miguel Etchecolatz a prisión perpetua en 2006, opinó: “El balance es de impunidad. Si sucede un hecho de esa gravedad y pasan 10 años y no hay novedades, evidentemente la impunidad está a la vista”.
El juez recordó aquel juicio donde condenó a Etchecolazt y señaló: “Ese fue el primer juicio que se hizo después de 25 años y como toda cosa nueva, en ámbitos tan delicados como los Derechos Humanos, son cajas de pandora. Por un lado, porque se muestra una voluntad política y social. Y por el otro, lo que eso significa para determinados sectores: para los organismos de Derechos Humanos es una buena noticia, para las víctimas y familiares también; para aquellos sectores que han violados los derechos humanos, no es una buena noticia”.
