Con el cambio de Gobierno Nacional la “Radio Pública” paso a ser la “Radio de Todos”, pero los convenios para programaciones de la sociedad civil, la continuidad de los directores de cada emisora y sus fríos contenidos periodísticos nos hacen entender que la comunicación es una herramienta política y el vaciamiento es su estrategia para controlarla
La situación de radio nacional en sus 49 emisoras es una buena medida para ilustrar el contexto de las políticas comunicacionales del actual gobierno. A más de 5 meses de haber asumido, los directores de cada radio a lo largo y ancho del país no tienen resuelta su continuidad ni la de su equipo y son varios los despedidos o removidos de cada dirección. Bariloche no escapa a esta lógica. En Neuquén hay un ejemplo cercano: el sillón del directorio lo ocupó Dalila Pinacho, ex vocera de Lewis, amo y señor de nuestra comarca andina Patagonia con 14.000 hectáreas de tierras. “¿La radio es de todos?”, habría que preguntarle.
A su vez, cada emisora del interior envió a fin del año pasado a radio nacional Bs As convenios de programas que venían emitiendo (como es el caso del programa de nuestra asociación civil), más otros nuevos que cada radio articuló en territorio, y que se complementan con los que sostienen diariamente los empleados de planta de cada radio pública (si, vamos a decirlo aunque le duela a más de un funcionario PRO) y nutren la grilla de cada programación sea en AM o FM.
Pero los días pasan, las semanas vuelan y las hojas de los árboles ya cambiaron de estación, al igual que muchos oyentes. Y los convenios no se aprueban. Silencio de radio es lo que se siente ante “la pluralidad de voces” que prometieron en campaña.
Con un tono periodístico tibio como este otoño, los informativos, varios de ellos retransmitidos desde otras latitudes con otras improntas, son casi con exclusividad la única programación de noticias que tienen muchas radios del interior hoy en día. Rozando el mediodía se escucha un programa de poesía. A la noche mucha, pero mucha música. Contenidos propios con producciones locales en extinción. Y así los ejemplos como el invierno, vienen para largo.
Cabe aclarar que la renovación de estos convenios de programación no tienen que ver con cuestiones presupuestarias, ya que estas producciones se hacen cargo de la elaboración de cada uno de sus programas sean en vivo o grabados. Ni siquiera podemos decir que se da (solamente) por razones ideológicas o políticas, ya que desde el programa de Invap, o el Inta, o Parques Nacionales están a la espera como nosotros, una asociación civil que tiene el acento puesto en la comunicación. Al igual que el programa mapuche, solidaridad con Cuba o un espacio para música heavy, no se discriminó a nadie: ninguno tiene hasta ahora el visto bueno para seguir transmitiendo. Tampoco tenemos esperanzas.
Mientras los convenios enviados (con documentación respaldatoria que para varios cuesta y mucho conseguir) envejecen en algún escritorio de Buenos Aires de Radio Nacional Bs As, las ganas, la militancia (si, otra palabra que le causa urticaria a más de uno) y la organización corren dos destinos: o se apagan o se resignifican en otros diales, soportes o formatos.
¿De qué depende esta aprobación de los convenios? ¿Nos googlearán a tod@s para saber si tenemos el loguito de La Cámpora o si avalamos en su momento la Ley de Servicios Audiovisuales?¿Leerán desde una oficina porteña si somos orgánicos a alguna fuerza y en base a eso nos tabularán y estratificarán estos Ceo”s en algún logaritmo de esos que usaban en sus empresas?
Quizás estos convenios se marchiten como las plantas después del verano y nunca tengamos una respuesta. Quizás ese es el mensaje que le dan a cada radio local. Arréglense con lo que tienen y si no alcanza, no importa, total están las sagradas leyes del mercado que pone a todo y todos en su lugar. Y si la radio o la TV pública dan “pérdidas”, económicas o de audiencia, tienen argumentos más que suficientes para apuntar a una privatización, desde su lógica cuantitativa alejada diametralmente de la función social que cumple cada radio nacional en los sectores rurales.
Mientras tanto, en los titulares de los grandes medios se pelean entre funcionarios del gobierno saliente y el actual a ver cuál corrompió menos y de forma más sutil.
Mientras, funcionarios elegidos y votados por el pueblo se cambian de camiseta, de color y de partido como si fueran futbolistas.
Mientras, la tele nos muestra su verdad mirada por un solo ojo, y oculta la mitad de una misma escena, la cantidad de pobres crece como nuestros pibes. Rápido y sin darnos cuenta.
