Semanas atrás fue la inauguración de la sede del sindicato de amas de casa en nuestra ciudad. Al Margen fue el único medio presente y entre 40 mujeres allí presentes, trascribió la charla de apertura de Pimpi Colombo, su fundadora a nivel nacional.
La SACRA se fundó hace 33 años para dar respuesta colectiva, solidaria y organizada a las mujeres, potenciar sus oportunidades y construir herramientas de inclusión y ampliación de derechos. La moratoria previsional, las asignaciones familiares por hijo y embarazo y que el salario familiar sean cobrados por las mujeres figuran entre sus principales logros. En síntesis: salario, jubilación, obra social y sindicato para las amas de casa.
Las tareas que hacen las mujeres, muchas veces invisibilizadas, son vitales para el desarrollo de la sociedad; mantener limpia la casa, cuidar a los hijos, hacer las compras, preparar la comida, entre muchas cosas que procuran el bienestar y que requieren la puesta en juego de capacidades y dedicación continua. De eso y de mucho más habló María Lucila Colombo, más conocida como “Pimpi”, frente a docenas de mujeres de todas las edades en su nueva sede ubicada en Vilcapugio 538.
“El sindicato de amas de casa es una organización de mujeres en la que los varones están siempre invitados, y en muchos casos están asociados como adherentes. Porque tenemos el orgullo de decir que en 33 años de existencia en donde estamos en 18 provincias, nuestros compañeros de vida nos acompañan en buena medida en este emprendimiento. Nuestro sindicato es una propuesta social que es muy revolucionaria. Los gobiernos mucho no se dan cuenta y mucho calce no nos dan. Pero cuando uno habla de Eva Perón se te viene a la cabeza la bandera de los humildes, la madre de los cabecitas negras o una mujer de estar tendiendo la mano. Se te viene a la cabeza también la líder de los movimientos de mujeres, que entregó la ley 13.010 que se conoce como la ley del voto femenino, pero es más que eso: es la ley de los derechos políticos para la mujer que les permite votar, ser elegidas y tener participación política. Además ella armó el partido peronista femenino, soñó y pensó cuáles eran las estrategias hacia las que queremos ir. Esas son las cosas que nuestro sindicato formado en marzo del 83 recuperó”.
“Eva dice que las mujeres cuando tienen su primer hijo tienen derecho a tener un sueldo equivalente a la mitad de un salario mínimo. Ella no tenía hijos pero nos tenía como hijos a todas. Ella detecta que no están cuidando ese lugar, que es la retaguardia que tenemos todas cuando salimos a la calle y que requiere tanto esfuerzo. No importa cuál sea nuestro título, oficio o dedicación laboral, es el hecho que todas compartimos la convicción que la casa tiene que estar bien, que los chicos tienen que estar cuidados al igual que nuestra pareja y tienen que haber cosas resueltas, en la medida que cada una pueda. Ella pudo pensar y actuar la participación protagónica de la mujer en la toma de decisiones de lo público. Y si hoy le pones un micrófono a cualquier persona, te van a decir que lo más importante es su familia, y le dedican goles a las madres y esposas. O sea que una parte de nosotros comprende la importancia de ese aspecto, pero a veces no nos damos cuenta que esa parte requiere más cosas”.
“Cuando nosotras empezamos con esto éramos bastante jóvenes, teníamos 30 años y pensábamos cosas muy revoltosas: nos imaginábamos hechos como salir a la calle y pellizcar el traste a los varones para ver si les gustaba, o decirles groserías a ver cómo reaccionan, pero después nos fuimos dando cuenta que ese no era el camino, no íbamos a hacer ningún movimiento de masas con esa conducta, sino que íbamos a resolver pocas cosas y con el peligro de sufrir violencia callejera. (risas). Pero a veces con contradicción, devolves lo peor que recibís. Sin embargo nosotras aprendimos de Evita a devolver lo mejor y esto significó poner en marcha una organización que batallara, en las palabras, hechos, y cada día en darle valor a lo que cada mujer hace en todos los planos. Todos aquellos que detectan que en la sociedad hay inequidad de género, se dan cuenta que el primer ámbito dónde sufren esta violencia es en donde tendrían que ser cuidadas; sus casas y la proximidad de su entorno familiar. Pero incluso los que se dan cuenta de esto por muchos años han estado en contra de la revalorización del trabajo de la mujer. Como decía Jaureche es como ir a comprar con el manual del almacenero. Es sumarse a la misma desvalorización del mundo machista. Incluso nosotras mismas muchas veces decimos “yo no trabajo, soy ama de casa”. Y No es así. Las mujeres recorren la ciudad en zic zac, porque en el camino hacia algún lugar van haciendo de todo”.
“Un nene mira a un chanchito con sus crías y señala al más grande y dice que es la mamá. Cuando una pareja se separa el 99 % de las veces los niños quedan con sus madres. Y nosotras no renegamos de eso. No soy partidaria de dar el paso a la igualdad en la tenencia compartida si las condiciones de hacerse cargos no son las mismas. Pero en el tema de violencia vemos que hay una desigualdad en la sociedad. Nuestra organización aportó a esa reflexión que fuimos haciendo las mujeres de diferentes lados y encontramos algo que compartimos todas las mujeres. No queremos meternos en la vida privada de cada mujer o familia marcando con el dedito cómo debe ser cada una. Nuestro esfuerzo está hecho en que se valore lo que hacemos: no aceptamos que se diga que las mujeres tenemos la trampa o esclavitud del trabajo en el hogar, ni que se diga que nuestro problema es que nos ocupamos de las tareas del hogar. De esos problemas alguien se tiene que ocupar y lo más importante es que tu contexto te permita desenvolverte en tu vida. Nosotras ponemos en discusión que no se valorice este trabajo en la sociedad y por eso armamos la organización. Por eso cuando una ama de casa dice que no trabaja, significa que no tiene trabajo remunerado. El dicho dice “el que no llora no mama” y si nosotras mismas no planteamos los temas, si no cuestionamos, si no lo compartimos y generamos un espacio como aquí en Bariloche ¿cómo lo vamos a cambiar?“
“La trasmisión de los modelos no es solo la palabra. Vamos trasmitiendo, también cuestionando y según la fuerza que tengamos vemos qué podemos modificar. Si solamente le ponemos la fuerza a que tenemos que llamar todo en masculino y femenino es un agotamiento. Está bien cada tanto plantearlo pero hay cosas más importantes. Y una de ellas es que parte de las enfermedades sociales que tenemos, tienen que ver con que hemos perdido el espacio para compartir. No tenemos ganas, ni espacio, ni tiempo para recibir a los hijos de amigos en la casa por ejemplo. Y esas cosas van teniendo consecuencias en la sociedad, ya que vamos tomando distancia y no son cosas inocuas. Puertas para adentro vamos inculcándole valores a nuestros hijos como vamos pudiendo, pero cuánto mejor sería que esto estuviera incorporado en la agenda pública de manera más relevante”.
“Con el anterior gobierno logramos cosas que fueron históricas y está bueno que se defiendan y no se cambien, como por ejemplo que las moratorias previsionales han pasado de 3 millones y medio de personas a 6 millones. Cuando la cantidad se transforma en calidad te das cuenta que le diste derecho a un montón de sectores. De esos 2 millones y medio de nuevos jubilados, más de 2 millones fueron mujeres. Esa estadística se da porque éramos y seguimos siendo las más excluidas del sistema, porque las empleadas domésticas o de casas particulares hasta hace 3 años no tenían la equiparación con otros trabajadores. Y ganaron el derecho a tener un ingreso propio, jubilación y cobertura social después de haber laburado toda su vida, porque la ley de contrato de trabajo se aprobó en el año 74 y fue revolucionaria en el mundo, pero excluía a las empleadas domésticas”.
“En el país con un alto índice de empleo no registrado, vulgarmente llamado “en negro”, hay un 66 % registrado, mientras en el trabajo doméstico la torta está al revés, ya que sólo el 30 % está registrado. Eso te muestra una desigualdad en donde la enorme mayoría de empleadas domésticas son mujeres. Y cuando estamos inscriptas con todas las de la ley y tenemos hijos, muchas veces nos tenemos que retirar del mercado laboral para apostar al cuidado la familia.”