Esa gente pueden ser frías estadísticas o pueden ser razón suficiente para que los gobernantes de todo tipo y color se dejen de rosquear y hacer “prensa barata” y se pongan a buscarle solución a la calidad de vida de nuestra gente, sea en Jujuy, en Valcheta o Virgen Misionera, que en estos últimos 6 meses ha sido aporreada desde todos lados. Y si todavía tolera estos desmanejos, nadie ni cada uno de nosotros sabe hasta cuándo. Ni cuál va a ser la chispa que encienda una hoguera de reclamos sociales que tenemos viva en la llama de nuestra memoria.
CABOS SUELTOS
“Cualquier herramienta de comunicación es una herramienta política. El problema es que nunca vas a poder tener un concepto claro de comunicación sino se tiene claro un concepto en política”, nos dijo la periodista Mariana Moyano en su paso por el Foro Nacional y Popular organizado durante Mayo en Bariloche. En eso andamos: tratando de entender cómo se manejan y qué estrategias utilizan los distintos poderes económicos, mediáticos y judiciales que mueven en gran medida los hilos de este país. También intentamos leer entre líneas a un guión que nos “venden” y que no se condice con lo que marcan las acciones de una película que juramos que ya hemos visto. Aquí extraemos sólo 3 escenas de las últimas semanas que parecen desconectadas entre sí pero son parte de una misma historia. Pasen y lean.
1/ A nivel nacional también pasan cosas tristes. Pero sobre todo injustas. En los últimos días nos enteramos que Cecilia Pando le ganó un juicio a la revista Barcelona, por “daño moral” luego de que su imagen salga en una contratapa de la revista. Esto sienta un pésimo antecedente para el periodismo a pesar del júbilo amarillo de los lectores de La Nación que festejaron esta victoria de “la justicia independiente”.
Así es como la jueza Susana Nóvile falló en favor de Pando, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina, al asegurar que su imagen se vio afectada por esa contratapa. Ahora, la publicación deberá pagar 40.000 pesos a la damnificada. Ingrid Beck, directora de Barcelona, aseguró que “la revista satirizaba la acción de una protesta en la que Pando se había encadenado al edificio Libertador”. “Las chicas quieren guerra antisubversiva”, decía aquella página en la que se hacían eco de una acción de protesta por parte de Pando para reclamar por la detención de militares y procesados por delitos de lesa humanidad. La jueza Nóvile consideró que la Revista Barcelona agravió a Pando por tratarse de una “persona privada con actuación pública”.
2/ A su vez y siguiendo en el orden nacional, la Corte Suprema de Justicia desestimó un recurso de queja presentado por Víctor Hugo y dejó firme el fallo que lo obliga a pagar 3 millones de pesos a Cablevisión, (que demandó al periodista, al ex canal ATC y a un productor) por haber transmitido fragmentos de la final de la Copa Intercontinental entre Boca y Real Madrid, en el 2000. Repito: Víctor Hugo está pagando a Héctor Magnetto esa suma. El periodista dijo que este fallo no le causó sorpresa porque el máximo tribunal “está presidido por Lorenzetti, un personaje absolutamente servil del CEO de Clarín”. Consultado sobre si estaba arrepentido de haber violado los derechos de transmisión de aquel partido, respondió: “No, de ninguna manera. Desde el punto de vista jurídico el fallo es una vergüenza”.”Yo no fui el responsable de subir la palanca, pero zapateaba de placer por la decisión que tomó el canal esa mañana”, agregó.
3/ Hace pocos días se reveló la carta completa de la persona que divulgó los Panamá Papers al consorcio de periodistas internacionales de investigación donde explicó los motivos que lo llevaron a hacer pública esta denuncia gigantesca. En uno de sus últimos párrafos rememora que “Los historiadores pueden relatar con facilidad cómo problemas de impuestos y desequilibrios de poder han llevado a revoluciones en el pasado. Entonces, fuerzas militares eran necesarias para calmar a las masas, mientras que en la actualidad, la restricción al acceso de información es similar o igual de efectivo, ya que el acto es casi siempre invisible. Pero vivimos en tiempos de almacenamiento digital gratis e ilimitado y conexiones rápidas a Internet que trascienden las fronteras nacionales. No se necesita mucho más para conectar los puntos: de principio a fin, la concepción de distribución de medios globales; la próxima revolución será digitalizada.
O, tal vez, ya inició”.
“Ningún conocimiento es ilimitado, lo único que ni tiene límites es la estupidez”, Arthur Schopenauer.
por Sebastian Carapezza
Equipo de Comunicacion Popular Colectivo AL Margen