“Un derecho adquirido fue la asignación universal, que agranda el círculo de las que son beneficiarias de tener el respaldo del salario familiar, lo mismo con la inclusión de las monotributistas sociales que cambió la vida de muchas mujeres porque les dio oportunidades, y las mujeres como los pueblos tienen que ser económicamente libres. Y eso forma parte de los sueños que nosotras tenemos: poder generar autonomía de manera colectiva. Hoy somos nosotras las que cobramos la asignación como titulares, no los hombres. Eso fue histórico porque tradicionalmente el salario familiar lo cobraban ellos. Dieron vuelta esa tortilla y si bien no es un sueldo, es la ayuda que el estado le da a la familia. Que distinto sería que alguna vez tuviéramos un mango, y una vez por mes pudiéramos salir a comer una pizza, o alguna vez llevar las sábanas a lavar”.
”La política es una herramienta que toma las decisiones de gobierno en todas las instancias y que tiene consecuencias directas en nuestra vida. Si no generas la solución no basta con que vos digas “tenes el derecho, denuncialo”. Entonces nosotras no somos un sindicato partidario, pero tampoco somos un sindicato bobo, y no nos da todo lo mismo. Nosotras peleamos por esto y muchas de esas políticas fueron en esa dirección. Desde el año 2000 creamos la obra social de las mujeres para ellas y sus familias (OSSACRA), por ejemplo. También estamos difundiendo que las mujeres que tienen más de 60 años pueden entrar en la moratoria previsional. Trabajamos por el desafío de juntar la cabeza y el corazón con nuestras manos. Y pensar adecuadamente, querer con todo nuestras fuerzas y laburar, porque no hay otra manera, no te caen las cosas de arriba. Y nosotras al igual que cuidamos nuestras casas, desde hace 33 años protegemos este lugar que es el sindicato de amas de casa. Y cada una con lo que somos, queremos, y sabemos vamos construyendo algo mejor para construir un lugar para todas las mujeres”.
BANCO DE LA BUENA FE
_El SACRA trabaja desde 2007 junto al Banco Popular de la Buena Fe (BPBF), puesto en marcha por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y destinado a emprendedores de los sectores populares de todo el país. Aquel año, a partir de un relevamiento, salió a la luz que del total de emprendedores la mayoría eran mujeres que trataban de buscar salidas a la pobreza a través de microemprendimientos en el hogar, como una tarea agregada a su trabajo de amas de casa, donde tres grandes objetivos son: recuperar los valores solidarios, promover una comunidad organizada, y generar trabajo a partir de autoempleo. Además del otorgamiento del pequeño préstamo solidario, nuestro sindicato brinda capacitación en la organización de emprendimientos, administración y, sobre todo, derechos. Y también el acompañamiento a las emprendedoras para ir creciendo en cantidad y calidad de producción y en asociatividad.
AMAS DE CASA RURALES
_Es precisamente en el trabajo rural donde la división entre trabajo productivo y reproductivo pierde todo sentido. Es ese trabajo sin horarios ni descanso ni domingos ni feriados. El reconocimiento de esta realidad, al proveerles organización, derechos e innovación tecnológica, va a permitir construir la autonomía de las amas de casa rurales. A partir de nuestra intervención como sindicato en el debate organizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca con mujeres rurales de todo el país, en el marco del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEAA), y así trabajar en la igualdad de oportunidades y la ampliación de las fronteras al interior de los hogares rurales de nuestra querida Argentina. Las mujeres decidimos sobre más del 90 por ciento del presupuesto familiar y participamos activamente en el resguardo de nuestra economía.
CAPACITACIÓN EN CONSUMO
_La educación y capacitación en consumo y una perspectiva de derecho resultan vitales para afianzar la formación de ciudadanos y ciudadanas comprometidos con su comunidad. Por eso acompañamos los programas de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor tendientes a promover un consumo informado, crítico, responsable y solidario. La participación y el fortalecimiento de los vínculos entre el Estado y las organizaciones son las mejores herramientas que tenemos para defender nuestros derechos. Desde el SACRA históricamente hemos aportado a la construcción de una cultura de consumo sustentable a través de acciones en diferentes niveles, actualmente desde el apoyo a iniciativas como la Red de Defensores Comunitarios de Derechos hasta la implementación de nuestro tour de compras para optimizar el ingreso familiar.
X Sebastián Carapezza Fotos; Eugenia Neme
Equipo de Comunicación Popular Al Margen
contacto SACRA Bariloche; Vilcapugio 538